Turquía entiende ahora el porqué de la suplencia de Arda en el Barcelona

Arda Turan ha perdido de un plumazo el favor de su pueblo. El orgullo que sentía Turquía entera por ver a su gran estrella vistiendo la elástica del mejor club del mundo en los últimos años y el incondicional apoyo que le han brindado durante estos duros meses en los que apenas ha entrado en los planes de Luis Enrique se han transformado en indignación y en un carrusel de durísimas críticas a raíz del paupérrimo partido de la Eurocopa que cuajó en el pasado domingo frente a Croacia en el Parque de los Príncipes de París.

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A las andanadas que el propio seleccionador, Fatih Terim, le lanzó ya en la rueda de prensa ulterior a la derrota frente a los balcánicos, se han ido uniendo las que le han dispensado tanto los medios de comunicación turcos como la propia afición. Diarios del calado de ‘Hurriyet’, ‘Milliyet’ o ‘Fanatik’ lamentaron profundamente la nula aportación al seleccionado de la media luna blanca del extremo barcelonista. Aunque no fue el único jugador objeto del atizamiento colectivo, puesto que Hakan Çalhanoglu, su otra figura más rutilante, también se llevó lo suyo, la condición de salvador de la patria e ídolo máximo del genio de Kasimpasa le pasó una factura aún superior a la del resto de implicados en la debacle ante uno de sus rivales más odiados.

Buena parte de esas críticas coinciden en que Arda está fuera de forma, muy lejos de aquella finura física de que hacía gala durante su etapa en el Atlético, en la que el Cholo Simeone le tenía a raya. De este modo, de las reiteradas críticas a Luis Enrique por no darle oportunidades en el Barça, se ha pasado a dar la razón al técnico astur por su insistencia en prescindir de los servicios del 10 otomano y anteponer a otros jugadores en su escala de preferencias a la hora de confeccionar su once e, incluso, en el momento de realizar los cambios.

Los números cantan y, de hecho, retrataron a la estrella otomana en el que posiblemente sea el peor de los 93 partidos en que ha vestido la camiseta roja de su selección: no tiró una sola vez a portería, no completó ningún regate, tampoco colgó una pelota al área y no creo ocasión alguna en torno a los dominios de Subasic.

La desazón que ha dejado en todo el país la derrota ante Croacia, que obliga ahora a Turquía a buscar al menos un empate con España para poder llegar con vida al tercer partido y jugarse la tercera plaza del grupo con la República Checa, ha llevado a un sector de la hinchada y a algún que otro medio a considerar que los días de Arda como futbolista de élite han tocado a su fin.

Sólo una actuación deslumbrante del azulgrana frente a la Roja el próximo viernes, algo que se barrunta complicado luego de ver su pobre condición física, devolvería la confianza de la afición en el hombre que hasta la semana pasada era para ellos una especie de dios reencarnado en futbolista.