La brava Albania saca los colores a Croacia: varapalo para un mediocre Modric (2-2)

Croacia sufre un descalabro ante la brava Albania. Necesitó de una remontada para darle la vuelta al gol inicial de los albaneses y en el minuto 95 echó abajo su esfuerzo. Llegó el gol de un histórico empate. La Croacia de Modric es un desastre y sigue sin saber lo que es ganar en la Eurocopa. Sufrió un tormento ante una combativa Albania. Croacia ha perdido fuelle, fútbol y ha dejado de ser competitiva. Hizo una malísima primera parte, se vio superada, impotente y se marchó derrotada al descanso. Reaccionó en el segundo periodo, con orgullo y escaso fútbol, y no le dio para ganar. Se juega la clasificación en el tercer partido contra Italia.

Modric estuvo mediocre, como todos sus compañeros. No pudo evitar el descalabro en Hamburgo. Croacia sufrió una humillación en un primer periodo inoperante, sin ideas, ni peligro. Del desastre pasó a una mejoría, pero no supo cerrar el partido. Croacia tenía que sacar adelante un duro compromiso tras la derrota contra España y falló. Deja muchas dudas. No está bien el equipo de Modric. Le cuesta mucho dominar el juego, amenazar y generar fútbol. Es una Croacia desconocida, espesa, muy lejos del nivel de los últimos años cuando se coló en la élite de las mejores del mundo.

Había que hacer un ejercicio de recuento de futbolistas para comprobar si eran once albaneses los que estaban en el césped. El repaso que le dio a Croacia en la primera parte hacía pensar que eran mayoría, que jugaban en superioridad. Estaban por todas partes. Lo que se vio fue una Selección con alma y brío contra otra impotente y superada. Albania, como hizo contra Italia, entró al partido con una personalidad arrolladora y un despliegue físico abrumador. Una Selección con poca experiencia, pero viva y eléctrica.

La osadía de Albania sorprendió y empequeñeció a Croacia desde el saque inicial, yendo a la presión con agresividad, intensos en los duelos, replegados como un ejército de soldados para defender su área y veloces en las acciones de contraataque. Albania es un equipo intrépido, bravo y valiente. Tuvo su premio con el gol de cabeza de Laci, a los diez minutos, en un centro al área que remata solo y no agarra el balón Livakovic. Laci cogió la espalda a los centrales croatas. Más listo, oportuno y letal.

Albania se puso por delante y de Croacia se esperaba que Modric liderara la reacción. No lo hizo en una mala primera parte del madridista y de todos sus compañeros. Modric no encontraba su sitio en el campo. Algo extraño. Empezó en la posición de interior, cerca del área, como un delantero más. Pero no entraba en juego. Se fue al centro del campo para crear y repartir juego y estuvo impreciso en los pases. Muy estático, sin inspiración, fue incapaz de hacerse con el control del partido.

Una pesadilla

A Croacia se le hizo bola la primera parte y pudo ser peor en otra acción de contraataque que salvó Livakovic en un disparo de Asllani. Albania estuvo más cerca del gol, de hacer el segundo en otro remate de cabeza Rey Manaj que paró el portero croata.

Fue una pesadilla para Modric y su Selección, que se fueron cabizbajos al descanso y sin generar ocasiones de peligro. La actitud, hambre, ganas y motivación de los albaneses puso en evidencia el fútbol lento y sin profundidad de Croacia.

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Croacia reaccionó en el inicio de la segunda parte, con cambios, y un ritmo de juego más incisivo y dinámico. Se puso las pilas, metió una marcha más y tuvo el empate en un fortísimo disparo de Sucic que despejó Strakosha. Primera intervención en la que el portero albanés se vio exigido. Albania se asustó, retrocedió y cambió el partido. Apareció la sabiduría y calidad de Modric para ordenar la estructura del equipo, acelerar el juego y encerrar al rival. El madridista probó el disparo desde fuera del área, en un fuerte golpeo que tumbó a un jugador albanés. Creció Modric y Croacia empezó a tener alma. No fue suficiente. El madridista estaba raro, funcionaba a chispazos, con gestos de cansancio y preocupación.

El gol del empate se le resistía a los croatas, dominadores del partido en la segunda parte, pero con dificultades para ser contundentes. Albania se cerró, juntó líneas y no fue nada fácil penetrar por el centro ni por las bandas. Lo intentó con pases filtrados, balones aéreos al área y disparos lejanos. No encontraba la puntería ante una Albania que resistió con pundonor, fe y carácter.

Lo consiguió Kramaric en el primer desajuste del sistema defensivo albanés. Empató el partido a falta de veinte minutos. Albania quedó tocada y a los tres minutos se hundió con un gol en propia puerta en un disparo de Sucic. Le dio la vuelta Croacia a un partido peleado y sufrido con Budimir como revulsivo y hombre clave en la remontada. En la recta final del partido, Croacia se vino abajo y Albania se envalentonó. En el descuento, le dio la dentellada con el gol del empate de Gjasula. Croacia es un drama.