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Núñez, el ángel del Barça que nunca fue aceptado por la sociedad catalana
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"SOLO BUSCABA CARIÑO"

Núñez, el ángel del Barça que nunca fue aceptado por la sociedad catalana

Pasó 22 años al frente del club y consiguió revolucionar las cuentas y la sala de trofeos, pero nunca logró su principal objetivo: ser querido en su ciudad

Foto: Josep Lluís Núñez, presidente del F.C. Barcelona, celebrando un gol de su equipo en una imagen de archivo. (Getty Images/Sigrifd Casals)
Josep Lluís Núñez, presidente del F.C. Barcelona, celebrando un gol de su equipo en una imagen de archivo. (Getty Images/Sigrifd Casals)
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En 2003, Joan Laporta llegó a la planta noble del Camp Nou rodeado de cámaras. La mayoría eran de medios de comunicación, pero unas pocas se quedaron dentro del despacho cuando cerró las puertas. Tenían el encargo de documentar la revolución laportiana del Barcelona, conscientes desde el primer momento de que lo que iba a suceder allí pasaría a los anales del club. Así, no había terminado su segunda temporada, la primera con títulos, que se estrenaba un documental sobre el círculo virtuoso de Laporta y se preconizaba una nueva era del barcelonismo.

Josep Lluís Núñez (Barakaldo, 1931-2018) pasó 22 años al frente del Barcelona, pero han tenido que pasar seis desde su fallecimiento —y casi 25 desde que dejó el Barcelona— para que su obra llegue a la pantalla. Estos días Movistar Plus+ estrena 'Núñez', un documental de cuatro capítulos en el que, al fin, se aborda en profundidad la presidencia menos conocida de la historia del club.

Núñez consiguió la primera Copa de Europa para el Barça, trajo a estrellas como Maradona, Ronaldo o Rivaldo, hizo hegemónico al equipo de baloncesto y convirtió al club en uno de los más prósperos del mundo. Sin embargo, nunca consiguió ganarse a la sociedad catalana. "A pesar de que le hizo mucho bien al Barcelona, nunca consiguió el afecto de la calle. No venía de una familia poderosa, sino que era un hombre hecho a sí mismo. Era un constructor, quizá el más importante de Barcelona, pero necesitaba ese afecto que demandan muchos empresarios una vez que el dinero ya no les llena", explica Jordi Call, director del documental.

"La burguesía catalana veía con malos ojos a los constructores, creían que solo buscaban dinero"

"No ha sido fácil conseguir voces que hablasen de Núñez", apunta Lu Martín, histórico periodista deportivo, primero en Sport y después en El País, y asesor del documental. "Algunos nos decían que no tenían nada bueno que decir de él, otros que no querían abordar el asunto... en Barcelona hay muchos ismos (cruyffismo, laportismo, nuñismo...), todos enfrentados entre sí".

Para la mayoría de los españoles, Núñez fue uno más de los presidentes del Barcelona. A lo largo de dos décadas, apenas se supo de él que se dedicaba a la construcción, que tenía muchos imitadores o que se llevaba a patadas con su homólogo Ramón Mendoza. No obstante, Núñez salvó al Barcelona de la irrelevancia, tomando las riendas de un club con un patrimonio neto negativo y dejándolo, en 2000, tras 22 ejercicios consecutivos en beneficios, con un patrimonio de 12.000 millones de pesetas (en torno a 72 millones de euros).

Por el camino tuvo que enfrentar muchos enemigos, no todos de Madrid. "Hay que tener en cuenta que la burguesía catalana se conforma con el boom del textil del XIX. Estas grandes familias no ven con buenos ojos que en la segunda mitad del XX ganen tanto peso los constructores como Núñez. Los ven como arribistas, empresarios que no respetan nada con tal de conseguir dinero", explica Call. "Es en ese contexto que Núñez se presenta a las elecciones del Barcelona buscando, en primer término, limpiar su imagen".

La guerra con Pujol

Su primer adversario fue el Jordi Pujol. Al president, electo en 1980, no le gustaba que al frente del Barcelona figurase un vasco sin apego al catalanismo. De hecho, una de las primeras decisiones de Núñez fue imponer el castellano en las juntas directivas del club, cuando se venía hablando en catalán desde los años 60. Se consideraba que Núñez venía a destruir el legado de Agustí Montal, que había sido el primero en hacer locuciones en catalán en el Camp Nou, el que acuñó aquello de Més que un club... "A finales de los 70 y comienzos de los 80, Núñez era percibido como derecha españolista, y más aún su vicepresidente, Joan Gaspart. Pujol, que sabía de la importancia de tener controlado al Barcelona, no aceptaba esto. Acabábamos de salir de la dictadura, en Cataluña empezaba a triunfar el catalanismo de Pujol, y el Barcelona remaba contra el viento", afirma Call.

El enfrentamiento entre Núñez y Pujol era soterrado. En Madrid, pocos conocían que los poderes político y social de Barcelona no se soportaban. Tampoco era voxpopuli en Barcelona: "Yo soy socio del Barça desde pequeño y no sabía que se llevaban tan mal. Es más, comencé el documental sin saberlo, es mientras me documento que empiezo a ver los roces", dice Call. "Es notorio que Pujol quería sacar a Núñez del Barcelona en los primeros años, y no lo consiguió porque era un tipo muy astuto: sabía convocar elecciones cuando las cosas iban bien, tanto que Pujol terminó por darlo por perdido".

El 28 de marzo de 1988 Núñez vivió su peor momento como presidente del Barcelona. En el hotel Hesperia Tres Torres, propiedad de Joan Gaspart, la plantilla del Barcelona, incluido Luis Aragonés como entrenador, reclamó la dimisión de su presidente. El motivo era una cuestión fiscal que obligaba a los jugadores a saldar cuentas con Hacienda, si bien algunos miembros de la junta directiva vieron detrás la larga mano de Pujol. El president llevaba varios años urdiendo una candidatura contra la de Núñez, que se estrellaría en las elecciones de 1989, y se dijo que los jugadores contaban con el apoyo de la Generalitat. "¿Que si Pujol pudo hacer palanca para sacar a Núñez? Pues es muy factible, pero yo no tuve ni tengo prueba alguna de ello", dice Lu Martín.

"Núñez se fue catalanizando en el Barcelona", dice Jordi Call. "Este dato no lo conoce mucha gente: en 1979, cuando el Barcelona gana la Recopa en Basilea ante el Fortuna Dusseldorf, se ven las primeras senyeras en el estadio. ¿Sabes quién las llevó hasta Suiza? Núñez. Poco a poco, se va imbuyendo del catalanismo y Pujol se lo tiene en cuenta. Es a partir de 1992, tras ganar la Copa de Europa y con las Olimpiadas a la vuelta de la esquina, cuando empiezan a limar asperezas. Es más, Núñez acaba metiendo en su junta a Sixte Cambra, el candidato de la Generalitat que fue derrotado en 1989".

"Creo que, al final, ambos empatizaron", dice Lu Martín. "Núñez y Pujol terminan por reconocerse como iguales, como figuras clave en Cataluña que tenían que enfrentarse a menudo a la crítica del pueblo. La cuestión política, que es la que había generado el conflicto, se va diluyendo y queda una cordialidad institucional".

Los años de Cruyff

Johan Cruyff significó el auge y la muerte del nuñismo. La llegada del neerlandés supuso una conexión con la historia más brillante del club y dotó de significado al club. Por primera vez, el Barcelona dejó de ser la oposición al Madrid para transformarse en un equipo virtuoso, capaz de ganar la Copa de Europa con un juego que enamoraba al aficionado.

No era un técnico fácil. Cruyff le discutía cada decisión a Núñez y siempre quiso controlar todas las facetas del ámbito deportivo. "Núñez, al despacho", le decía en rueda de prensa al presidente. Pero estas pequeñas insumisiones no eran el principal problema entre los dos, sino los celos. "Hay que recordar que Núñez buscaba respero, admiración y cariño en el Barcelona. Desde que llega Cruyff, los medios se vuelcan con él, le atribuyen los éxitos del Dream Team, y el presidente se va viendo desplazado", recuerda Call. "Aunque parezca lo contrario, porque Núñez tenía muy pocas dotes comunicativas, era una persona a la que le gustaba mucho el protagonismo. Quería controlarlo todo: no dejaba que los miembros de la junta pusieran dinero en el club, porque quería controlarlo a su manera, de una forma muy personal".

El choque entre dos personalidades alfa dio lugar a escenas hilarantes, como Cruyff negándose a llamarle presidente o Núñez fichando a jugadores que no quería su técnico... solo por molestarle. El presidente estaba acostumbrado a tratar con estrellas, de hecho era uno de sus cometidos favoritos: "Tanto él como Gaspart tenían debilidad por los jugadores y los entrenadores estrella. Creo que, en su forma de ver las cosas, era un obsequio que recibían por tanto trabajo. Les llevaban a sus casas particulares, les hacían regalos a sus hijos y sus esposas... eran como unos padres para ellos. Con Maradona nunca consiguieron llegarle al corazón, pero sí con Schuster y Cruyff, aunque luego las cosas acabaran de aquella manera", dice Call.

Núñez despidió a Cruyff en la primavera de 1996, meses después de la dura derrota con el AC Milan en la final de la Champions League. Para casi todos, ese momento marcó el final de la era Núñez en el Barcelona, aunque aguantase en el cargo cuatro años más. Lu Martín, reconocido cruyffista, cree que se trató de un error mayúsculo por parte del presidente: "Nunca debió echarle, creo que pensó más en él que en el club. ¿Que Cruyff amenazaba con dimitir cada dos por tres y quería controlar la faceta deportiva del club? Bueno, pues déjale, porque ahí están los números. Cruyff le salvó la cabeza a finales de los 80, cuando los proyectos de Núñez no terminaban de despegar, y nunca recibió una palmada en la espalda por hacer del Barcelona el mejor equipo del mundo a principios de los 90".

Tanto para Call como para Martín, Núñez fue una versión de Florentino Pérez en los años 80. "Son tipos hechos a sí mismos, con mucho éxito en los negocios, que llegados a un punto buscan reconocimiento social. La diferencia es que Pérez es una persona con gran reconocimiento entre los poderes político y económico en la capital, mientras que Núñez siempre se encontró con la oposición de una parte de la sociedad catalana", considera Call.

"Josep Lluís Núñez usó a los ultras para amedrentar a los periodistas, lo cual no dice mucho de sus valores democráticos"

"Yo, como periodista que ha trabajado con los dos, con Núñez en Sport y con Florentino Pérez en El País, veo también muchas similitudes. No obstante, Florentino Pérez ha sido capaz de controlar a gran parte de la prensa madrileña, algo que siempre intentó Núñez sin éxito. Y lo intentó con ganas, ¿eh?, que te mandaba a unos tipos al parking después de las ruedas de prensa, los conocidos Morenos, para intentar que no te salieras del redil", indica Martín.

Le pedimos al autor del documental, después de entrevistar a más de treinta directivos, jugadores y periodistas, un balance de la era Núñez: "Luces y sombras", responde Call. "Por una parte, nadie está 22 años al frente del Barcelona sin tener al menos una cuota de éxito. A nivel patrimonial, puso al Barça a competir con los grandes clubes del mundo y trajo a las mayores estrellas que se han visto en la ciudad. Por la otra, usó a los Boixos y a los Morenos como forma de amedrentar a la prensa, lo cual no dice mucho de sus valores democráticos. El despido de Cruyff es una mancha negra en su historial, porque nos dice que no pudo soportar a único contrapoder que tuvo durante su presidencia. Hay una metáfora en el documental que creo que define bien la trayectoria. Cuando le preguntaban a Núñez qué era lo que le producía más orgullo de sus años al frente del Barça, siempre decía que el tercer graderío, que lo construyó él mismo. Bien, pues ahora que están renovando el estadio, lo primero que se hizo fue derribar esa parte de la grada, porque al parecer estaba construida con materiales de baja calidad".

En 2003, Joan Laporta llegó a la planta noble del Camp Nou rodeado de cámaras. La mayoría eran de medios de comunicación, pero unas pocas se quedaron dentro del despacho cuando cerró las puertas. Tenían el encargo de documentar la revolución laportiana del Barcelona, conscientes desde el primer momento de que lo que iba a suceder allí pasaría a los anales del club. Así, no había terminado su segunda temporada, la primera con títulos, que se estrenaba un documental sobre el círculo virtuoso de Laporta y se preconizaba una nueva era del barcelonismo.

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