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Un infierno para Mbappé: así tiene que recibir el Real Madrid a un enemigo
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no es el día para aplaudir al francés

Un infierno para Mbappé: así tiene que recibir el Real Madrid a un enemigo

Es clave que Mbappé sienta que no juega en casa. Si hay aficionados que van al Bernabéu a frotarse las manos por ver de cerca a su nuevo ídolo, están muy equivocados

Foto: Mbappé celebra el gol marcado al Real Madrid en París. (EFE/Ian Langsdon)
Mbappé celebra el gol marcado al Real Madrid en París. (EFE/Ian Langsdon)

Luka Modric ha sido claro. "No sé cómo recibirá el Bernabéu a Mbappé. Al madridismo solo le pido que nos apoye a nosotros a muerte. A nuestros jugadores, no a los rivales", dice el croata con esa tranquilidad que le caracteriza en las horas previas al decisivo partido entre el Real Madrid y el Paris Saint-Germain. En otros tiempos, con otro perfil de jugador nada políticamente correcto, la respuesta hubiera sido más contundente. Mbappé tiene que sufrir un infierno en el Bernabéu. Estas palabras habrían salido de cualquier madridista y futbolista que ve a Mbappé como un enemigo y no va a ir al Bernabéu con la ilusión de que le queda poco para enfundarse la camiseta del Real Madrid.

Hay tanta confusión con el futuro de Kylian Mbappé que entre el madridismo se da por hecho el fichaje. Hay que esperar para que suceda esto. Antes está el partido y la prioridad es clasificarse para los cuartos de final. Mbappé es el rival, el jugador que hizo el gol en París, la amenaza y el que volvió loco al equipo de Ancelotti. Conviene recordarlo. La confusión por las ganas de verle de blanco provoca que se hable más del cariñoso recibimiento al francés que de una remontada que tiene dificultades. Esto es lo que detecta Modric. El croata torció el gesto con las insistentes preguntas sobre el francés. Primero dijo que le gustaría jugar con él en su equipo porque es un gran jugador. Está cortés. Educado y hasta generoso. Después enseñó el colmillo y recordó lo importante que es la ayuda del público: "Que nos ayuden, que nos empujen en momentos complicados".

placeholder Mbappé celebra el gol al Real Madrid
Mbappé celebra el gol al Real Madrid

Tiene razón el croata. A su manera, con su elegancia, enseñó los colmillos y dio un toque de atención. De puertas para adentro, en el vestuario y las charlas de Ancelotti, hablan de cómo hacerle daño al PSG. El plan del entrenador y los jugadores es hacer lo que llaman "un partido inteligente". No se trata de volverse locos, pero sí de tener personalidad, energía y agresividad. Es clave que Mbappé sufra una tortura y sienta que no juega en casa. Si hay aficionados que van al estadio a frotarse las manos por ver de cerca a su nuevo ídolo, están muy equivocados. Han comprado la entrada equivocada. Esto no es lo que necesitan sus jugadores. No es el día para aplaudir al francés. Es el momento para intimidarle, ponerle nervioso, provocar que tome malas decisiones y hacerle la vida imposible.

Un ambiente hostil

Mbappé llegó a Madrid sonriente. No cojea, aparentemente, tras la entrada de su compañero Gueye en el entrenamiento del lunes. Tiene un golpe en el tobillo izquierdo. Las imágenes del pistón dolieron también en Madrid por miedo a una fractura. Una lesión, a cuatro meses de acabar el contrato para quedar libre, tampoco es una buena noticia para los intereses del club blanco. Pero el francés está para jugar y lo hará dejándose la piel, dando todo lo mejor que tiene, poniendo la carne en el asador para eliminar al Madrid. Así que no es el momento para que en el Bernabéu haya una atmósfera hibrida entre la remontada y un cariñoso recibimiento. El ambiente tiene que ser hostil con Messi, Neymar y también, por supuesto, con Mbappé, que para eso es el mejor del equipo parisino.

Foto: Los jugadores del Real Madrid celebran el triunfo contra la Real Sociedad. (REUTERS/Juan Medina)

Modric y sus compañeros no le van a poner la alfombra roja a Mbappé. Tiene que ser de pinchos. Este es el mensaje que ha querido transmitir, educadamente, el veterano futbolista croata. Ya llegará la ocasión de llenar el Bernabéu en la presentación del francés. Si finalmente se cierra el fichaje porque el club parisino-qatarí no ha dicho la última palabra. La última oferta, según medios franceses, es una locura. Mbappé podría ganar 50 millones de euros netos en cada una de las dos próximas temporadas con una prima de fidelidad de 100 millones de euros limpios. Lo que es lo mismo que ingresar 8,3 millones de euros cada mes; 1,9 millones a la semana; 273.000 euros al día; 11.500 euros a la hora; 190 euros al minuto y 3 euros al segundo. Es un cálculo de lo rico que podría ser en el PSG si acepta la renovación.

A estas cifras no va a llegar nunca Florentino Pérez. Con el francés lo que tiene el Madrid es un acuerdo verbal y la esperanza de que cumpla su palabra y el deseo de jugar en el Real Madrid. Las presiones de Qatar son fuertes. La resistencia de Kylian Mbappé, rechazando cada una de las ofertas de renovación, es lo que anima a los seguidores madridistas a darle las gracias e ir al estadio a aplaudirle.

Foto: Sergio Ramos, con gesto serio, antes de un partido de PSG. (REUTERS/ Sarah Meyssonnier)

Mbappé es una batalla entre dos clubes ricos. El PSG por ser un club-estado que tiene músculo financiero ilimitado y está fuera del control de los organismos futbolísticos. El Real Madrid con la hucha llena de dinero por la política de ahorro, recortes en la masa salarial y ventas que viene haciendo Florentino desde hace dos años. Gracias a esto pudo llegar a ofrecer 200 millones de euros al PSG en el pasado verano. Fueron rechazados. Pero es lo que tenía que hacer el presidente del Madrid para cumplir con la petición de Mbappé. No quería salir a coste cero.

Hay tanta histeria con Mbappé, que se ha llegado a especular que la entrada de Gueye es un montaje. De locos. ¿Cómo es posible que salieran a la luz unas imágenes de un entrenamiento a puerta cerrada? La explicación es que el PSG filtra la acción para proteger a Mbappé y no se pueda interpretar que el francés se quita de en medio si no puede jugar o rendir a tope por un golpe en un entrenamiento. Va a jugar y se dejará la vida. Seguro. Así que con el enemigo lo que no hay que ser es blando.

Luka Modric ha sido claro. "No sé cómo recibirá el Bernabéu a Mbappé. Al madridismo solo le pido que nos apoye a nosotros a muerte. A nuestros jugadores, no a los rivales", dice el croata con esa tranquilidad que le caracteriza en las horas previas al decisivo partido entre el Real Madrid y el Paris Saint-Germain. En otros tiempos, con otro perfil de jugador nada políticamente correcto, la respuesta hubiera sido más contundente. Mbappé tiene que sufrir un infierno en el Bernabéu. Estas palabras habrían salido de cualquier madridista y futbolista que ve a Mbappé como un enemigo y no va a ir al Bernabéu con la ilusión de que le queda poco para enfundarse la camiseta del Real Madrid.

Kylian Mbappé
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