La presidenta de la Liga F se planta y no viaja como invitada a la final para hacer de florero

Aunque, como es lógico, toda la atención del España-Inglaterra estuvo sobre el terreno de juego, al séptimo partido, el esperpento institucional no descansó. Así, el imputado y a punto de ser inhabilitado Pedro Rocha volvió a ser el máximo representante del fútbol español en la final de la Eurocopa de Alemania 2024. Solo su gran protector, Aleksander Ceferin, el presidente de una UEFA, cómplice de lo sucedido, y los representantes de las casas reales española e inglesa ocuparon un lugar de mayor privilegio en el palco del Estadio Olímpico de Berlín.

De esta forma, el rey Felipe VI tuvo que comerse por segunda vez el marrón de estar junto al presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Una foto que, eso sí, esta vez Pedro Sánchez no pudo evitar. La presencia de la infanta Sofía junto a su padre, llevó a Rocha a estar a dos asientos del presidente del Gobierno, cuyo hermano, David Sánchez Pérez-Castejón, comparte abogado con él, tal y como informamos en este diario.

A diferencia del partido de cuartos contra Alemania, disputado en Stuttgart, Sánchez fue ubicado por la UEFA entre medias de su homólogo alemán Frank-Walter Steinmeier, y la presidenta del Bundestag, Baerbel Bas, pero, aun así, tuvo al extremeño lo suficientemente cerca como para compartir imágenes que sirvieron para confirmar el lógico distanciamiento dadas las circunstancias y a pesar de las mencionadas coincidencias.

Para ver cómo España se proclamaba campeona de Europa por cuarta vez, también se dieron cita en Berlín una asidua ya como la ministra portavoz, Pilar Alegría, así como el superministro de Sánchez y presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco. La ausencia del secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, que viajó a Londres para estar junto a Carlos Alcaraz en la final de Wimbledon, le permitió brillar más todavía. Hasta TVE le entrevistó, algo que, por cierto, la televisión pública hizo con el imputado Rocha antes y después de la final, en ambos casos sin hacer la mínima mención a su situación.

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Aunque la gran novedad en Berlín fue, sin duda, la presencia del otro gran defensor del presidente de la RFEF, Javier Tebas. Por contra, quien no se sumó al juego de las sillas fue su homóloga Beatriz Álvarez. Bastante sonrojo pasó la asturiana saliendo en la famosa foto de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas junto a siete presidentes de territoriales imputados —ocho con Rocha— y mientras la RFEF que preside el extremeño no ha solucionado el desaguisado que dejó en el fútbol femenino su antecesor, Luis Rubiales, con la connivencia del ex secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Franco.

La presidenta de la Liga F no quiso volver a sentirse un florero y no aceptó la invitación para viajar a la final en el avión que fletó la RFEF, entrada y hotel incluidos. Algo que, además del presidente del sindicato AFE, David Aganzo, y numerosos futbolistas, entre ellos el imputado Gerard Piqué, hicieron los presidentes de numerosas federaciones territoriales.

Lo más grave es que estos fueron acompañados de familiares y amigos, según denuncian algunos asambleístas de la RFEF, a quienes no se les gestionó ni la posibilidad de tener entradas. Prueba evidente de que sus votos ya no interesan de cara a las próximas elecciones en las que habrá que elegir a nuevos representantes de todos los estamentos del fútbol español. Nada nuevo.

Otros presidentes imputados, entre los invitados

Como nunca está de más recordar, sobre todo ahora que Tebas, en su afán por mantener a Rocha en el cargo, parece haberse olvidado de ello, entre los barones afines al extremeño están cuatro imputados en la Soule. A saber, Jacinto Alonso (La Rioja), José Miguel Monje (Murcia), Diego Martínez (Melilla) y José Ángel Peláez (Cantabria).

A ellos hay que sumar al asturiano José Ramón Cuetos Lobo, imputado por el Juzgado de Instrucción Número 1 de Gijón, al catalán Joan Soteras, acusado por su secretario general de cometer irregularidades en el proceso electoral en su propio beneficio, y al gallego Rafael Louzán, condenado a ocho años de inhabilitación para cargo público por un delito de estafa y prevaricación, aunque la sentencia aún no sea firme.

Por deferencia de Ceferin, Felipe VI fue el encargado de entregar el trofeo de campeones al capitán de España, Álvaro Morata, aunque durante la ceremonia de entrega de medallas el Rey volvió a estar acompañado de Pedro Rocha, lo que confirma la nefasta gestión del Gobierno en este asunto. Por cierto, en la final de Berlín —al menos en lo que pudo verse por televisión— no hubo ni rastro de Vicente del Bosque. Aunque, claro, es lo que tiene ser presidente de una comisión fantasma...