La despedida que nunca quiso tener Toni Kroos: muy leñero, con calambres y 'ayudando' a España

Oficialmente, Toni Kroos ya es un exfutbolista. El germano, uno de los mejores centrocampistas de la historia del fútbol, dio sus últimos toques al balón en Stuttgart, donde España derrotó a Alemania en cuartos de final de la Eurocopa con un gol en el último minuto de la prórroga (2-1). Durante más de una hora, la Selección dominó el partido y gozó de las mejores ocasiones, gol incluido, para sufrir el empate en los últimos minutos... y sentenciar cuando se vislumbraban los penaltis.

Kroos era consciente de que podía ser su último partido y, por eso, cuando en el minuto 1 de partido vio cómo Pedri le ganaba la espalda y remataba a puerta, buena parada de Manuel Neuer incluida, tuvo claro que eso no podía volver a pasar. Así, solo tres minutos después, en un balón dividido, el centrocampista germano fue más fuerte de lo normal y, pese a rozar ligeramente el esférico, terminó impactando muy duro contra Pedri, que salió volando por los aires. Ni siquiera vio amarilla.

Los gestos de dolor del centrocampista español eran evidentes y, pese a ser atendido y tratar de volver al campo, segundos después tenía que ser sustituido por Dani Olmo. Kroos, sin querer, había lesionado a Pedri, al que las primeras exploraciones determinan que sufre un esguince en el ligamento lateral interno de su rodilla izquierda. De hecho, segundos después, volvía a dar un duro pisotón a Lamine Yamal, que tampoco era castigada por el colegiado. Tenía bula arbitral.

Kroos, como es habitual en él, dominó el juego y fue la manija de su selección, pero en una versión más apagada que la que se le ha visto en el Real Madrid a lo largo de su carrera. ¿El motivo? Durante más de una hora, Alemania tuvo que correr demasiado hacia su portería, sin tener el control del balón y muy precipitada. Por esa razón, Kroos apareció más como stopper que como interior, función a la que no está acostumbrado y se dejó notar. Lo que no sabía es que estaba ayudando a España.

La lesión de Pedri provocó que Dani Olmo entrara al campo... y el español se encargó de cambiar el partido. Nombrado MVP, el centrocampista del RB Leipzig fue el líder de España. No solo por ser el autor del primer gol en el minuto 51, ni tampoco por dar la asistencia a Mikel Merino en el 119' sino, sobre todo, por su peso en el choque: siempre con las ideas claras, teniendo el toque preciso y marcando la diferencia en cada zona del campo en la que aparecía.

Durante muchos días, se especuló con la posibilidad de que De la Fuente le colocara en el once inicial ante Alemania, pero finalmente se decantó por seguir apostando por Pedri. Y aquella dura entrada de Kroos nada más comenzar el partido, provocó que Olmo entrase al césped mucho antes de lo esperado, en lo que fue el principio del fin de Alemania. Sin querer, el gran kaiser alemán había allanado el camino de la Selección, facilitando la decisión del técnico español.

A lo largo de los 120 minutos, Kroos tocó el balón 102 veces, con un 92% de acierto en el pase. Pero destacó más en la faceta defensiva, con dos robos de balón, cinco duelos ganados, un despeje y, sobre todo, cinco faltas, todas ellas duras por no ser un jugador habituado a ello. De hecho, hizo alguna más que el colegiado Anthony Taylor no le cobró, como aquella en la última jugada del tiempo reglamentario a Oyarzabal en la frontal del área, donde el árbitro miró hacia otro lado.

La estadística habla claro del escaso peso de Kroos en ataque: ni un solo disparo entre los tres palos, ni un solo disparo fuera, ni un solo intento de regate, todo ello, en 120 minutos de partido. El germano tuvo una función más defensiva, de consistencia y de dar salida de balón a sus compañeros. Y, por si fuera poco, de corregir defensivamente cuando hacía falta. El problema fue que, poco acostumbrado a ello, fue más duro de lo habitual en varias acciones de juego.

Un final doloroso

Y, por si fuera poco, cuando quedaban cinco minutos para acabar la prórroga, Kroos se iba al suelo, completamente acalambrado. Acabó el partido tocado, cojo y con dolores y, lo que es peor, recibiendo un gol en el minuto 119 que elimina a Alemania y supone su último partido en su carrera deportiva. Tan acostumbrado a ganar con su Real Madrid en los instantes finales, el adiós de Kroos con la Mannschaft fue el más doloroso posible... precisamente en la Eurocopa de Alemania.

Muy leñero, con calambres y ayudando sin querer a España, una leyenda del fútbol mundial como Toni Kroos cuelga las botas. Compungido, triste y al borde de las lágrimas, el eterno 8 decía adiós al fútbol profesional con un gol a falta de 60 segundos para el pitido final. Ante España, se vio al Kroos menos Kroos de los últimos diez años, pero siempre quedará en el recuerdo ese eterno mediocampista que ya es leyenda. Larga vida al rey Kroos, que se queda sin el único título que le falta.