Lo que busca Arda Güler en la Eurocopa, el niño turco emociona y hace sombra a Nico Williams

El potencial de Arda Güler, de futbolista para un equipo grande, pasa el filtro de la Eurocopa. Turquía está en los cuartos de final en un partido brillante en lo técnico y, lo más importante, en lo personal de un chico que te reconcilia con el fútbol. Güler divierte, levanta pasiones y tiene jerarquía. Lo último es relevante en un joven de 19 años que juega su primera Eurocopa y que llegó a esta competición con pocos partidos en el Real Madrid y las dudas de cómo podía responder, en lo físico, tras sufrir tres lesiones en la primera mitad de la temporada.

La Eurocopa ratifica a Güler por el impacto que ha tenido en los cuatro partidos que ha disputado. En especial, el primero contra Georgia que decantó con uno de los mejores goles de la competición y el de vida o muerte contra Austria, una Selección que llegaba como favorita, protagonista en los dos goles de Demiral con sus lanzamientos desde el saque de esquina.

Güler demuestra que tiene talento y agallas. En la Eurocopa destacan los futbolistas que son capaces de desequilibrar y asumen responsabilidades, que no se esconden ni les quema la pelota. Güler, al igual que está sucediendo con Lamine Yamal y Nico Williams en los partidos de España, tiene todo esto. Talento, desparpajo, atrevimiento y personalidad. Contra Austria intentó marcar el gol que estuvo muy cerca de conseguir en El Sadar en un disparo desde el centro del campo con el portero adelantado. En Pamplona el balón golpeó en el larguero. Son detalles de genio, de futbolista despierto, de los que tienen arrojo. Lo que busca Güler en esta Eurocopa. El golazo, las asistencias, lo magistral y mostrar que tiene hechuras de gran futbolista.

Es una Eurocopa en la que han fracasado futbolistas contrastados, como Modric y Lewandowski, y están siendo decisivos los jóvenes. A Güler, Lamine Yamal y Nico Williams se unen Bellingham, Musiala y Xavi Simons. De Bellingham se esperaba mucho más, visto el rendimiento que ha dado en el Real Madrid, pero con dos goles ha sostenido a Inglaterra y la ha clasificado para los cuartos de final.

En un fútbol cada vez más físico, en el que se impone el músculo, la velocidad y el desgaste que supone jugar tantos partidos, es una bendición que brillen futbolistas imaginativos como Arda Güler. El turco es una de las sensaciones de una Eurocopa en la que hay una estrella. Pocos contaban con el efecto que produce ver a Nico Williams en una versión arrolladora y eficaz en cada uno de los partidos que ha disputado. Güler le hace sombra. Tiene ese fútbol alegre e incisivo que le permite marcar las diferencias.

Un fuerte carácter

El turco es un futbolista para disfrutar, de los que engancha y te emocionan por su exquisito y preciso golpeo al balón. Así empezó Modric y ya vemos la carrera que ha hecho el croata. A Güler había que verlo en la Eurocopa, testar si el talento natural que posee está acompañado de carácter. Y vaya si lo tiene. No se arruga, va a los duelos, al choque con fuerza, mete la pierna y se encara. La timidez la deja en el vestuario.

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La presión que rodea a este chico para estar a la altura de las expectativas es brutal. En Turquía están encima de él, pendientes de todo lo que hace, ilusionados con que sea su líder desde que fichó por el Real Madrid. Ancelotti ha tenido que gestionar esta situación que llevó al jugador a perder la calma y arriesgar en los plazos de recuperación de una lesión.

Su primer año en el Real Madrid ha sido de adaptación, duro por las lesiones y ha acabado de la mejor manera con los partidos que ha podido disputar: 6 goles. Pero no ha tenido presencia en la Champions y era importante ver qué respuesta daba en la Eurocopa. Lo que se ve es que tiene la cabeza en su sitio, una mentalidad competitiva, la camiseta no le pesa en escenarios grandes y tiene una larga carrera por delante para seguir con su crecimiento.