Olmo abre la puerta del banquillo a Pedri (pero las llaves son de Rodrigo)

Dani Olmo entró en el minuto 52 de la primera mitad, instantes después de que Fabián Ruiz empatase a uno el partido de la Selección Española. Su impacto en el juego del equipo —contando con que España se había quitado la presión de encima, mientras que Georgia estaba obligada a estirarse si quería tener opciones— fue total. De sus botas salieron las mejores jugadas del combinado nacional, e incluso uno de los tantos que completarían la goleada final 4-1. De la Fuente celebró con rabia el golazo del dorsal 10, uno de sus niños bonitos. Mientras que en el banquillo yacía Pedri, animado por la victoria del equipo, pero fundido y tras completar un partido, de nuevo, gris.

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No ha sido una temporada fácil para Pedri. Las lesiones se han convertido en un denominador común de sus últimas temporadas. Este año, vistiendo la camiseta blaugrana, ha disputado 2.039 minutos por los 2.719' del curso 2022/23. Ocho lesiones musculares distintas en apenas dos años. Las últimas cuatro, en la pierna derecha. El canario, un futbolista mayúsculo y llamado a ser la gran batuta de la Selección Española en buenas condiciones, respondió con rabia y señalando a los medios de comunicación en las semanas previas a la Eurocopa: "Tiene más miedo a las lesiones la prensa que yo". Nadie puede negar su lucha y entrega, pero la gasolina no parece dar más de sí.

De la Fuente tiene confianza absoluta en el futbolista blaugrana. Pero también en Dani Olmo, al que esperó a pesar de incorporarse a la convocatoria de la Selección para la Eurocopa con molestias. Poco a poco le fue introduciendo en la dinámica y, futbolísticamente hablando, el partido contra Georgia deja pocas dudas para valorar cuál de los dos mediapuntas está en un mejor momento. De cara a Alemania y los temidos cuartos de final —otrora, línea roja de España en el torneo continental, ahora, un ambicioso reto— solo su facultad como mejor revulsivo es el motivo para dejar al jugador del Red Bull Leipzig en el banquillo. Y si este entra, todas las papeletas para ocupar su sitio en el banco son de Pedri.

El mariscal Rodrigo

Si hay un futbolista absolutamente imprescindible en la Selección Española, ese es Rodrigo Hernández. Ya hasta suena soez llamarle Rodri, y, a este paso, habrá que poner el "Don" delante. Desde hace un par de años, el jugador del Manchester City es el mejor pivote del mundo. A sus excelentes cualidades posicionales y de visión de juego que exhibía en Villarreal y Atlético de Madrid, hay que sumarle una capacidad goleadora y de jerarquía made in Pep Guardiola. Él fue el encargado de guiar a España cuando había entrado en estado de pánico. Balón de un lado a otro de la frontal, amagos de tiro y luego un zurdazo con la izquierda que lució como un pase a la portería de Giorgi Mamardashvili, quien hasta ese momento parecía imbatible.

De la Fuente sabe que las opciones españolas para ganar la Eurocopa pasan por Rodrigo. Rodear correctamente al futbolista del City es su misión. Fabián se ha destapado como un pelotero capaz de asentarse en el doble pivote junto a él cuando el partido lo necesita, ser un pulmón como interior en la ida y vuelta, y un goleador voraz cuando se trata de demostrar pegada. En un sólido centro del campo, la pieza que más ha flojeado es la de Pedri. El viernes, Toni Kroos y compañía querrán disputar la pelota a la Selección. Palabras mayores. Frente a Georgia, Dani Olmo dio un paso al frente. Pedri, a un lado.