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"La suerte no existe". Esta es la Biblia de la flor del Real Madrid en Europa, un rey que busca nueva corona
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Dortmund-Real Madrid, a las 21:00

"La suerte no existe". Esta es la Biblia de la flor del Real Madrid en Europa, un rey que busca nueva corona

El equipo de Ancelotti disputa una nueva final de la Champions. Parten como favoritos ante el Dortmund, pero se recuerda la edición del 81, la última perdida por los madridistas. Mostramos la radiografía de un aspirante a campeón abonado a la épica

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El escritor Ángel del Riego, junto a su hermana Marta, analizó en el libro La Biblia Blanca: Historia sagrada del Real Madrid, la relación entre la mística del conjunto blanco y los éxitos cosechados a lo largo de sus 122 años de existencia. "El Madrid gana para no perder, para ir acumulando victorias y estadísticas que le ofrezcan algo parecido a la inmortalidad. No hay razón más allá de la victoria, algo que se entiende en cualquier parte del mundo, especialmente por aquellos que solo han conocido la derrota. 'El Madrid gana por todos nosotros’, podía ser el lema de una religión: la blanca'".

El Real Madrid, históricamente, es una dualidad en el mundo del fútbol. Mientras el madridismo abraza su espectro más espiritual, el antimadridismo señala los beneficios de ser el equipo más poderoso del país. Dos caras de una misma moneda, que se explica especialmente bien en el cántico que ambos bandos utilizan al unísono: "Así, así, así gana el Madrid". Por épica y por fútbol para unos, por suerte o por atraco para otros. Como sea. Pero gana.

Esa capacidad para vencer tiene su máxima expresión en la Champions League. Un torneo que no entiende de regularidad, tan cruel y tan fascinante, el título que todo jugador quiere levantar. El idilio de la Copa de Europa y el Real Madrid es el amor más inquebrantable que existe en el fútbol. En temporadas mediocres, el conjunto blanco conseguía llegar a altas fases de la competición, e incluso, conquistarlas, hasta alcanzar la irrisoria cifra de 14 orejonas, que esta noche pueden ser 15. Especialmente sangrante han sido sus éxitos en la última década, donde ha sumado cinco títulos (2014, 2016, 2017, 2018 y 2022) y unas ocho semifinales. Por los goles en el último minuto, por las remontadas imposibles, por casi convertir la parodia en realidad, surgió la ya famosa flor en el culo del Real Madrid. Otra vez la dualidad. Suerte para unos, destino para otros.

La estadística no lo puede explicar

Dejamos a un lado la antigua hemeroteca, y analizamos el camino hasta la final de este 2024. Después de una, relativamente, cómoda fase de grupos, el Madrid viajó a Alemania en los octavos. El drama se sorteó en la eliminatoria ante el Leipzig. Brahim exhibió su brillantez en la ida con un tanto cuyo valor se apreció en la vuelta. Sobrevoló el drama por encima de las cabezas de los aficionados del Santiago Bernabéu, que vieron a un Madrid trotón que acabaría firmando un empate en casa (1-1), suficiente para superar el escollo, aunque con una imagen regulera.

En un año en el que no se habló de las bolas calientes en el sorteo de cuartos y semifinales de la Copa de Europa (¡sorpresa!), el azar emparejó a los dos máximos candidatos en los cuartos de final. Manchester City, vigente campeón, y Madrid, el devorador de Europa. Ninguno estaba contento, resoplos en las expediciones de los clubes que viajaron a Zúrich. Solo sonrieron los rivales, a sabiendas de que uno de los cocos se iba a casa en una final anticipada. Como se puede observar en el gráfico, el Madrid fue capaz de estar por encima de sus rivales en todo lo relativo a los expected goals, métrica estadística de Big Data que otorga información de las oportunidades generadas. A grandes rasgos, y con los peros que cualquier métrica variable tiene, el dato explica los goles que en función de la cantidad de ocasiones y de su calidad debería haber conseguido un equipo en un partido.

Especialmente sangrante fue el partido de la vuelta de los cuartos ante el City, que analizaremos a continuación. Pero esa es la clave del Real Madrid. La flor o el destino, pero cuando las cosas van mal, los de Ancelotti resisten, los rivales fallan ante la presión, los futbolistas merengues se crecen, resuenan las campanas. La historia se repite, una y otra vez. Superada la eliminatoria en Mánchester, llegó el reto más complicado de la temporada: los renombrados favoritos a la competición se midieron ante el Bayern de Múnich.

El Bayern, otrora bestia negra del Madrid, también reflejó a la perfección la dificultad que existe al enfrentarse a los equipos alemanes. Para llegar a Londres, había que derribar el Muro de Berlín. Joselu fue el héroe inesperado; un secundario de lujo que se erigió como protagonista de facto. Sus dos goles en el descuento transformaron el Bernabéu en el circo romano. Y decretaron el estado de euforia y entusiasmo en Madrid hasta el viaje al Reino Unido.

El milagro del Etihad

17 de abril. Vuelta de los cuartos de final. Una ciudad no demasiado acogedora como Mánchester recibió la visita del Real Madrid. El todopoderoso City de Pep Guardiola, vigente campeón, frente a frente al rey de la competición. El Santiago Bernabéu había dejado todo abierto para el Etihad, con un impresionante 3-3. El pulso general de la afición madridista era pesimista. Se trataba de una final anticipada, pero los argumentos futbolísticos del equipo inglés eran superiores, sobre todo, gracias a una plantilla extensa, donde los petrodólares permiten doblar posiciones con futbolistas de más de 50 millones de euros.

La idea de Carlo Ancelotti era valiente, salir a hacer daño, sorprender a Pep en casa. Lo consiguió con un gol inesperado de Rodrygo en el minuto 12. Desde entonces, la máquina de fútbol del City no dio opción a la disputa de la pelota. El cronista de El Confidencial, Ulises Sánchez-Flor, así lo plasmó: "El esfuerzo fue brutal, sujetado por un grandioso Lunin y un sistema defensivo de enorme valor de supervivencia. Le dio para llegar a la prórroga. A costa de un desgaste físico extraordinario, con mucha actitud y poco fútbol”.

El Madrid se puso por delante en la eliminatoria y la propia inercia del Etihad, así como la indiscutible calidad de los citizens, metieron a los merengues en su propia portería. Los datos hablan de la superioridad de los locales. Dentro del sufrimiento, del ejercicio de supervivencia, salieron héroes habituales. Rudiger, pese a fallar en el gol De Bruyne, estuvo titánico; Dani Carvajal redondeó una temporada para el recuerdo y, por supuesto, Lunin demostró ser un guardameta de élite y uno de los mejores parapenaltis. Guardiola, quizás el gran villano del madridismo, y, desde luego, archienemigo futbolístico, dio mérito al rey: "La suerte no existe y estoy de acuerdo. No hemos conseguido hacer gol. Hemos hecho todo. Qué manera más cojonuda de perder". Si existía la flor, la Champions era un jardín para el Madrid.

Una Champions que solo se puede perder

A nadie se le escapa el favoritismo absoluto del Real Madrid de cara a la final de la Champions que se disputa esta noche en Londres. A Wembley llega como campeón de la Liga, mientras que su rival, el Dortmund, ha realizado su peor temporada doméstica de la última década (quinto en la tabla). De hecho, hay una pregunta que el aficionado casual del fútbol se hace. "¿Cómo ha llegado aquí? Bueno, un punto de suerte. El PSG dio seis palos en su eliminatoria. Luis Enrique se quejó, pero tenía razón. Pero esa suerte había que buscarla, y lo hicieron. También hay algo importante, pese a que la temporada ha sido muy mala en Alemania, conectaron en el tramo final, han hecho click cuando debían. Es el tercer mejor equipo de la Bundesliga en la segunda vuelta", argumenta Andrés Weiss, especialista en el fútbol germano de La Media Inglesa.

"En diciembre estuvieron a punto de despedir a Edin Terzić. El equipo llevaba una racha horrorosa. Marco Reus pidió su marcha, el club está desencantado. Hubo un comité de crisis y siguió. A partir de ahí, hay un cambio importante en el estado de ánimo. De todas formas, querían a Naggelsman y este les rechazó. En principio seguirá", analiza el periodista: "Tienen las armas suficientes para subsistir partido a partido, esa ha sido la clave de su éxito. Un delantero autosuficiente como Niclas Füllkrug; a Mats Hummels, un central ganador de duelos nato e histórico, y la portería cubierta con un gran guardameta, Gregor Kobel".

"Mi porcentaje es 85%-15% a favor del Real Madrid y mi porra es un 4-1. Pero ojo, el Dortmund no se juega absolutamente nada. Nadie les va a echar en cara perder, es lo lógico. El Madrid va a tener que dominar y mandar y la presión es para ellos", advierte Weiss.

Hay que remontarse cuarenta años atrás para recordar la última vez que el Real Madrid perdió una Copa de Europa. Concretamente, en la temporada 1980/1981: los Del Bosque, Camacho, Santillana o Juanito se midieron a un Liverpool entrenado por el mítico Bob Paisley, y con Kenny Dalglish como principal estrella. El partido fue rocoso, sin demasiadas ocasiones, y decidido en los últimos minutos con un tanto de Alan Kennedy. El único cambio del Real Madrid fue Francisco Pineda, quien rememora dicha derrota para este periódico, y señala al motivo de dicha mancha en el historial de las finales madridistas.

"Tuvimos un problema en aquella final del 81, porque salimos en inferioridad. Hubo dos jugadores que no estaban en condiciones y jugaron. Uno fue Cunningham, que se operó a la semana de la final. El otro no te lo voy a decir", responde, lacónico, Pineda: "El partido lo vi con el paso de los años, fue un encuentro soso que ganó el que tuvo más cierto. Era el Liverpool de Dalglish y de Lee, un gran equipo. Nuestro entrenador era Vujadin Boškov, un adelantado a su época. En España parecíamos maratonistas y él impulsó los entrenamientos con balón. Tuvimos mala suerte, porque el gol fue un medio fallo de García Cortés, también por culpa del estado del campo, que no estaba en las mejores condiciones".

Para Pineda, el favoritismo del Real Madrid debería pesar en la final de Wembley: "No hay que desmerecer al Dortmund, aunque los rivales de otras finales hubieran tocado plata. Los jugadores del Madrid tienen experiencia y se notará".

Reus y Bellingham, el paralelismo

En Alemania, uno de los focos del partido está puesto en Marco Reus, gran estrella de la década para el Dortmund, aunque ya no sea titular indiscutible, quien ya ha confirmado que este es su último encuentro con el equipo de su vida. "Es uno de los grandes what if de la historia del fútbol. Daba la sensación de que era un potencial ganador de Balón de Oro. Aunque coincidiera con Messi y con Cristiano Ronaldo, al menos estar ahí, ser un Neymar, un Griezmann. Nunca lo fue. Las lesiones le lastraron en los momentos justos. Jugó una final de la Champions 2012, también en Wembley, y fue el mejor", afirma Weiss sobre el icono del Dortmund. Aquella final parecía escrita para la victoria de los Die Schwarzgelben, pero el dúo de Robben y Ribery, con un cruel gol en el minuto 88 a cámara lenta del exquisito extremo holandés, inclinó la balanza para el equipo alemán por excelencia.

Para muchos, Reus es un futbolista con mala suerte, casi gafado. Lo tenía todo para la máxima élite. No sucedió. "Se lesiona a una semana del Mundial que Alemania gana en el 2014. Durante su carrera, cada vez que encadenaba un gran momento... Se lesionaba. Tampoco le ayudó el contexto, ha tenido mala suerte. Es un futbolista que apostó mucho por el Dortmund, pero también porque estas lesiones evitaron que clubes como el Real Madrid llamara a su puerta", comenta el experto en fútbol alemán.

En frente estarán tanto Toni Kroos como Jude Bellingham, dos futbolistas unidos a Reus, aunque sea de distinta manera: "En el ámbito del relato, Reus y Toni están parejos. Con la retirada de Kroos, se va el mejor centrocampista de la historia de Alemania, diría que superando a Matthaus. Reus, siendo inferior a nivel histórico, tiene narrativa a su favor. Es el futbolista que lo tenía todo en contra. En su último partido, en el mismo estadio en el que ya perdió su primera final de la Champions, el fútbol le da la revancha, como se suele decir, el fútbol se lo debe. Es una historia que se escribe sola".

El guion se escribe solo. Pero hay otro centrocampista, curiosamente ex del Dortmund, que quiere ser protagonista. Bellingham, el inglés que tiene la oportunidad de celebrar 'en casa' su primera Champions en su primera temporada como madridista. Wembley es el escenario de la gran película. ¡Prevenidos! [sonido de claqueta] ¡Acción!

El escritor Ángel del Riego, junto a su hermana Marta, analizó en el libro La Biblia Blanca: Historia sagrada del Real Madrid, la relación entre la mística del conjunto blanco y los éxitos cosechados a lo largo de sus 122 años de existencia. "El Madrid gana para no perder, para ir acumulando victorias y estadísticas que le ofrezcan algo parecido a la inmortalidad. No hay razón más allá de la victoria, algo que se entiende en cualquier parte del mundo, especialmente por aquellos que solo han conocido la derrota. 'El Madrid gana por todos nosotros’, podía ser el lema de una religión: la blanca'".

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