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Guardiola tenía razón: la Champions es otra historia en la que el Bayern no da miedo
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ÖZIL, UNA VEZ MÁS, COMPLETAMENTE DESAPARECIDO

Guardiola tenía razón: la Champions es otra historia en la que el Bayern no da miedo

El Arsenal jugó con demasiado respeto y el Bayern no exhibió el nivel que suele. ¿El resultado? Un partido plomizo (1-1) y billete a cuartos para el campeón

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Pep Guardiola pretendía hacer un regate al cartel de favorito que le colgaron desde Londres definiendo el marcador inicial como una “evidente ventaja”. En el marcador inicial era patente, pero no así tras lo visto en el Allianz Arena. Si alguien esperaba un espectáculo digno de Bayern y Arsenal, se equivocó de principio a fin porque uno y otro defraudaron en ese sentido. No hubo rastro del rodillo bávaro de la Bundesliga y tampoco apareció el competitivo club londinense de la Premier. Los ingleses jugaron con demasiado respeto apurando las pocas opciones que el marcador de la ida (0-2) les daba; mientras, el Bayern no exhibió el nivel que acostumbra. ¿El resultado? Un partido plomizo (1-1) y billete a cuartos para el campeón. (Vea las mejores imágenes de la jornada).

El pase del Bayern sirve para mantener los focos mediáticos centrados en lo que sucede dentro del terreno de juego. Fuera ya se encarga Uli Hoeness de llevar la voz cantante. Este martes, el Allianz Arena mostró un férreo apoyo a su equipo, el mismo aliento que ha dejado de recibir el presidente acusado de evasión de impuestos. Mientras los socios esperan a la sesión extraordinaria en la que se decidirá el futuro del presidente del club, la afición bávara asegura que su máximo dirigente daña la imagen de un club aún más engrandecido bajo la batuta de un Guardiola que en la previa hacía especial hincapié en la posesión.

El santo y seña del que fue ‘su’ Barcelona es, a veces, un arma de doble filo: tener la pelota pegada a las botas no garantiza la creación de oportunidades peligrosas en el área rival. Y eso es lo que pasó en el Allianz Arena, al menos, en los primeros 45 minutos. Con las mejores bandas posibles, Ribéry y Robben secundados por Alaba y Lahm, el Bayern no tardó en hacerse con el control del partido ante un Arsenal que no olía el balón complicando el objetivo final, la remontada. Los hombres de Guardiola imprimían al choque el ritmo que querían, pero ni tenía brillo ni era arrollador.

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La entrada de Schweinsteiger por Kroos restó velocidad en las últimas líneas; todo apunta a que el marcador de la ida animó a Pep a tomar esta decisión. El Bayern de Múnich no asumía riesgos y el Arsenal le dejaba hacer y deshacer a su antojo, sin presentar oposición pero impidiendo que se acercasen al área defendida por Fabianski. Del resto de su equipo no se supo nada hasta que el luminoso del Allianz Arena señaló la media hora de juego; en ese momento Chamberlain dejó a tres rivales atrás aunque la jugada acabó en una falta carente de peligro. El Arsenal se animó y disfrutó del balón, algo que necesitaba. La filigrana del jugador inglés fue lo único digno de mención sin olvidar el gol anulado a Javi Martínez, en fuera de juego, después de que Thiago botara una falta cómo sólo él sabe.

Los de Wenger esperaban al Bayern que arrasa en la Bundesliga, pero los golpes de los alemanes no llegaron y el conjunto londinense empezó a desperezarse sin inquietar en ningún momento a Neuer. Con Özil y Cazorla desaparecidos, tampoco aparecieron Podolski y Giroud. Al menos, el Arsenal llegó con vida a la segunda parte ya que el Allianz Arena no vio ni un solo gol antes del descanso. Esta carestía se acabó cuando el árbitro reanudó la contienda y vieron puerta dos de los jugadores más discretos del partido: Schweinsteiger y Podolski, ayudados por los errores de la defensa rival.

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El primero en golpear fue el alemán que, sin saber cómo, se encontró solo en la frontal del área pequeña. Ribéry apareció por la banda y sirvió para que su compañero, con todo el tiempo y el espacio del mundo, controlase con facilidad y firmase el primero. No se hizo esperar la respuesta del Arsenal. Lahm se pasó de frenada y su error de bulto fue aprovechado por el ‘nueve’ del equipo londinense que colocó el balón en la escuadra por el palo corto de Neuer. Espoleado por los goles, el partido se animó con Kroos sobre el césped y Özil en el banquillo: Wenger le dejó ahí en la segunda parte tras otro deficiente partido.

El Arsenal apretaba, subió un punto su agresividad y el Bayern evidenció ciertos nervios a la hora de sacar la pelota jugada. Tocaba recuperar la serenidad, pero el error de Neuer en la salida del balón no contribuyó a ello. Apareció Javi Martínez para solucionar la papeleta y respiró la afición, el Bayern y Guardiola, que se desgañitaba en la banda. En la recta final, el conjunto bávaro durmió el partido con balones largos entre los que se colaron las internadas de Robben y un absurdo penalti de Koscielny en los minutos de añadido sobre el holandés.

Muller lanzó desde los once metros y el balón se topó con el pie de Fabianski para quedarse girando sobre sí misma en la línea de meta. El Arsenal había dejado de ser inglés para convertirse en un equipo italiano: se lo jugó todo a los últimos minutos. El problema es que la falta de oxígeno sólo le permitía algún coletazo. Insuficiente para firmar los dos tantos que evitasen su cuarta eliminación consecutiva en octavos. El Bayern, actual campeón, llega a cuartos sin dar miedo porque como Guardiola ya advirtió: “La Champions es otra historia”.

Ficha técnica

Bayern de Múnich: Neuer; Lahm, Javi Martínez, Dante, Alaba; Schweinsteiger, Thiago; Robben, Götze (Kroos, m.59), Ribery (Müller, m.85); y Mandzukic.

Arsenal: Fabianski, Sagna, Mertesacker, Koscienly, Vermaelen; Arteta (Knabry, m.77), Oxlade-Chamberlain (Flamini, m.84); Cazorla, Özil (Rosicky, m.46), Podolski; y Giroud.

Goles: 1-0, m.55: Schweinsteiger. 1-1, m.57: Podolski.

Árbitro: Svein Oddvar Moen (Noruega). Amonestó a Dante, Javi Martínez, Podolski, Arteta y Vermaelen.

Incidencias: partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en la Allianz Arena, de Múnich, ante unos 68.000 espectadores.

Pep Guardiola pretendía hacer un regate al cartel de favorito que le colgaron desde Londres definiendo el marcador inicial como una “evidente ventaja”. En el marcador inicial era patente, pero no así tras lo visto en el Allianz Arena. Si alguien esperaba un espectáculo digno de Bayern y Arsenal, se equivocó de principio a fin porque uno y otro defraudaron en ese sentido. No hubo rastro del rodillo bávaro de la Bundesliga y tampoco apareció el competitivo club londinense de la Premier. Los ingleses jugaron con demasiado respeto apurando las pocas opciones que el marcador de la ida (0-2) les daba; mientras, el Bayern no exhibió el nivel que acostumbra. ¿El resultado? Un partido plomizo (1-1) y billete a cuartos para el campeón. (Vea las mejores imágenes de la jornada).

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