El error histórico de Araújo condenó al Barça y salvó el disparate de Luis Enrique

El PSG estará en las semifinales de la Champions League tras remontar al Barça en Montjuic (1-4). Los parisinos aprovecharon un error infantil de Ronald Araújo. El uruguayo regaló la pelota en salida de balón y posteriormente se llevó por delante a Barcola cuando estaba a punto de plantarse solo ante Ter Stegen. El colegiado del encuentro, Itsvan Kovacs, sancionó con roja directa la acción de Araújo y el Barça, que se había adelantado con el gol de Raphinha, se derrumbó como un castillo de naipes tras quedarse con 10 jugadores.

Es cierto que el PSG fue agresivo, el reparto de espacios más lógico que en la ida, donde el PSG lanzó por la borda el primer tiempo. Sin Marco Asensio de '9' y con Barcola, Mbappé y Dembélé arriba, y su presión fue mucho más efectiva que en la ida desde el inicio. Y el Barça sufrió para estabilizarse con la pelota. Sin embargo, el primer golpe en la mesa lo dio Lamine Yamal en una jugada donde solo tuvo que superar a un defensor (Nuno Mendes) antes de asistir a Raphinha.

A partir de ahí, Lewandowski pudo anotar el 2-0, pero disparó a las nubes. La expulsión del uruguayo lo cambió todo para un PSG que no disparó a puerta hasta el minuto 27. Araújo se pegó un tiro en el pie y el Barça se desmontó. Xavi quitó a Lamine Yamal y se quedó sin su jugar más creativo en ataque y desequilibrante a cambio de mantener a Lewandowski y Raphinha. Solo el brasileño podría atacar al espacio, pero el gol de Dembélé antes del descanso hundió el sueño del Barça y el equipo perdió el control emocional.

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El palo de Luis Enrique a Xavi

Igual que su técnico. Después del descanso y tras el 1-2 de Vitinha, Xavi Hernández, absolutamente desquiciado, sería expulsado por roja directa tras patear una valla de la Champions League y protestar al colegiado una falta de manera muy vehemente. Al finalizar el encuentro, el técnico del Barça explicaría sus sentimientos: "Le he dicho que era un desastre, no era roja y que no es bueno para el fútbol quedarte con 10 jugadores; no ha entendido el juego".

El nerviosismo de Xavi Hernández se transmitiría a sus jugadores cuando la eliminatoria todavía estaba empatada y el Barça jugaba en casa. Un gol lo volvería a poner todo patas arriba, aunque los azulgranas salieron muy atrás en el descanso y demasiado parapetados en las faldas de ter Stegen. La gestión psicológica del gol fue un suicidio deportivo colectivo.

En el minuto 61, fruto de ese descontrol emocional y con todo el partido por delante, Joao Cancelo arrolló a Dembélé y Mbappé convirtió el 1-3 que daba el pase al PSG a semifinales.

La ruleta rusa del PSG

El propio Luis Enrique enviaría un dardo a Xavi tras el partido. "Intento no protestar en la medida de lo posible. Parte de mi trabajo consiste en transmitir tranquilidad a mis jugadores y enseñarles a gestionar las emociones", explicaría el asturiano. Un dardo en toda regla después de una eliminatoria marcada por el debate alrededor del estilo del Barça y su mejor garante.

Con el 1-3 en el marcador y el PSG virtualmente en semifinales, el Barça arriesgó mientras el PSG se debatía entre guardar la ropa o buscar la sentencia. Los parisinos no supieron defenderse con la pelota y rebajar las pulsaciones del encuentro contra un rival que solo contaba con 10 jugadores. Es más, el Barça hizo tambalearse al PSG en diversos momentos. Donnarumma sacó una gran mano a Lewandowski y también cantó por arriba... como en la ida.

El PSG no dominó el tramo final y casi le cuesta muy caro. El equipo azulgrana se lanzó al ataque y gozó de ocasiones muy claras para poder empatar la eliminatoria de nuevo. Robert Lewandowski pecó de egoísta en algunas jugadas, como aquella en la que decidió disparar en lugar de asistir a Joao Félix, solo a su lado. Tampoco Gündogan estuvo acertado y no pudo rascar el penalti que pidió con ahínco. Al final, Mbappé marcó el tanto de la sentencia y salvó el disparate de Luis Enrique en la ida y en la dirección de campo de la segunda parte.