La lección de fútbol de Camavinga y los cuatro repasos tácticos de Carlo Ancelotti al Barça de Xavi

Treinta millones. Ese es el precio que el Real Madrid pagó hace dos veranos al Stade Rennais para hacerse con los servicios de Eduardo Camavinga, un futbolista que a sus 20 años se ha convertido en una pieza fundamental en el esquema del conjunto blanco. Y no solo por su versatilidad y su capacidad para hacer fácil hasta lo más difícil, sino, especialmente, por ser un jugador con una proyección enorme, pero con alma de veterano que es capaz de cambiar los partidos con su trabajo.

El Real Madrid se metió en la final de la Copa del Rey por la puerta grande, en un partido en el que el conjunto de Carlo Ancelotti logró una impresionante goleada en el Camp Nou (0-4) para dar la vuelta al marcador adverso de la ida y enterrar algunos fantasmas. Y lo hizo jugando un gran partido, donde algunas de las variantes tácticas del entrenador italiano fueron fundamentales para desarmar al Barcelona y lograr un marcador que será recordado durante muchos años.

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Albert Ortega. Barcelona

Sin duda, el principal acierto de Ancelotti se llama Camavinga. El francés se ha convertido en un jugador capital allá donde se coloque en el campo, pues sus condiciones físicas y técnicas le permiten destacar en cualquier demarcación. Fue la pasada temporada, ante el Sheriff en la Champions, cuando Ancelotti llevó a cabo un sorprendente movimiento táctico: Camavinga, de lateral izquierdo; Fede Valverde, en el derecho. Aquello no salió bien, pero el italiano tomó nota.

Fue entonces cuando descubrió que el francés podía ser una pieza clave en dicha demarcación. A pesar de no tener experiencia como lateral, su rigor táctico y su poder físico le convertían en una roca a nivel defensivo. Pero su buen manejo de balón, su visión y, sobre todo, su físico, le hacían sumarse de manera habitual a la medular, creando superioridades de manera inesperada para el rival. Aquel parche se convirtió, con el tiempo, en uno de los grandes recursos del italiano.

Una vez más, ante el Barcelona volvió a mostrar por qué es tan importante en este equipo. Sin levantar la voz, sin quejarse y a base de mucho trabajo en una posición que no es la suya, dio una lección de fútbol: dio 33 pases -sin un solo fallo en todo el partido-, ganó 10 de los 15 duelos que disputó, robó 10 balones y realizó 7 despejes, sin cometer una sola falta en los 90 minutos. Y fue fundamental para mantener su puerta a cero y para generar las rápidas transiciones en ataque.

Valverde y su 'cambio'

Una de las principales claves estuvo en el cambio táctico en la medular. A mediados de la primera parte, Ancelotti decidió mover piezas, colocando a Valverde como '5' y ubicando a Kroos como interior. Así, el Madrid perdía clarividencia en salida de balón y cierto poderío físico en ataque, pero ganaba empaque defensivo. Ese cambio permitió al Madrid ser más rocoso y frenar la sangría que, hasta ese momento, sufría en el medio. Comenzó a recuperar el balón con más facilidad y a ser un equipo más sólido. Si a ello le sumamos las incorporaciones de Camavinga a la medular, el Madrid comenzó a tener importantes superioridades en el medio del campo, donde Gavi y Busquets no daban abasto. Ancelotti supo aprovechar la ausencia de De Jong acumulando más hombres en la zona clave del campo.

La mejora defensiva

Otro de los elementos claves de la remontada blanca estuvo en la solvencia defensiva del Madrid. Los blancos echaban mucho de menos a David Alaba, un jugador que ha vuelto a demostrar que es el mejor complemento en el centro de la zaga para Eder Militao. Los dos se complementan a la perfección y su entendimiento es tal que fueron capaces de secar a uno de los delanteros más en forma de la temporada como es Robert Lewandowski. Pero, además, es importante señalar el gran partido de Dani Carvajal. Muy criticado en las últimas fechas por su juego, ante el Barcelona fue una pieza clave del equipo, ayudando constantemente en defensa y, sobre todo, apoyando siempre que podía en ataque para convertirse en uno de los jugadores claves de la victoria del Real Madrid.

La liberación de los extremos

Otra de las ventajas que le ofrece al Madrid la presencia de jugadores como Camavinga y Valverde en el once es la liberación ofensiva que ambas situaciones producen. Jugadores como Vinícius, Benzema o Rodrygo no se ven obligados a trabajar en exceso en labores defensivas, lo que les permite estar frescos en ataque para hacer daño al rival, especialmente cuando el Madrid dio la vuelta a la eliminatoria y el Barça se vio obligado a arriesgar más. Así, cuando los blancos robaban, pronto generaban superioridades en la medular por la presencia de ambos, lanzando a sus atacantes en velocidad, lo que convirtió el contraataque en un arma fundamental. Los de Ancelotti encontraron dos autopistas en ambas bandas donde ni Araújo pudo con el brasileño. Sobre todo, porque el Madrid desactivó sus ayudas.

Las emboscadas de Modric

De nuevo, todo parte de la misma premisa: contar con un pulmón como Valverde de '5' y con Camavinga ocupando todo el perfil izquierdo, permite a Kroos y Modric ganar muchos metros en el campo a la hora de presionar. El alemán lo hace más posicional, mientras que el croata se agazapa entre los jugadores para saltar líneas tras detectar un mal pase que pueda robar. El bloque defensivo libera especialmente a Modric para hacer esos robos en campo contrario, que generan superioridades por la zona en la que se recupera. Y, si a ello, se le añade el gran momento de forma exhibido por un Karim Benzema en estado de gracia, el Madrid se convirtió en un vendaval de juegos en tres cuartos de campo contrario. Ancelotti le ganó la partida táctica a Xavi y le dio una lección para meterse en la gran final de Copa.