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Los 50 millones del Mundial de Clubes no cambiarán nada en el Atleti: los motivos de un 'fracaso' en Champions que era inevitable
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ELIMINADO EN CUARTOS DE FINAL

Los 50 millones del Mundial de Clubes no cambiarán nada en el Atleti: los motivos de un 'fracaso' en Champions que era inevitable

La burbuja rojiblanca estalló en Dortmund a la vez que se certificaba su presencia en el novedoso torneo, un buen ejemplo de lo que lleva siendo el club los últimos años

Foto: Los jugadores del Atlético, tras su eliminación en la Champions League (EFE/EPA/CHRISTOPHER NEUNDORF).
Los jugadores del Atlético, tras su eliminación en la Champions League (EFE/EPA/CHRISTOPHER NEUNDORF).

Se acabó la historia de este Atleti en Champions, un fiel reflejo de lo que es el equipo hoy en día. El primer acto de la eliminatoria fue ante su público, en un Metropolitano que no ha dejado de tapar las carencias que tiene la plantilla (y el club), con los rojiblancos siendo muy superiores pero dejando escapar vivos a los alemanes. El desenlace ya era de sobra conocido, y pese al acelerón que volvió a ponerle a las puertas de las semis tras el descanso, sacando todo lo que tenía en el banquillo, el Dortmund se encargó de bajarlos a la tierra con dos golpes definitivos que no supo ni de dónde le venían. Y al girarse el Cholo hacia los suyos no tenía mucho más.

Para llegar lejos en Europa hay que ser determinante en las dos áreas, y este Atleti ni mucho menos lo es. Los fallos incomprensibles en los mano a mano que cualquier otro no fallaría, o al menos tiraría entre los tres palos, se unen a la endeblez defensiva que hace que cualquier rival sea un cuchillo en mantequilla. Cuatro goles y 19 remates concedidos en un partido en el que te juegas las castañas. Y pasó lo que era inevitable que pasara, porque este Atleti está a años luz de ser uno de los cuatro mejores equipos de Europa. Por mucho que la oportunidad se presentara casi como única, viendo el rival y el lado del cuadro.

Foto: Marcos Llorente se queja de una acción en el partido contra el Athletic. (EFE Miguel Toña)

Poco puede sorprender para cualquiera que haya visto al Atleti esta temporada. Morata, único delantero centro de la plantilla si tenemos en cuanta las sempiternas lesiones de Memphis, lleva un gol desde enero, o lo que es lo mismo, un tanto en 16 partidos. La defensa es un coladero, con el Cholo inventándose una y otra vez nuevas posiciones (Witsel, Azpilicueta o Llorente) mientras las soluciones desde arriba son fichar a Söyüncü, el propio Azpi o Gabriel Paulista. Todos ellos libres, claro. El portero es el mejor que ha tenido el club en su historia, pero ya no es capaz de detener los huracanes que antes sí detenía. Y poco se le puede achacar.

Y tema aparte es el centro del campo. Los dos mejores de la medular (Koke y De Paul) están lejísimos de tener el ritmo frenético que exige un partido de Champions, y el paso de los minutos basta para comprobarlo ante cada rival que pone físico sobre el césped. Agujeros en cada una de las líneas que provocan que cualquier equipo sea capaz de hacerle un roto. Y así se lleva demostrando todo el año, pese a que las victorias ante el Real Madrid o la remontada frente al Inter lo hayan tapado por momentos. Por supuesto, todas ellas en casa.

Los 50 millones del Mundial de Clubes no cambiarán nada en el Atleti

La eliminación del Atlético de Madrid llegó de la mano de la del Barcelona ante el PSG, por lo que los rojiblancos se aseguraron participar en el novedoso Mundial de Clubes que se jugará por primera vez en 2025... y un ingreso extra de 50 millones de euros. Una inyección económica que hay que sumarle a las once temporadas seguidas entrando en Champions (algo surrealista hace una década) y el premio por llegar hasta los cuartos de final de la competición. Pero el objetivo sigue siendo quedar cuartos, asegurar el montante con otra participación en Liga de Campeones, y sobrevivir con lo que se pueda en todo lo demás. Aunque suponga un descenso descarado del nivel.

placeholder Simeone, junto a Cerezo y Gil Marín en el acto de renovación hasta 2027 (EFE ).
Simeone, junto a Cerezo y Gil Marín en el acto de renovación hasta 2027 (EFE ).

Parce que ha pasado un mundo, pero el Atleti vendió a Carrasco en septiembre, con la temporada más que empezada, algo que quedó atrás por el buen encaje de Lino en el carril zurdo. Pero antes de todo ello la inversión para competir entre los mejores en verano fue fichar a Javi Galán (5M€), cedido a la Real Sociedad meses después, Santiago Mouriño (2,7M€), cedido al Zaragoza en verano, Samu Omorodion (6M€), cedido al Alavés horas después, y traer gratis a Söyüncü y Azpilicueta. Una muestra más de lo que hay, con el club sin haber dejado de crecer pero habiendo realizado un gasto de unos 6 millones de euros anuales desde que está Simeone. Y por ello el Cholo también es uno de los grandes culpables.

Es una leyenda por todo lo conseguido, pero en esto no hay otra forma de verlo. Le pese a quien le pese, Simeone ha estado tragando con la situación más de una década. La directiva ha reemplazado con parches y retales la sangría constante de talento que ha tenido el equipo. Yéndose por millonadas jugadores top como Rodri, Lucas, Thomas, Arda, Diego Costa, Theo, o el propio Griezmann, y no siendo capaces de apostar gastando por sustitutos de nivel, con la excepción del mal negocio de invertir en el João Félix de Jorge Mendes al que no se le ha podido exprimir económicamente como se esperaba. Ahora la plantilla tiene el nivel que tiene, necesita una limpia, quitarse de encima salarios tóxicos y dejar de pagar limosnas acudiendo a jugadores que acaban contrato en la recta final de sus carreras.

placeholder Plantilla del Atlético de Madrid a comienzos de la temporada 2023/2024 (EFE/Atlético de Madrid).
Plantilla del Atlético de Madrid a comienzos de la temporada 2023/2024 (EFE/Atlético de Madrid).

El Atleti cayó en Europa, una consecuencia inevitable con el panorama que ha habido todos estos meses, y parece casi una quimera pensar que el club va a salir del bucle constante en el que lleva años girando. Ni con los milagros del Cholo, ni con el empuje del Metropolitano. La mediocridad impera cada vez más en una plantilla justita a la que se le exige pelear a puñetazos contra gigantes que van con ametralladora. Pese a que este Dortmund ni mucho menos lo era.

Se acabó la historia de este Atleti en Champions, un fiel reflejo de lo que es el equipo hoy en día. El primer acto de la eliminatoria fue ante su público, en un Metropolitano que no ha dejado de tapar las carencias que tiene la plantilla (y el club), con los rojiblancos siendo muy superiores pero dejando escapar vivos a los alemanes. El desenlace ya era de sobra conocido, y pese al acelerón que volvió a ponerle a las puertas de las semis tras el descanso, sacando todo lo que tenía en el banquillo, el Dortmund se encargó de bajarlos a la tierra con dos golpes definitivos que no supo ni de dónde le venían. Y al girarse el Cholo hacia los suyos no tenía mucho más.

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