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El caducado estilo de España y quiénes son los culpables del fin de la posesión en la Eurocopa
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El caducado estilo de España y quiénes son los culpables del fin de la posesión en la Eurocopa

La Selección encuentra otras armas con Nico Williams y Lamine Yamal para agitar, sorprender y jugar un fútbol más directo. España necesitaba un estilo menos previsible

Foto: Lamine Yamal y Nico Williams en un entrenamiento con la Selección. (Reuters/Jon Nazca)
Lamine Yamal y Nico Williams en un entrenamiento con la Selección. (Reuters/Jon Nazca)

España se quita las cadenas del tiki-taka en la Eurocopa gracias a la frescura de Nico Williams y Lamine Yamal. Los extremos son los culpables de la regeneración del estilo de la nueva España. Hacía falta un cambio tras la debacle en el Mundial de Qatar, explorar otras alternativas de un fútbol que había caducado y era demasiado previsible. Nos habían cogido el truco. Sabían cómo desactivarnos. Habíamos caído en el aburrimiento de abusar con pases horizontales y el monopolio de la pelota.

La Selección encuentra otras armas con Nico Williams y Lamine Yamal para agitar, sorprender y jugar un fútbol más directo. Parecía un drama acabar un partido con menos posesión de la pelota que el rival. Se miraba el dato como si diera más puntos o sirviera para reconocer una superioridad moral.

Ser el dueño del balón, tenerlo más tiempo y dar más toques era como una religión. Hasta el día del debut en la Eurocopa contra Croacia, que la perdió con un 46 % de posesión y una victoria que, por lo visto en los primeros partidos de la competición, la mete entre las favoritas. Hay que darle continuidad en el partido contra Italia, la campeona de Europa.

En Italia dicen que se ha acabado la bella España, que ya no juega como la que ganó el triplete de Eurocopa, Mundial y Eurocopa. Tampoco es una España fea. Cuestión de gustos, aunque lo que tiene que prevalecer es ser competitivos. La filosofía de ir con la posesión hasta el fin del mundo se ha acabado con Luis de la Fuente y unos jugadores que reclaman otras variantes tácticas.

placeholder Nico Williams se va de un rival en el partido amistoso contra Irlanda del Norte. (EFE/Cati Cladera)
Nico Williams se va de un rival en el partido amistoso contra Irlanda del Norte. (EFE/Cati Cladera)

España sufrió un varapalo en el Mundial de Qatar contra Japón y Marruecos, con partidos en los que acaparó más del 80 % de la posesión. Los jugadores que estuvieron allí y el nuevo seleccionador no quieren repetir los mismos errores. Lo inteligente es no ser rígidos con una sola propuesta de juego y el cambio ha ido a mejor en el estreno de la Eurocopa.

La excelencia es ganar

La Selección española despejó dudas con un triunfo convincente contra Croacia. Pegada y portería a cero. Rayó la perfección con diferentes propuestas de juego que pusieron fin a 111 partidos de más posesión del balón que el rival. Es un dato relevante del cambio de identidad de un equipo que tiene más registros que abusar del balón para desgastar al oponente. El plan de la velocidad y la verticalidad resultó efectivo.

Foto: Lamine Yamal en el partido del debut contra Croacia en la Eurocopa. (EFE Alberto Estévez)

No se trata de tener el balón por tenerlo y sí de interpretar los momentos del partido. Es lo que proponen Luis de la Fuente y los jugadores, convencidos de que lo fundamental es encontrar los espacios, al hombre libre y hay momentos del partido en que conviene que no pasen cosas. Se lo hemos escuchado decir a Pedri antes de empezar la Eurocopa: "Tampoco tenemos que ser siempre fieles a tener la posesión y perder". También a Unai Simón tras ganar el primer partido: "Se trata de ganar con un 5% o un 95% de posesión. Pero si jugamos como contra Croacia, seguro que vamos a llegar muy lejos".

Los jugadores y, en especial, los centrocampistas, necesitan desintoxicarse del dogma de tener la pelota como principal herramienta para ganar. Hay más posibilidades de victoria si tienes el balón. Nadie lo pone en duda. Rodrigo, Fabián y Pedri, el centro del campo titular en el estreno de la Eurocopa, están aleccionados en sus equipos para controlar los partidos con la posesión. Pero quieren ser prácticos.

Foto: Mbappé sangra por la nariz tras el golpe en el partido contra Austria. (Matthieu Mirville/DPPIAFP7)

Hay que diferenciar estilo de esencia. Lo primero tiene variantes y lo segundo forma parte de una filosofía en la que se busca ser protagonista y llevar la iniciativa del juego. España demostró ante Croacia que no sale a especular y se lanzó desde el primer minuto a por el partido con agresividad, intensidad y contundencia en los duelos. Jugó con verticalidad en los pases y en los centros desde las bandas. Supo interpretar lo que le necesitaba en cada momento ante un rival trabajado y con buenas individualidades. Como dice De la Fuente. No pasa nada por dar un pelotazo.

España no busca la excelencia. El objetivo es ser un equipo imprevisible. Tiene diferentes planes con Morata, de inicio, y dos jóvenes extremos como Lamine Yamal y Nico Williams que desbordan y provocan desajustes en la estructura del rival. Hay otras alternativas si el rival se encierra y no se encuentran los espacios. De la Fuente puede quitar a Morata y Pedri para meter a Oyarzabal y Dani Olmo, finos y precisos entre líneas. Apostar por Joselu como ariete. Los extremos son agitadores y esto le sienta bien a una Selección que desequilibra con energía, velocidad e insistencia por las bandas.

España se quita las cadenas del tiki-taka en la Eurocopa gracias a la frescura de Nico Williams y Lamine Yamal. Los extremos son los culpables de la regeneración del estilo de la nueva España. Hacía falta un cambio tras la debacle en el Mundial de Qatar, explorar otras alternativas de un fútbol que había caducado y era demasiado previsible. Nos habían cogido el truco. Sabían cómo desactivarnos. Habíamos caído en el aburrimiento de abusar con pases horizontales y el monopolio de la pelota.

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