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Cristiano Ronaldo se autolesiona con las lágrimas en la Eurocopa (hay otro culpable)
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Cristiano Ronaldo se autolesiona con las lágrimas en la Eurocopa (hay otro culpable)

El seleccionador Roberto Martínez permite a Cristiano jugar todos los minutos y el futbolista, en su obsesión por marcar en su sexta Eurocopa, tiene un comportamiento histérico

Foto: Cristiano Ronaldo se lleva las manos a la cara. (Reuters/Kai Pfaffenbach)
Cristiano Ronaldo se lleva las manos a la cara. (Reuters/Kai Pfaffenbach)

Cristiano Ronaldo se autoagrede en la Eurocopa. Es un futbolista que se está haciendo daño a sí mismo desde que abandonó mal el Real Madrid, no cumplió con las expectativas en la Juventus y salió por la puerta de atrás del Manchester United en su segunda etapa. En el Mundial de Qatar decepcionó y en esta Eurocopa su comportamiento en el campo es el de un futbolista histérico y obsesionado con el gol.

Da gritos y tiene espasmos antes y después de lanzar una falta. El cuadro es el de una persona nerviosa, ansiosa e intensa que se hace más daño del necesario con su frustración. A sus 39 años, todavía le cuesta aceptar el fallo y gestiona muy mal las emociones. Lo peor es que no hay nadie que le ayude a darse cuenta de que ya no es el futbolista que deslumbraba con diez años menos y que los minutos que tiene que estar en el campo deben ser aprovechados por su calidad.

Roberto Martínez, en su responsabilidad de seleccionador, tiene una gran parte de culpa de las lágrimas de Cristiano Ronaldo. Conoce la personalidad de un futbolista que se cree capaz de todo, pero que entra en combustión y se desespera con facilidad. Cristiano está mayor y es más sensible al fallo. Roberto Martínez está igual de confundido que el propio Cristiano.

Las lágrimas, sinceras y conmovedoras, son el síntoma de una autolesión. El que fue uno de los mejores futbolistas del mundo no disfruta de su profesión en el final de su carrera. Si Portugal no se llega a clasificar para los cuartos de final de la Eurocopa, y estuvo cerca de caer si no falla Sesko el mano a mano con Diogo Costa, no hay redención para Cristiano en el primer penalti de la tanda y el sentimiento de culpabilidad con el que habría acabado habría sido dramático.

placeholder Cristiano Ronaldo pide perdón a la afición de Portugal. (EFE/EPA/Ronald Wittek)
Cristiano Ronaldo pide perdón a la afición de Portugal. (EFE/EPA/Ronald Wittek)

En un día hemos visto a Lamine Yamal y Nico Williams jugar a piedra, papel o tijera y a Cristiano Ronaldo abatido por fallar un penalti. España y Portugal han pasado a los cuartos de final, pero las dos escenas dejan en evidencia el cambio generacional en el fútbol. Lamine Yamal, al igual que Cristiano, jugó la segunda parte contra Georgia obsesionado con marcar su primer gol en su primera Eurocopa. No lo consiguió y su reacción fue reírse y divertirse con Nico, que había hecho un golazo.

Juega sin calma

Cristiano Ronaldo tiene los días contados en el fútbol de alta competición y en esta Eurocopa juega sin calma. Los veteranos están para transmitir tranquilidad y seguridad. No para contagiar energía negativa. El gol que se le resiste a Cristiano en su sexta Eurocopa es una losa que le pesa en cada acción.

Tras el partido contra Georgia, escuchamos a Luis de la Fuente darle un pellizco a Lamine Yamal por no haber tenido pausa en la finalización y jugar con precipitación. A Cristiano ya no hay que darle consejos ni explicarle la responsabilidad que tiene un capitán con una larga trayectoria de más de veinte años en el fútbol profesional. Debería dar un paso al lado.

Foto: Luis de la Fuente sonríe en el banquillo de la Selección española. (EFE/EPA/Olivier Matthys)

Llorar es humano, el fallo es perdonable, pero para Cristiano es un drama irse de esta Eurocopa sin marcar un gol. Roberto Martínez le ha dado galones, decide morir con él en el campo y ha estado a punto de ser responsable del hundimiento de una estrella al que le falta esos centímetros en el salto para llegar a un balón y estar certero en el disparo.

Las facultades de Cristiano han bajado y la prueba está en la primera acción de ataque de Portugal contra Eslovenia. Un centro de Bernardo Silva al que no llega a rematar de cabeza el delantero. Un salto menor, en el que ya no se suspende y sus piernas han perdido fuelle. Después siguió el recital de gritos, espasmos y nervios nunca vistos en Cristiano Ronaldo para concentrarse en el lanzamiento de una falta, motivarse, decirse a sí mismo que no puede fallar y acabar cabizbajo.

El tiempo pasa para todos y también para Cristiano, una bestia del fútbol que se resiste a la decadencia por su ilusión y pasión por este deporte. En el momento en el que se fue a Arabia Saudí renunció a ser uno de los mejores delanteros del mundo por muchos goles que haga en una competición menor. Pero Roberto Martínez quiere ser más portugués que el propio Cristiano con la demostración de que él sí le tiene fe a una leyenda que le pone más voluntad que fútbol.

Cristiano Ronaldo se autoagrede en la Eurocopa. Es un futbolista que se está haciendo daño a sí mismo desde que abandonó mal el Real Madrid, no cumplió con las expectativas en la Juventus y salió por la puerta de atrás del Manchester United en su segunda etapa. En el Mundial de Qatar decepcionó y en esta Eurocopa su comportamiento en el campo es el de un futbolista histérico y obsesionado con el gol.

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