El precio que paga Carvajal: el "jabalí" de España pierde popularidad por el desaire con Sánchez

Dani Carvajal es de los que arriesgan. En el campo, tiene un valor muy alto por ser un futbolista tremendamente competitivo, luchador, de los que no se achantan y ganador. Suyo es el primer gol de la final en Wembley contra el Borussia Dortmund, clave para la conquista de la Champions. Desatascó el partido con un cabezazo que encarriló la Decimoquinta. De la Eurocopa sale atorado por el frío saludo a Pedro Sánchez en la Moncloa.

Para unos, es un gesto feo. Una falta de educación por mezclar la política con el fútbol y que escenifica el desaire en una visita institucional. Nada más y nada menos que al presidente del Gobierno. Para otros, es un ejercicio de coherencia de un futbolista que hace valer sus principios y que durante la Eurocopa dijo, en la Cadena Ser, que él desea una España que prospere, un país en el que prime la felicidad, la seguridad de los ciudadanos y se reduzca el paro.

El fregado en el que se ha metido Dani Carvajal no le viene bien. Empaña su mejor temporada como profesional en la alta competición. Campeón de Liga, de Champions y de la Eurocopa con España, el foco está más en los ideales políticos del lateral derecho. La polémica gira en torno al gesto que ha tenido con Pedro Sánchez. Se habla más de esto que del rendimiento, brillante, con el Real Madrid y con la Selección española.

La carrera de Dani Carvajal en el fútbol ha sido una dura lucha por llegar a ser considerado el mejor lateral derecho del mundo. En plena Eurocopa, se autoproclamó de esta manera por sentir que ningún otro jugador estaba a un nivel tan alto como el suyo. Decisivo en el Real Madrid, en una temporada en la que marcó 6 goles y dio 5 asistencias, y fundamental para Luis de la Fuente. En la Eurocopa fue el escudero y socio de Lamine Yamal. Firme en defensa e incisivo en el ataque, marcó un gol a Croacia a pase del joven extremo del Barcelona.

La celebración con Lamine Yamal dio que hablar. Menos que el gesto con Pedro Sánchez, al que le retiró la cara en el frío saludo. Fue muy comentado que el jugador del Real Madrid y el del Barcelona se fundieran en un abrazo pleno de alegría. Era la imagen de la unión, el buen rollo y la convivencia. La de la Selección por encima de los clubes como lección para los fanáticos. El Carvajal que relacionan con ideas de ultraderecha, hacía piña con el niño de Mataró, hijo de emigrantes.

El apoyo de Morata

Durante la Eurocopa, Carvajal ha sido una de las personas que más cercanía y apoyo han dado a Morata para hacerle ver que tenía que alejarse de los comentarios en las redes sociales que le afectaban y las críticas que consideraba como una falta de respeto. La fortaleza mental del jugador del Real Madrid sirvió de ayuda a Morata. Fueron protagonistas de la emotiva escena en el césped del Olímpico de Berlín, de rodillas, fundidos en un abrazo y llorando tras ganar la final a Inglaterra.

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Álvaro Morata, en la celebración del título en Cibeles, presentó a Carvajal como un héroe: "El jabalí de España. El pitbull. El mejor lateral del mundo". Unas palabras de elogio, de veneración hacia un futbolista que contagia un espíritu competitivo, raza y carácter a la Selección. Carvajal, tras la presentación de Morata, salió al escenario a pecho descubierto y con la bandera de España atada en la cintura. Alabanzas, por un lado, y criticado por los que dejan de valorar sus cualidades como futbolista. El fregado en el que se metió con Pedro Sánchez pasa factura.

Con esto tiene que apechugar Dani Carvajal. El niño que se crio en Leganés, el sur de Madrid, y ya se le veía como un jabalí en los campos de tierra con su equipo del Lemans, tiene seis Champions y ha cumplido el sueño de ganar la Eurocopa con España. Se ha convertido en el segundo capitán del Real Madrid, tras doce temporadas en el primer equipo, una menos que Modric (primer capitán) y no tiene contentos a todos los españoles.

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Es uno de los héroes de la cuarta Eurocopa de España, pero la mezcla de política y fútbol tiene consecuencias. Resta, inevitablemente, en popularidad. Le ha sucedido, incluso, a Mbappé. La estrella francesa pidió el voto contra la ultraderecha, la movilización contra el partido de Marine Le Pen. Mbappé recibió críticas en su país durante la Eurocopa por entender que no le correspondía influir en el electorado.

El fútbol, y el deporte en general, es un mal aliado de la política. Está para unir, entretener y hace de válvula de escape de los problemas cotidianos. Dani Carvajal, Carva para los amigos, experimenta las dos caras. Triunfa en el campo e irrita fuera de él. Es el precio del atrevimiento.