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Andrés Iniesta, entre lágrimas, ha tenido el final que él quería
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PROTAGONISTA DE LA FINAL DE COPA DEL REY

Andrés Iniesta, entre lágrimas, ha tenido el final que él quería

Andrés Iniesta fue el protagonista de una final perfecta para él: victoria, gol y levantando la Copa del Rey. Esta ha sido la última final que disputa con la camiseta del FC Barcelona

Foto: Iniesta con sus compañeros tras recibir la Copa. (Reuters)
Iniesta con sus compañeros tras recibir la Copa. (Reuters)

Se marchó Andrés Iniesta en el minuto 87’ y el Metropolitano se puso en pie para aplaudirle, ovacionar su nombre, despedirle, mientras sus compañeros se acercaban para darle un abrazo. Se fue resoplando, aguantando la emoción, pero en cuanto llegó al banquillo y se sentó al lado de Ter Stegen se echó las manos a la cara y lloró. Se acabó. Iniesta ha disputado su última final con el Barcelona y su adiós ha sido como él quería: sobre el césped, brillando, marcando un gol, levantando el Trofeo de la Copa del Rey tras vencer 0-5 al Sevilla y con el reconocimiento unánime del fútbol hacia un jugador magnífico y un tipo discreto que se ha ganado el cariño y la admiración de todos, incluidos los rivales, algo insólito en los tiempos que corren, pero así de extraordinaria ha sido su carrera que ahora seguirá en China después del Mundial.

Cuesta hacerse a la idea viendo el partidazo que se marcó ante el Sevilla de que su decisión de marcharse no tenga vuelta atrás con el fútbol que aún le queda, pero así es. Dribló, combinó, marcó los ritmos, se propuso como el jefe desde el primer minuto. Fue el jugador del partido, pero se va. Después de 16 años en el primer equipo, tras llegar a La Masía cuando tenía solo 12 y lloraba todos los días porque echaba de menos a su familia en Albacete. Víctor Valdés fue su primer amigo y le defendía si alguien se metía con él, con Xavi y Busquets formó después una asociación mágica en el centro del campo que tantos éxitos le dio no solo al Barça, sino también a la selección española. En el Wanda, resultó especialmente significativo el sentido abrazo que se dio con Leo Messi, que le asistió para que escribiera el guion perfecto en la noche que él soñaba —solamente había marcado un tanto esta temporada, ante el Málaga en Liga el pasado mes de octubre— y ese último paseo por el campo junto su hija Valeria y su hijo Paolo a sus hombros sonriendo y observándolo todo como si quisiera absorber hasta el último momento de una noche gloriosa.

El fin de la era Iniesta

Iniesta había vivido una jornada rara. Sus compañeros y el cuerpo técnico desayunaron con la información de 'Mundo Deportivo' antes de viajar a Madrid que ponía en duda la valía de Valverde aún en el caso de que se consiguiera el doblete después del trompazo de la eliminación en Roma. El enfado con la directiva es casi general en la plantilla, pero después de la exhibición y el 0-5, salió Josep María Bartomeu muy ufano, a decir ante los micrófonos de TVE: "Estamos muy contentos, satisfechos, hemos sido superiores. Hemos visto al mejor equipo del mundo y les felicito a todos. Si logramos el doblete será histórico, tampoco hemos conseguido tantos. Hay que disfrutar, hacía tiempo que no veíamos a nuestro equipo jugar a un nivel así. Es el mejor equipo del mundo".

Con Iniesta se acaba una época en un club que desde hace seis años —con el debut de Sergi Roberto— no es capaz de que ningún canterano se asiente en el primer equipo: "Iniesta marca una era. Es un jugador irrepetible y ha demostrado cómo juega, cómo se va, cómo marca los tiempos del partido. Este ha sido el equipo de su vida y pondrá el broche, el final, cuando él quiera", añadió Bartomeu consciente de que no podía dar él la noticia cuando el jugador todavía no ha hecho oficial su marcha a China.

Foto: La grada de aficionados del Barcelona mientras sonaba el himno español en el Metropolitano. (Reuters)

Habrá que ver cómo se cierra ahora la herida que se ha abierto entre la directiva y el equipo y, sobre todo, con Valverde, pero anoche era el momento de Iniesta. "Es un gusto verle jugar, igual que digo con Messi, hacen cosas que parecen sencillas y son dificilísimas, yo hubiera dado un brazo cuando era jugador por hacer un control de los suyos", afirmaba el Txingurri tras el encuentro. Aún le quedan cinco partidos, su último Clásico ante el Real Madrid y celebrar la Liga, pero su última final fue perfecta y así lo reconocía él: "Ha sido una gran noche en todos los sentidos. A nivel colectivo y a nivel individual. Si uno sueña una final... Hemos sido atrevidos, contundentes, sin darle ninguna opción Sevilla. El equipo y la afición se merecen un 10. Han sido muchas emociones… son muchos años. ¿Mi futuro? Esta semana haré pública mi decisión". Iniesta marca los tiempos. Era lo que él quería y, desde luego, lo que se merece.

Se marchó Andrés Iniesta en el minuto 87’ y el Metropolitano se puso en pie para aplaudirle, ovacionar su nombre, despedirle, mientras sus compañeros se acercaban para darle un abrazo. Se fue resoplando, aguantando la emoción, pero en cuanto llegó al banquillo y se sentó al lado de Ter Stegen se echó las manos a la cara y lloró. Se acabó. Iniesta ha disputado su última final con el Barcelona y su adiós ha sido como él quería: sobre el césped, brillando, marcando un gol, levantando el Trofeo de la Copa del Rey tras vencer 0-5 al Sevilla y con el reconocimiento unánime del fútbol hacia un jugador magnífico y un tipo discreto que se ha ganado el cariño y la admiración de todos, incluidos los rivales, algo insólito en los tiempos que corren, pero así de extraordinaria ha sido su carrera que ahora seguirá en China después del Mundial.

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