La Real, un caramelo envenenado para un PSG pendiente de la relación Luis Enrique-Mbappé

Según Séneca, "la suerte es el cruce de la oportunidad con la preparación". Y esto es lo que la Real Sociedad debe pensar después de que en el sorteo de los octavos de final de la Champions League le tocara el Paris Saint-Germain. Cruzarse con un rival que, en circunstancias normales, debería haber quedado primero de su grupo, es una oportunidad para la que el equipo que dirige Imanol Alguacil ha demostrado estar sobradamente preparado.

La Real se ha clasificado para octavos como primera de grupo, por delante de dos campeones de Europa como el Inter de Milán, con tres títulos (1964, 1965 y 2010), y el Benfica, con dos (1961 y 1962). Y además lo ha hecho de manera solvente. Sin perder ningún partido y encajando tan solo dos goles. Con un fútbol claramente dominador en los seis encuentros y demostrando la madurez necesaria para sacudirse los complejos y jugar al ritmo que marcan los Zubimendi, Merino, Brais, Oyarzabal, Kubo o Barrenetxea.

Esto es algo que se adquiere jugando asiduamente en Europa, precisamente lo que lleva haciendo el equipo donostiarra los últimos cuatro años. Y con una mentalidad ambiciosa, algo que el mencionado Imanol ha sido capaz de inculcar a sus futbolistas, a pesar de ser el equipo que más canteranos ha utilizado (12), tal y como quedó patente en dos estadios tan imponentes como el lisboeta Da Luz y el milanés San Siro, sin olvidar la exhibición ofrecida en la visita a Salzburgo.

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"Los sorteos nos están poniendo últimamente ante desafíos que nos retan a mostrar en qué queremos transformarnos, y qué queremos llegar a ser". Este es el análisis que hizo el director deportivo de la Real, Roberto Olabe, al conocer el emparejamiento con el PSG, para añadir que "el equipo lleva ya tiempo en crecimiento sostenido y probándose con los mejores conjuntos de Europa. El grado de madurez en el que estamos nos pone ante un rival que nos va a decir dónde nos encontramos exactamente".

Aperribay, del susto a la "plena confianza"

Es normal que, viendo el resto de rivales que le podían haber tocado tras haber quedado primero de grupo, el presidente, Jokin Aperribay, se mostrara algo contrariado nada más acabar el sorteo. "Qué le vamos a hacer. A ver cómo nos va", dijo en los micrófonos de Movistar, para posteriormente enviar un mensaje mucho más optimista a través de las redes sociales del club. "Plena confianza, vamos a ir con toda la fuerza y estoy convencido de que todos unidos, afición y equipo, lo podemos conseguir", señaló con un semblante más relajado.

Sin embargo, y aunque suene a tópico, todo dependerá de cómo lleguen ambos equipos en el partido de ida, que se jugará a las 21:00 del miércoles 14 de febrero. Una fecha que a la Real no le viene nada bien, pues tres jugadores tan importantes como Kubo, Traoré y Sadiq llegarían muy justos en el caso de que las selecciones de Japón, Mali y Nigeria, respectivamente, se clasificaran para la final de la Copa de Asia del sábado 10 en el caso del primero o de la Copa de África del domingo 11, en el de los otros dos.

En cualquier caso, y siguiendo en la línea de Olabe, "si lo vemos como una mera eliminatoria, asumimos la dificultad, pero si vemos el torneo como un todo, tenemos que ganar a quien se ponga delante para aspirar a algo", comentó el director deportivo txuriurdin, la Real no debe tener ningún miedo al PSG, quien seguro que se alegraría de evitar cruzarse con rivales como Real Madrid, Manchester City, Bayern, Arsenal, Atlético de Madrid e, incluso, FC Barcelona, los otros seis que podían haberle tocado, y, por tanto, tendrá toda la presión ante un caramelo envenenado.

Otro desplazamiento masivo, aunque limitado

Además, y después de un desplazamiento a París que volverá a ser masivo, aunque limitado a unas 2.400 entradas, el hecho de jugar el segundo partido en casa es un factor que también debe animar a jugadores y aficionados de la Real. Así, el martes 5 de marzo, también a las 21:00 horas, Anoeta recibirá a uno a de los equipos más poderosos de Europa, con un futbolista estelar como Kylian Mbappé y un entrenador, Luis Enrique, que conoce de sobra el potencial del equipo que dirige Imanol.

Para entonces, y aunque sea volver con la misma cantinela, el futuro del delantero francés volverá a estar en el aire, ya que estará libre para negociar con el equipo que quiera de cara a la próxima temporada. De ahí que su actitud seguirá siendo mirada con lupa y quién sabe si su relación con Luis Enrique aún es más tirante. En la última jornada de la fase de grupos de la Champions, ante el Borussia Dortmund, a Mbappé no le gustó que su entrenador optara en los minutos finales por aguantar el resultado en lugar de ir a por la victoria.

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Y es que, como bien se encargaron de recordar algunos aficionados al poco de conocerse el emparejamiento de la Real con el PSG, no hay que olvidar que el equipo parisino sumó un punto en el Parque de los Príncipes contra el Newcastle gracias a un polémico penalti. Un resultado que a la postre le permitió clasificarse como segundo de grupo, pues de lo contrario hubiera quedado cuarto, con siete puntos y peor goal average que los ingleses. Pues eso, que quizás la Real no tuvo suerte, pero el PSG seguro que tampoco.