La indignación de Álvaro Morata, el futbolista que no tiene afición y plantea irse de España

Álvaro Morata se desahoga antes de empezar la Eurocopa. El capitán de la Selección denuncia un maltrato personal y un hartazgo profesional. En Alemania va a jugar con menos presión, sin la hostilidad de sus propios aficionados. Esto ya supone un alivio, aunque sabe muy bien que tiene que convivir con la presión de ser infalible. En España no se le valora, afirma que se ceban con sus fallos y que haga lo que haga no le va a servir para tener reconocimiento.

No es un berrinche. Es un dolor profundo que lleva dentro y ha sido incapaz de controlar a las puertas de empezar la Euro. Lo ha dejado bien claro en una entrevista en El Larguero de la Ser. Está indignado con el trato que le dan en España, se siente despreciado e insinúa que uno de los motivos puede ser la envidia. Algo así como lo que dijo Cristiano Ronaldo tras un partido en Zagreb con el Real Madrid en la Champions. "Me silban por ser rico, guapo y un gran jugador", dijo el portugués. Esto no lo ha dicho Morata de manera literal, pero lo piensa y lo ha dejado caer.

Es cierto que Morata tiene un problema serio e importante que supera líneas que deberían estar prohibidas. Se le falta al respeto con las mofas en las redes sociales. Esto es incontrolable y no es el único profesional que lo padece. Sufre y se frustra con ello. Le genera impotencia.

Hay algo que le produce más dolor y tiene que ver con los pitos que ha recibido en España cuando ha jugado con la Selección. Lo que padeció en el amistoso del mes de marzo contra Brasil en el Bernabéu resultó cruel. Morata recibió una reprimenda por un fallo en un pase, después le cambió De la Fuente y se llevó una pitada. En la grada estaba su familia. El seleccionador sacó la cara por él después del partido para decir que "sentía vergüenza" por no apoyar a un jugador de la Selección. Vio a Morata muy tocado.

No era la primera vez que le sucedía. En la pasada Eurocopa también fue pitado en los partidos que España jugó en Sevilla y denunció que su mujer (Alice Campello) e hijos sufrían acoso cuando entraban al estadio de La Cartuja. También tuvo que salir públicamente Luis Enrique a darle su apoyo.

El Atleti busca delantero

Morata es un futbolista que no tiene afición. Ni los suyos, los del Atleti, le aclaman. Cuando llegó al Metropolitano fue pitado y con el tiempo pasó a ser indiferente. Pero esta temporada irritó a la parroquia rojiblanca y también a Simeone con su fallo en el partido de vuelta contra el Borussia Dortmund. El uno contra uno que desperdició en el inicio del partido ante el portero Kobel pudo haber sido definitivo para pasar a las semifinales.

Fue un error clamoroso, Simeone le quitó al descanso y a partir de aquí pasó a ser suplente. "No voy a llorar ni quejarme. No pasa nada. Hay veces que es cuestión de centímetros. Este año me ha pasado, que tenía tantas ganas de agradar, que no son buenas. Ni Jesús le gusta a todo el mundo", se sincera en El Larguero.

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Morata empezó la temporada viendo portería, con una buena racha de goles, pero la acabó con una alarmante sequía y problemas por sufrir un cuadro agudo de neuralgia del trigémino. Pese a haber marcado 21 goles, su mejor registro goleador, en el Atleti buscan otro delantero y esto no lo acepta. "Me da igual. No puedo quedarme en el Atleti para no jugar. Si veo que quieren fichar a ocho delanteros, me imagino que no soy la prioridad", se sincera en la Ser. Desde que acabó la temporada han salido los nombres Dovbyk, Sorloth y Julián Álvarez como posibles fichajes para la delantera. Morata abre la puerta a irse.

No levanta pasiones en el Atleti y en la Selección cuando juega en España recibe muestras de rechazo. Esto último es lo que más atormenta a Morata a las puertas de jugar la Eurocopa: "Muchas veces mis hijos, que tienen cinco años, no entienden por qué hay gente que le tiene tanta rabia a su padre. La mejor situación para mí es irme a jugar fuera de España. Por mi vida, por lo que tengo que vivir cuando salgo a la calle".

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Son fuertes y sinceras las declaraciones de un jugador que se siente atacado y en la diana permanentemente. No hay fans de Morata por ningún lado. El problema es grave. No está bien visto en la Selección, ni los suyos, que no le recibieron bien por haber jugado en el rival de la capital. Tampoco le quieren los del Real Madrid por haber llorado de emoción cuando regresó a la casa blanca tras su paso por la Juventus y en su presentación con el Atleti se quiso ganar el corazón con el discurso de ser un canterano rojiblanco.

Álvaro Morata está tan harto de todo que se atreve a reprochar la falta de apoyo a la Selección. Y lo compara con otros países: "Hay muchos españoles que quieren que a la Selección le vaya mal. Esto en otros países no pasa". Y pone como ejemplo a Italia, donde se inundan los balcones y las ventanas con banderas de un país unido y orgulloso por ver competir a su Selección. Tiene sus razones para estar indignado. Pitar a un jugador de la Selección en su propio país es una aberración y da una imagen lamentable. Morata se plantea irse de España. Necesita un cambio.