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Fabián, el líder de España que valdría el doble este verano si fuera brasileño
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OTRO GRAN PARTIDO DEL SEVILLANO

Fabián, el líder de España que valdría el doble este verano si fuera brasileño

El centrocampista marcó el 2-1 y asistió a Nico Williams en el tercero. Continúa con un importante protagonismo en este equipo de De la Fuente, que tiene mucha confianza en él

Foto: Fabián marcó el segundo gol de España. (Reuters/Thilo Schmuelgen)
Fabián marcó el segundo gol de España. (Reuters/Thilo Schmuelgen)

No era un partido cualquiera, porque por algo se llama muerte súbita a estas eliminatorias. España estuvo próxima al deceso en esta Eurocopa, con unos nubarrones que se vislumbraron en sentido literal y figurado. El nerviosismo se había apoderado de un equipo que encontró en el sufrimiento un terreno inexplorado. El gol de Rodri trajo parsimonia, y luego Fabián se encargó de darle la razón a los pronósticos. El sevillano completó otro gran partido en la victoria de la Selección ante Georgia (4-1). Ahora espera Alemania en los cuartos de final.

Esta Eurocopa justifica que Luis de la Fuente sienta debilidad por Fabián. Hubo dudas en la previa del torneo por saber quién acompañaría a Rodri en el centro del campo. Pero las incógnitas se disiparon tras la goleada a Croacia (3-0). El sevillano es inamovible, porque el equipo gira en torno a su zancada, golpeo y pases. Su juego aéreo es un complemento más a una selección incomprensible sin su figura. Su gol de cabeza, el 2-1, descorchó la tromba de buen juego que cayó sobre los georgianos.

La ventaja era indudablemente una noticia positiva tras el inesperado inicio de encuentro. Sin embargo, había algo de tensión en el ambiente. El 2-1 convertía el pase a cuartos en una suposición, no en una certeza. Los georgianos galoparon al espacio como buenos jinetes, y no estaba España para manejarse en la incertidumbre.

La tranquilidad llegó con el 3-1, en el que Fabián también fue protagonista. Fue un desplazamiento teledirigido, como si la pelota la hubiera llevado un dron y no la hubiera lanzado un futbolista. Su pase a Nico Williams lo dejó mano a mano con Gvelesiani, al que arrolló con un regate de barrio. La definición tranquilizó a los espectadores.

placeholder Fabián y Rodri marcaron los dos primeros goles. (EFE/Christian Bruna)
Fabián y Rodri marcaron los dos primeros goles. (EFE/Christian Bruna)

Una trinchera infranqueable

España, por fin, estaba cómoda en un partido en el que Antonio de la Torre hubiera sido buen consejero. Georgia plantó una trinchera que por momentos pareció infinita e infranqueable. El gol en propia puerta de Le Normand fue fruto del infortunio, en la primera ocasión que los georgianos cruzaron el centro del campo. Y el fracaso no tiene hilo directo con la fortuna.

El abrazo de Unai Simón a Le Normand no había que encuadrarlo como el llanto sobre el difunto. Los jugadores reconocieron que apoyaron al central, uno de los apercibidos para el duelo de cuartos de final, tras ese mazazo. Su gran nivel en esta Eurocopa no se puede dejar de lado por un error en el que fue el protagonista. Pero que podría haberse evitado con una falta en el centro del campo.

placeholder De la Fuente, dando indicaciones desde la banda. (Reuters/Vincent West)
De la Fuente, dando indicaciones desde la banda. (Reuters/Vincent West)

Las carreras de Kvaratskhelia

La cara de Sagnol era un poema antes de que un futbolista de apellido impronunciable sembrara el pánico en toda España. Cada arrancada de Kvaratskhelia era un sufrimiento inevitable para la Selección, a la que sorprendió el juego veloz de Georgia tanto como a Portugal. Su insistencia tuvo premio en la primera mitad, en la que la grada española tenía pinta de funeral.

El partido deja un gran aprendizaje a esta Selección, capaz de sortear la adversidad y voltear un marcador desfavorable. El viernes espera Alemania a las 18:00. Y España está con ganas de derribar el Muro de Berlín.

No era un partido cualquiera, porque por algo se llama muerte súbita a estas eliminatorias. España estuvo próxima al deceso en esta Eurocopa, con unos nubarrones que se vislumbraron en sentido literal y figurado. El nerviosismo se había apoderado de un equipo que encontró en el sufrimiento un terreno inexplorado. El gol de Rodri trajo parsimonia, y luego Fabián se encargó de darle la razón a los pronósticos. El sevillano completó otro gran partido en la victoria de la Selección ante Georgia (4-1). Ahora espera Alemania en los cuartos de final.

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