Nuri Sahin, el último gran fracaso del Madrid que quiere amargar la Champions a su exequipo

Nuri Sahin puede conseguir algo que nunca logró como futbolista: el título de Champions. El que fuera internacional turco se ha convertido en una pieza importante del Borussia Dortmund desde el banquillo, funcionando a las mil maravillas como asistente de Edin Terzig y, sobre todo, como intermediario entre el entrenador y la plantilla. Sus 35 años le hacen ser casi un jugador más, aquello que no pudo sentir en exceso cuando fichó por el Real Madrid de José Mourinho.

El que fuera internacional turco lo tuvo todo para ser una estrella mundial, pero las lesiones se lo impidieron. Nacido en Lüdenscheid (Alemania), pero de ascendencia turca, pronto demostró que era un jugador diferente: a pesar de no ser muy corpulento, su capacidad para controlar el balón, mover al equipo y su llegada al área contraria pronto le convirtieron en un futbolista a tener en cuenta. El Borussia pronto le descubrió y le hizo entrar en sus categorías inferiores.

TE PUEDE INTERESAR

Querido Madrid: el Dortmund no es un equipo simpático, es un recuerdo amargo por borrar

Ángel del Riego

Con solo 15 años, Sahin debutaba con el primer equipo. Su llegada fue tan sorprendente que pronto se convirtió en un jugador indiscutible dentro del equipo: en sus dos primeras temporadas, jugó cerca de 50 partidos, pero un año después, en la 2007-08, salía cedido hacia el Feyenoord, en busca de otra oportunidad de nivel. Aquella temporada, en la Eredivisie, fue la de su explosión, con 34 partidos jugados en los que marcó 6 goles y dio 5 asistencias.

Convertido en futbolista del Borussia con letras mayúsculas, jugó tres temporadas a un altísimo nivel, que le colocaron como uno de los jóvenes con más proyección del panorama internacional. El Real Madrid no quiso perder la oportunidad y, en la 2011-12, lo fichaba por 10 millones de euros. El joven otomano llegaba a la casa blanca para coger las riendas de la medular, para convertirse en una pieza vital y en un futbolista que marcara las diferencias. Pero nada más lejos de la realidad.

Sahin llegó lesionado y tardó seis meses en debutar con el Real Madrid. Pero los problemas físicos, la falta de continuidad y, sobre todo, la incapacidad del jugador para encontrar la forma, solo le permitieron jugar 4 partidos, en los que dejó 1 gol y 1 asistencia. Mourinho no pudo contar demasiado con un futbolista que llegaba para ser importante y que se convirtió en una figura de cristal. Pasó a ser considerado como uno de los grandes fracasos del equipo blanco.

Tras una cesión al Liverpool, donde tampoco tuvo minutos, regresó al Dortmund, pero ya nada volvió a ser lo mismo. Tras seis temporadas, donde las lesiones fueron habituales, ficharía por el Werder Bremen para, dos años después, acabar en el Antalyaspor turco. Allí, a los 33 años y por necesidades del guion, colgaba las botas y se convertía en su entrenador. Desde el banquillo, tampoco encontró el brillo esperado... hasta que este invierno regresó al Borussia.

El césped ya quedaba lejos, ya no hacía falta sacar lustre a las botas, pues era el momento de ser el asistente de Edin Terzig. La idea no solo era el regreso de un hombre de club, que conocía el Borussia mejor que muchos, sino contar con un asistente que fuera capaz de ser cercano a los jugadores. De la misma quinta que Mats Hummels y Marco Reus, Sahin llegaba para ayudar al equipo. Y su manera de interpretar los partidos ha sido fundamental en Champions.

El Dortmund sintió que le faltaba un asistente que fuera capaz de transmitir mejor la idea de juego de Terzig y Sahin ha cumplido con las expectativas a la perfección. No en vano, el conjunto alemán está en la final de Champions y parte de la responsabilidad es suya. Aquel futbolista que fichó por el Madrid para ser una estrella mundial, pero acabó estrellado, puede hacer historia con el equipo de su vida. Eso sí, desde el otro lado del césped, donde vivió demasiado tiempo cuando vestía de blanco.