Stade Brestois: el nuevo club francés en Champions que resucitó de una quiebra

Igual que el Girona FC en LaLiga, el Stade Brestois ha sido la sensación de la Ligue 1. El club francés, con apenas 30 millones de cifra de negocio –al margen quedan los 20 millones extra de CVC–, ha conseguido plaza para la próxima Champions League. Sólo le han superado el PSG y el AS Monaco, con una facturación ordinaria de 606 millones y 68 millones de euros, respectivamente, en 2022-2023, según datos de 2Playbook Intelligence para El Confidencial.

Su historia tiene otras particularidades, como que hace 20 años competía en categorías fuera del fútbol profesional. En 2004 subió a Segunda División con un jovencísimo Franck Ribéry en sus filas. Antes, en 1991, y siendo un fijo en Ligue 1, se declaró en quiebra tras acumular importantes deudas que forzaron su descenso administrativo por parte de la Dncg, el órgano de control financiero del fútbol francés. Más de una década estuvo en el fútbol amateur. Y hasta 2019-2020 no se volvió a consolidar en Primera División, aunque siempre en la segunda mitad de la tabla.

En 1991, las deudas llevaron al club al fútbol amateur. Le costó una década volver a Ligue 2

Por ello, el éxito de esta temporada es un nuevo episodio clave en su historia. Sólo por haberse clasificado a la fase de grupos de la renovada Champions League percibirá más de 50 millones de euros, atendiendo a los repartos de las últimas temporadas a clubes de su liga, como el Olympique de Marsella, que quedó colista de su grupo en 2022-2023.

Es decir, jugar en Europa le permitirá duplicar su presupuesto, amén de las mejoras de contratos que previsiblemente logrará vía patrocinios y con el ticketing y los abonos. Hasta ahora, la mitad de su cifra de negocio la viene aportando la televisión, con 15,6 millones en 2022-2023. Un tercio lo genera vía patrocinios y comercial, con 10,4 millones en el último ejercicio, y el 14% restante proviene del matchday, por donde facturó 4,3 millones de euros la pasada temporada.

Entre el resto de ingresos, destacan los 16,5 millones anuales que le ha inyectado CVC en las dos últimas campañas como parte del acuerdo macro que firmó en 2022 la LFP con el fondo de inversión. De los 1.500 millones del contrato, el Stade Brestois se queda lejos de los 200 millones del PSG o de los 90 millones del Olympique de Marsella y Olympique de Lyon, estos dos últimos clubes, que han quedado por detrás suyo en la clasificación.

“A diferencia de años anteriores, no tendremos que vender futbolistas”, explicó tras el acuerdo con CVC el director general del club, Pascal Robert. En este sentido, el club es muy sostenible. Alterna ejercicios en positivo con otros en pérdidas, pero desde que está de vuelta en Ligue 1 ha conseguido un beneficio neto agregado de casi 6 millones de euros en el ciclo 2019-2023. El ejercicio que más problemas tuvo fue el de la pandemia, en el que los 4 millones que no pudo generar por matchday (al estar cerrados los estadios) le generaron unas pérdidas con casi mismo importe.

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Jabier Izquierdo

Asimismo, la consecución del tercer puesto de la Ligue 1 en 2023-2024 también responde a una apuesta por aumentar su competitividad arrancada dos temporadas antes. Entre 2021 y 2023, el club incrementó un 30% el gasto en personal, hasta 33,1 millones de euros. Un esfuerzo por contar con una plantilla que aspirara a mayores cotas y que también se refleja en las amortizaciones por fichajes, que crecieron un 81%, hasta 9,36 millones a cierre de 2022-2023.

Pese al incremento, su masa salarial, de 42,5 millones, estaba muy por debajo de las de Lille (97,5 millones), OGC Niza (141,1), Olympique de Lyon (197,4), RC Lens (80,5) y Olympique de Marsella (187,6), sus inmediatos perseguidores en la tabla esta temporada.

Mudanza a Guingamp a la espera del estadio nuevo

El club es de Brest, una ciudad portuaria de Bretaña, en el noroeste de Francia, una zona sin gran tradición en el fútbol galo. En parte, por ello, y en parte porque tiene una población de 140.000 habitantes, el club no tiene un estadio acorde a su categoría deportiva actual. El Francis-Le Blé, con capacidad para 15.220 espectadores, tiene, principalmente, gradas retráctiles. Por lo tanto, el aforo que le permite Uefa para jugar en su casa la Champions es de apenas 5.000 asientos.

Es un caso muy similar a lo que le sucede al Girona FC, que pasará de poder acoger a 14.624 espectadores en Montilivi a cerca de 9.500. Los catalanes ya anunciaron que se quedarían en su estadio pese a este inconveniente. Asumirán el roto en ingresos por matchday o elevarán los precios para estos partidos para compensarlo. En Brest, sin embargo, se ultima su mudanza para la Champions. Hace pocos días, el alcalde de la ciudad, François Cuillandre, anunció que está prácticamente cerrado un acuerdo con el Ayuntamiento de Guingamp y el EA Guingamp (Ligue 1) para competir en el Stade du Roudourou. La ciudad está a una hora y media en coche de Brest y su campo tiene capacidad para 18.250 espectadores.

Ahora, y tras alcanzar la Champions, el Stade Brestois ha acelerado el proyecto de construir un nuevo estadio. Es algo en lo que ya venía trabajando previamente, pero su presencia en Europa lo ha impulsado nuevamente. El club ya tiene naming rights para el Arkéa Park, que llevará el nombre del banco regional –conocido en la industria por patrocinar un ciclista en el WorldTour– y se estima que cueste 106,5 millones. Las obras arrancarán en 2025 y se inaugurará en 2027. Para entonces, el interrogante es si el Stade Brestois seguirá compitiendo en Champions League.

*Artículo publicado originalmente en 2playbook.com.