El bochorno de Joao Félix: regresa al Atleti y se entrena apartado a la espera de darle la salida

Llegó el peor día para el Atleti y Joao Félix. Ninguno de los dos querían que se produjera este momento, pero era inevitable porque les une un contrato. Un frío acuerdo que todavía tiene cinco años de duración, pero en el que ambas partes tienen unas ganas enormes de romper cuanto antes. No va a ser nada sencillo. Joao Félix ha puesto fin a sus vacaciones y se ha incorporado al trabajo de pretemporada con el equipo rojiblanco. Lo surrealista es que lo ha hecho en solitario, apartado del grupo y con un preparador físico.

Joao Félix, el menino de oro que costó 127 millones de euros, regresa al Atleti y en su primer día en el Cerro del Espino en Majadahonda, estuvo aislado del equipo. Lo que confirma que Simeone no quiere al portugués. Tampoco el jugador tiene ganas de una reconciliación con el entrenador argentino y entre medias está el club, en una posición incómoda, otra vez, y de desventaja para buscar una solución en el mercado.

El grave problema que tiene Miguel Ángel Gil Marín y el director deportivo, Andrea Berta, es que Joao Félix no se revaloriza. No lo hizo ni con la primera cesión al Chelsea ni tampoco con la última en el Barcelona. Jugó una temporada entera en el equipo blaugrana y fue de más a menos hasta que Xavi decidió apostar por el talento de Lamine Yamal y dejar al portugués en el banquillo.

Es una situación problemática la que tiene que resolver el Atleti, con un jugador que tampoco ha sido capaz de dar un buen nivel en la Eurocopa con Portugal y que quedó marcado por su fallo en la tanda de penaltis contra Francia. Envió el balón al poste y Portugal cayó en los cuartos de final. No hay nada bueno o muy poco que rescatar de un jugador que solo tiene 24 años, que no quiere ni ver Simeone, por las faltas de respeto que el argentino considera que ha tenido hacia su persona y el club, y sin el cariño de la afición rojiblanca. El Cholo le considera un jugador con talento, pero caprichoso.

Joao Félix está sentenciado por decir, hace un año, que su sueño de niño era jugar en el Barcelona. Forzó para irse del Atleti, presionó al club para elegir su destino cuando había ofertas mejores para amortizar el alto precio de su fichaje y tras un año en el Barcelona, cedido, no se ha avanzado nada.

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Hay que volver a empezar de cero en la negociación con su agente, Jorge Mendes, y la postura de un futbolista que no se lo pone fácil al Atleti. El club rojiblanco entiende que el precio para vender a Joao está en los 60 millones de euros y espera que haya equipos, sobre todo los ingleses o de Arabia Saudí, que estén interesados. Uno de ellos es el Aston Villa que entrena Unai Emery, pero a finales de julio todavía no se ha avanzado nada en la negociación y esto ha provocado lo que nadie quería ver.

Joao Félix está de vuelta en el Atleti, entrenando solo, apartado, en una imagen humillante para todos porque es la confirmación de un fracaso. La fuerte apuesta que hizo Miguel Ángel Gil Marín por el jugador que creía que podía ser el nuevo Paulo Futre es hoy un rompecabezas. Difícil de solucionar en lo económico, invisible para Simeone y un indeseable para los aficionados rojiblancos que le reprochan su falta de compromiso y lealtad.