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El Real Madrid es brutal: gana la decimoquinta Champions con Carvajal de héroe (0-2)
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sufrió contra un gran dortmund

El Real Madrid es brutal: gana la decimoquinta Champions con Carvajal de héroe (0-2)

El Real Madrid se proclama campeón de la Champions en una final donde sufrió una agonía y la sacó adelante con el pundonor y el primer gol de Carvajal. Vinícius hizo el segundo y Courtois fue un gigante

Foto: Dani Carvajal celebra el gol marcado al Borussia Dortmund. (EFE Kiko Huesca)
Dani Carvajal celebra el gol marcado al Borussia Dortmund. (EFE Kiko Huesca)

El Real Madrid es brutal. Gana la decimoquinta Champions con un gol de Dani Carvajal. El nuevo héroe es un lateral derecho, un canterano, el que puso la primera piedra de la Ciudad Deportiva de Valdebebas junto a la leyenda de Di Stéfano. Carvajal ya es un mito. Un ídolo y referente de lo que tiene que ser un jugador del Real Madrid en los momentos complicados. Lo estaba pasando muy mal el Real Madrid ante un gran Borussia Dortmund y Carvajal se echó al equipo a sus espaldas. Vinícius dio la puntilla con el segundo tanto.

La final fue un sufrimiento para el Real Madrid. Con una mala primera parte, sorprendido y superado por el equipo alemán. Sujetado por Courtois, como en la final de París contra el Liverpool hace dos años. El belga regresó a lo grande de su lesión. Otra vez clave para sostener a su equipo en los momentos de agonía. De la primera parte salió vivo el Real Madrid y en la segunda se agigantó con el gol de Carvajal. El Dortmund se cayó y el Real Madrid le castigó con un segundo gol. De Vinícius. Con un zurdazo mordido. Vinícius ha marcado en las dos finales que ha jugado. Se juntaron el héroe de la Decimocuarta con el de la Decimoquinta. Y con ellos el gigantesco Courtois.

De menos a más. Sin rendirse. Sufriendo, resistiendo y esperando su momento. Es un equipo invencible en las finales. El Real Madrid nunca muere. La final empezó con la invasión de unos espontáneos que se colaron en el césped y pararon el partido en el primer minuto. Las medidas de seguridad, que fueron excepcionales fuera de Wembley, fallaron en el interior del estadio. Con el balón en juego, el primer intento de ataque fue una arrancada de Vínícius por la banda izquierda que acabó en nada. Por el fondo de los aficionados blancos. Aprovechó para agitar a los suyos. El Dortmund respondió con juego directo y en su primer ataque provocó y amenazó con el primer córner del partido. En los minutos de tanteo, el equipo alemán mostró que quería jugarle de tú a tú al Real Madrid y fue superior en la primera parte.

Al equipo de Ancelotti le costó coger el control del balón ante un rival físico, intenso, agresivo y ordenado. Era el guion esperado. El Madrid dio un paso adelante en la presión en campo contrario. Había que provocar el error, intimidar y acabar jugadas. Lo intentó Fede Valverde con un disparo alto con la zurda que se fue muy alto de la portería de Kobel. Desde la misma zona probó Vinícius, sin puntería, en un primer cuarto de hora plano de los dos equipos. Demasiado respeto y muchas precauciones en ambos bandos.

placeholder Bellingham se tira a tapar un centro de Maatsen. (Reuters/Carl Recine)
Bellingham se tira a tapar un centro de Maatsen. (Reuters/Carl Recine)

Al Dortmund le interesaba no dejar espacios y salir al contragolpe. Al Real Madrid tener más posesión y madurar las jugadas, moviendo el balón de banda a banda, buscando las grietas para sorprender. Y el que lo hizo fue el Dortmund con un balón a Adeyemi a la espalda de Rüdiger y Carvajal. Adeyemi se plantó ante Courtois y el belga lo resolvió con una salida inteligente. Sin hacerle penalti le obligó a escorarse, dejarle sin ángulo y llegó Carvajal para enviar el balón a córner. Primer gran susto para el Real Madrid. Enorme Courtois haciéndose grande. Se desató el equipo alemán, con más confianza que un superado y frágil Real Madrid.

Desajustes defensivos

Llegaron los minutos de sufrimiento para el Real Madrid. El Dortmund se creció, se envalentonó y acosó con una serie de ataques. Uno de ellos acabó con un disparo de Füllkrug al poste. Ancelotti protestó un posible fuera de juego. Dos acciones amenazantes del Dortmund en los primeros veinticinco minutos en fallos defensivos y falta de intensidad en el bloque del Madrid.

El equipo de Ancelotti se convirtió en un coladero y volvió a llegar con Adeyemi en una jugada vertical que cogió la espalda a la defensa. El disparo lo desvió Courtois. De nuevo, el belga salvó el primer gol. Adeyemi era un dolor de cabeza, la pesadilla de un Dortmund que salía en estampida por velocidad y con mucho peligro se plantaba en el área del Real Madrid. Al equipo de Ancelotti le entró la inseguridad. Flojo atrás, sin fluidez en el juego de construcción e inofensivo arriba.

El escenario se puso peor con una tarjeta amarilla a Vinícius por ir a la presión a un balón en los pies del portero del Dortmund. El árbitro interpretó la acción como temeraria. Un síntoma más de la impotencia que acumulaba el Real Madrid. No le salía nada. Ni la presión arriba, ni la claridad para crear ocasiones, ni la solidez atrás. Desactivado y sorprendido por un Dortmund con las ideas más claras con y sin balón. Era un drama. Sabitzer volvió a probar desde fuera del área y obligó a Courtois a despejar a córner en una buena estirada del belga.

El Real Madrid acabó el primer tiempo asustado, defendiéndose como podía, desordenado, desajustado y sin disparar a portería. Lo mejor, que el Dortmund perdonó.

Bellingham, fatigado

El Real Madrid necesitaba reaccionar, encontrar algo a lo que agarrarse para recuperar el pulso competitivo. Llegó en el inicio de la segunda parte con un disparo de falta de Kroos a la escuadra que desvió el portero a córner. El saque fue rematado de cabeza por Carvajal. Dos buenas ocasiones para amenazar al equipo alemán. Se igualó el partido con otra llegada de Carvajal que finalizó con un peligroso remate. El pundonor del lateral derecho metió en el partido a su equipo, que subió la intensidad y la seguridad en defensa. Carvajal iba a ser clave.

El Dortmund persistió en su plan y volvió a generar una buena ocasión de gol en un cabezazo de Füllkrug. Otra vez Courtois, atento y firme, para despejar con las palmas de las manos. El equipo alemán perdonaba y en el Madrid lo intentaban Vinícius y Rodrygo por las bandas. Ponían centros. Faltaban rematadores.

Se echaba de menos a Bellingham, lento, espeso, sin chispa y anulado. La tuvo el inglés en un centro de Vínicius al que saltó, con la salida del portero, y no llegó al remate. Otra gran ocasión desperdiciada para el Real Madrid. A esos balones llegaba con facilidad en la primera mitad de la temporada. Estaba ágil, poderoso y atinado. En Wembley se le vio fatigado.

En Carvajal estaba la fe y el gol. Lo consiguió en un remate de cabeza, en el primer palo, tras un córner botado por Kroos. El Dortmund se despistó en el marcaje del lateral derecho y el espíritu insaciable, la garra y el coraje premió a Carvajal. Bellingham la tuvo para hacer el segundo y volvió a fallar. No lo hizo Vinícius, incansable. Su derroche y su tenacidad le valió para cerrar la final con el segundo gol. La Decimoquinta hace más grande la historia del Real Madrid.

El Real Madrid es brutal. Gana la decimoquinta Champions con un gol de Dani Carvajal. El nuevo héroe es un lateral derecho, un canterano, el que puso la primera piedra de la Ciudad Deportiva de Valdebebas junto a la leyenda de Di Stéfano. Carvajal ya es un mito. Un ídolo y referente de lo que tiene que ser un jugador del Real Madrid en los momentos complicados. Lo estaba pasando muy mal el Real Madrid ante un gran Borussia Dortmund y Carvajal se echó al equipo a sus espaldas. Vinícius dio la puntilla con el segundo tanto.

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