Por qué la UEFA investiga los gritos de "Gibraltar es español", pero no al inhabilitado Pedro Rocha

Después de solicitarlo por primera vez en 1999, el 24 de mayo de 2013 el Comité Ejecutivo de la UEFA, reunido casualmente en Londres, aprobó la admisión de la Asociación de Fútbol de Gibraltar (AFG-GFA) como miembro de pleno derecho de su organización. A pesar de no ser un país independiente, sino una pequeña colonia británica de apenas 30.000 habitantes, Gibraltar se convirtió en el miembro de la UEFA número 54, condición que permitía que los clubes del Peñón pudieran participar en competiciones internacionales, al igual que su selección nacional.

Sin embargo, dada la oposición que hasta el último momento mantuvo el Gobierno de Mariano Rajoy y, por ende, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que presidía Ángel María Villar, a su vez vicepresidente de la propia UEFA, el máximo organismo del fútbol europeo estableció una norma por la que las selecciones de España y Gibraltar no podrían enfrentarse en las primeras fases de las competiciones, las cuales se determinan por sorteo.

Prueba de ello es que precisamente en la clasificación para la Eurocopa que recientemente ha ganado el equipo de Luis de la Fuente, el azar las emparejó, de ahí que la UEFA se viera obligada a realizar un cambio y Chipre ocupó el puesto de Gibraltar. Esto ya sucedió en la edición del 2016, cuando la selección gibraltareña fue encuadrada en otro grupo después de coincidir con España. Con el argumento de evitar conflictos geopolíticos, lo mismo se estableció con Armenia y Azerbaiyán.

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Sirva este preámbulo para entender la especial sensibilidad que, también desde el punto de vista futbolístico, existe en la relación de España con respecto a Gibraltar. Como anécdota, cuando aquel 24 de mayo de 2013 el entonces presidente de la UEFA, Michel Platini, dio la palabra al delegado del nuevo miembro del máximo organismo del fútbol europeo, este le dijo que era español. De ahí que cuando Villar, haciendo de tripas corazón, no tuvo más remedio que felicitarle, muy bien podría haberle dado la bienvenida en castellano y ahorrarse su forzado "welcome to UEFA".

La celebración de Rodri y Morata

Dicho esto, y aunque lo ocurrido evidentemente era evitable, el hecho de que en la fiesta de celebración que tuvo lugar en Madrid tras ganar la Eurocopa, algunos jugadores cantaran "Gibraltar es español", debió verse como el típico pique deportivo. No hay que olvidar que España derrotó en la final a Inglaterra, con lo que ello supone futbolísticamente hablando, y que uno de los cabecillas —el madrileño Rodri— juega precisamente en un equipo de la Premier como el Manchester City.

La Asociación de Fútbol de Gibraltar, a la que España nunca ha reconocido, saca punta a un asunto de no deja de ser un pique deportivo

También es entendible que a los gibraltareños los cánticos no les hicieran mucha gracia y calificaran la ocurrencia de rancia. Aunque otra cosa es hablar de "ira y consternación", como hizo su federación, y no digamos ya quejarse ante la UEFA, donde saben que España se opuso a que se le admitiera como miembro, porque, como ellos reconocen, son un "territorio británico de ultramar", y no un país, como requiere el máximo organismo del fútbol europeo.

Claro que una cosa es que en Gibraltar vieran lo sucedido en Madrid como una "una mezcla totalmente innecesaria de un gran éxito deportivo con declaraciones políticas", y otra muy distinta que la UEFA anunciara que va a investigar si los dos futbolistas implicados, Rodri y Morata, incumplieron las normas disciplinarias del organismo al cantar el mencionado "Gibraltar es español".

¿Desde cuándo se pueden incumplir unas normas disciplinarias en un ámbito en el que una institución no tiene competencias?

"Se ha designado un Inspector de Ética y Disciplina de la UEFA para evaluar una posible violación del reglamento disciplinario de la UEFA en el contexto de la conducta ocurrida durante la presentación pública del trofeo de la Eurocopa", podía leerse en su comunicado, para concluir con un amenazante y chulesco "se dará más información sobre este asunto a su debido tiempo".

¿De quién es ahora la injerencia?

Parece mentira que, después de tener que aguantar la cantinela de las injerencias cada vez que el Gobierno de España debe tomar alguna medida en la RFEF ante la inacción y, por tanto, complicidad de la UEFA, este organismo se permita entrar a investigar un asunto sobre el que no tiene ninguna jurisdicción. A diferencia de lo sucedido con el turco Merih Demiral, suspendido con dos partidos por realizar, tras su segundo gol a Austria, el gesto de los Lobos Grises, un movimiento de extrema derecha en el país otomano, lo de Morata y Rodri sucedió durante una celebración en la que la UEFA no pinta nada.

Cierto es que fue la Asociación de Fútbol de Gibraltar la que calificó los cánticos de "extremadamente provocativos e insultantes en su naturaleza" y denunció que la conducta de los jugadores españoles era "ilegal" e infringía el reglamento disciplinario de la UEFA. Sin embargo, resulta insultante que el máximo organismo del fútbol europeo anunciara que va a investigar si Rodri y Morata violaron su reglamento disciplinario, con todo lo que ha sucedido en los últimos años en la RFEF.

¿Dónde estaba el "inspector de Ética y Disciplina de la UEFA" cuando Rubiales, primero, y Rocha, después, campaban a sus anchas en la RFEF?

Lo más reciente, la inhabilitación de Pedro Rocha, a quien tanto se ha dedicado Aleksander Ceferin a abrazar durante la Eurocopa, para esta forma dejar en ridículo a la comisión fantasma creada por el Consejo Superior de Deportes (CSD), que preside —o presidía— Vicente del Bosque. ¿Dónde estaba ese "inspector de Ética y Disciplina de la UEFA" cuando Rubiales campaba a sus anchas, bien es cierto que en connivencia con el Gobierno de Sánchez, o su heredero hacía lo propio desde una Comisión Gestora, precisamente lo que le ha costado la inhabilitación?

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Más allá de que, al igual que sucedió con el frío saludo de Carvajal a Sánchez, en la sociedad actual todo se politiza y polariza de tal manera que es complicado expresarse en libertad, ¿saben por qué la UEFA investiga los gritos de "Gibraltar es español", pero no al inhabilitado e imputado Pedro Rocha? Porque lo mismo que los bomberos no se pisan las mangueras, los federativos —salvo honrosas excepciones— se tapan las vergüenzas.