"No habría ganado esta Eurocopa": la confesión de Morata tras la victoria de España

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La selección española logró ganar su cuarta Eurocopa, y en la fotografía para el recuerdo siempre saldrá Álvaro Morata. Guste o no guste. En el centro, como capitán, y levantando la copa al cielo de Berlín. El delantero puso así fin a un torneo en el que ha sido más protagonista fuera que dentro del campo. Con sus declaraciones poniendo en duda su continuidad en la selección y sus vaivenes hablando del Atlético, pero también por cómo aguanta el chaparrón de críticas voraces. Algo con lo que lleva lidiando prácticamente todo su camino.

Morata tiene una carrera envidiable, cuatro hijos y millones como para que sus próximas generaciones no necesiten trabajar... pero sigue siendo persona. La salud mental juega un papel decisivo en cada cabeza, seas o no deportista de élite, y en él siempre ha sido un factor fundamental. Prueba de ello son sus estadísticas en el pasado curso, capaz de hacer los mejores números de su trayectoria como profesional para luego apagarse por completo y fallar ocasiones incomprensibles que acaban lastrando al equipo. Un todo o nada bajo el foco, en el Atleti pero muchísimo más en la selección, que ya se evidenció meses atrás cuando, portando el brazalete, fue pitado en el Bernabéu durante el amistoso entre España y Brasil. Inentendible en el 'equipo de todos'. Y esa bola de nieve no ha dejado de crecer.

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Alberto Ramírez

Fue él quien inició el camino al título en la Eurocopa, quitándose de encima la losa del mano a mano de Dortmund con una definición, de nuevo con la zurda, que abrió el marcador frente a Croacia. Primero y último. A partir de ahí su importancia en la España que ha ganado torneo no se ha traducido en goles. Morata no se ha cansado de ofrecerse, sacando de posición al central al bajar a recibir, aguantando la pelota y oxigenando el juego descargando a las bandas. Pero no ha vuelto a ver puerta. Otra vez una mochila que iba ganando peso según iba recibiendo más y más palos, literal y figuradamente, hasta alzar la copa y mandar todo ello al fondo del mar.

La confesión de Morata tras la victoria de España

La Euro de 2024 siempre será la de De La Fuente. La de Cucurella. La de Rodri. Y sí, la de Morata. El 7 de la actual selección le dio el brazalete a Carvajal en el césped cuando fue sustituido por Mikel Oyarzabal -el héroe de la final con su gol, cosas del destino-, pero con el pitido final que confirmaba que se había ganado la batalla frente a los ingleses el protagonista era de nuevo él. El capitán de esta España. Una explosión de rabia contenida mientras brotaban lágrimas de alegría. El colofón a una temporada realmente complicada con un título que nadie le podrá quitar.

Morata nunca ha ocultado que a veces se necesita ayuda. Por mucho que la gente les considere afortunados millonarios que se ganan la vida dando patadas a un balón. En gran parte es cierto, sí, pero la visibilización de la salud mental es fundamental para el frenético día a día de la sociedad actual, y por ello quiso recordar a dos personas necesarias para que él estuviera en el Olímpico de Berlín celebrando ser campeón junto a su familia: "Me gustaría mandarle un saludo a Andrés Iniesta. Si no fuera por él no hubiera jugado esta Eurocopa, y Bojan también. Si no fuera por su ayuda no hubiera jugado, seguro. Por mi familia, mi mujer, mis hijos, y mis hermanos, pero también Andrés y Bojan tienen gran culpa de que esté en la Eurocopa. Como jugadores ya los conocía, pero son personas que te dan la vida. Me acuerdo de ellos ahora porque han pasado momentos como los que yo he pasado, y sobre todo que siempre está la luz al final de todo".