El año para recordar de Dani Carvajal: del "túnel oscuro" a ganarlo todo y ser el mejor del mundo

España ya ha entrado en la leyenda tras levantar la cuarta Eurocopa de su historia al cielo de Berlín. El conjunto de Luis de la Fuente desarmó a Inglaterra (2-1), en un partido muy disputado en el que la Selección nacional supo leer los detalles decisivos para llevarse una gran victoria en Alemania. Doce años después del último título continental, la Roja vuelve a ser campeona y lo hace siendo la indiscutible mejor selección del torneo... con un jugador que ha sido clave: Dani Carvajal.

Carvajal ha vivido una temporada única, posiblemente la mejor de toda su carrera. Y ha llegado, precisamente, después de sus peores años, esos de los que él mismo aseguró que fue "entrar en un túnel oscuro del que no veía salida". El lateral derecho del Real Madrid siempre fue un futbolista poderoso, todo pundonor, luchador y valiente, pero su cuerpo se rompía de manera inexplicable. Tanto que los últimos años llegó a perder el puesto en beneficio de Lucas Vázquez.

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En la 2020-21 solo jugó 15 partidos, mientras que en la 2021-22 disputó 36. Las lesiones eran parte habitual de su carrera, achacadas a sus sobreesfuerzos, su pelea continua y el no medir los esfuerzos. Pero el jugador no lo entendía: "Comía bien, me cuidaba, y nada", reconocía hace no demasiado a Universo Valdano. Así, se puso en manos de un nutricionista y descubrió que el gluten le provocaba inflamación en los músculos. Fue retirarlo de su alimentación y todo cambió.

Pero, hasta llegar a ese momento, el calvario de Carvajal era evidente. Tantas lesiones, falta de continuidad y dudas provocaron que, desde muchos focos, se pidiera un recambio en el Madrid y la Selección. Pero, tras descubrir su kryptonita, no solo mejoró, sino que sus prestaciones se multiplicaron para ser un futbolista imparable, que se ha coronado esta temporada: "Creo que, ahora mismo, soy el mejor lateral derecho del mundo", decía recientemente en El Larguero de Cadena SER.

Los logros de Carvajal este año son impresionantes: además de ganar la Eurocopa, ha conseguido la Champions —con gol en la final incluido y nombrado MOTM—, la Liga y la Supercopa de España, en los que ha anotado 7 goles y ha dado 6 asistencias. Y, todo ello, siendo lateral derecho. De hecho, junto a Nacho y Joselu, entra en la leyenda como los únicos españoles que ganaron Champions y Euro el mismo año, junto a Luis Suárez (Inter de Milán) y Juan Mata y Fernando Torres (Chelsea).

Pero Carvajal no solo es importante por esas estadísticas que aporta en ataque y en defensa sino, sobre todo, por esos intangibles que tanto suman en un equipo: sus arengas, su constante lucha, su capacidad para corregir errores en el campo y, sobre todo, el continuo empuje que contagia a los compañeros le convierten en una referencia tanto dentro como fuera del césped. Un líder, un capitán, un verdadero mito al que cualquier compañero seguiría a una guerra.

Antes del partido, nada más sonar el himno nacional, la Selección española se reunía en círculo en el medio del campo para darse los últimos ánimos. Y, aunque Morata llevaba el brazalete, el jugador que hablaba y al que todos escuchaban era Carvajal. Curtido en mil batallas, es un veterano que ha vivido mil guerras, un jugador en el que confiar cuando las cosas se ponen difíciles. Y, una vez más, el lateral derecho del Real Madrid dio una verdadera lección sobre el césped.

Con un gol, un 92 por ciento de pases acertados, cuatro robos de media por partido y más de un 50% de duelos ganados por partido, el coraje, el empuje y las ganas de Carvajal son el mejor espejo en el que un joven se puede mirar. Otra lección más de Carvajal en el mejor año de su carrera. Por ello, la pregunta es obligada: ¿Sería descabellado que luchara por el Balón de Oro? Un jugador único que sigue haciendo historia con 32 años y que es el gran líder de la España campeona de Europa.