La Justicia investigará la corrupción del fútbol español

La Justicia está llamada a demostrar la legitimidad del fútbol español. Esta semana comenzó con la publicación de la conversación entre Jesuli e Iñaki Badiola donde se revelaba el presunto amaño del Málaga-Tenerife de la temporada pasada (ver noticia). Dos días después, otro medio desveló una conversación similar entre Iñaki Descarga y Julio Romero donde se admitía que en el Athletic-Levante de la temporada 2006/07 también habría habido tongo (ver noticia).

Lo que en un principio parecía un escándalo anecdótico comienza a asemejarse a la punta del iceberg de una práctica más habitual de lo que se cree en nuestro fútbol. Dos situaciones muy parecidas (última jornada y un equipo que no se juega nada y se deja perder, a cambio de dinero, por otro que le va la vida en los tres puntos) pero con consecuencias inmediatas muy diferentes.

Tras el primer escándalo, el Málaga a través de su presidente, Fernando Sanz, amenazó con querellarse contra Jesuli si no se retractaba públicamente. Pocas horas después eso es lo que hizo el futbolista perteneciente al Sevilla. La plantilla del Tenerife afirmó rotunda que nunca se dejó perder a cambio de dinero. Y Badiola atacó públicamente al Málaga. Después, se sucedieron las declaraciones polémicas de todas las partes implicadas. El Comité de Competición de la RFEF, en su reunión ordinario de los martes, acordó elevar el caso a la Fiscalía quien deberá determinar si existe delito y el caso debe acabar en los tribunales.

Todo eso es muy diferente a las reacciones que ha suscitado el Levante-Athletic. A lo largo de este jueves, las pocas personas implicadas que se decidieron a hablar del caso (Abel Resino, Ettien, Rubiales, Javi Martínez, entre otros), lo hicieron para afirmar que no sabían nada sobre un posible amaño. Los clubes y la RFEF, en cambio, se limitaron a emitir comunicados afirmando que dejaban todo en manos de la Justicia. Incluido el Celta de Vigo (ver noticia), máximo perjudicado tras perder la categoría debido al triunfo de los bilbaínos frente al Levante. Los valencianos, además, negaron todo lo sucedido tras reunirse con los abogados del club (ver noticia).

Ángel María Villar, implicado

En este segundo caso, se encuentra implicado indirectamente el presidente de la RFEF, Ángel María Villar, ya que de la conversación entre Descarga y Romero se desprende que el máximo mandatario de nuestro fútbol podría estar enterado del amaño. Fuentes de la federación afirmaron a El Confidencial que en la reunión del próximo martes, el Comité de Competición tomará una determinación sobre este segundo caso. Es de esperar que, tras el anuncio federativo afirmando su deseo de esclarecer lo sucedido, el Comité actúe en los mismos términos que en el primer caso.

Si la próxima semana el Comité decide elevar este nuevo caso a la Fiscalía, cabe esperar que dentro de las investigaciones se encuentre el nombre de Villar, la cabeza de nuestro fútbol. Todo es demasiado feo desde un principio, y comienza a recordar a lo sucedido en ligas extranjeras como la alemana o la italiana, salvando las distancias. El ‘deporte rey’ se encuentra en entredicho hasta que la Justicia dictamine.

Y es que una nube se ha posado sobre nuestro fútbol profesional. La imagen y credibilidad en este deporte han sido tocadas. Serias acusaciones que se sustentan en una base demasiado ligera. Aparte de las grabaciones, nadie sabe nada. Ni una ratificación. Sólo un desmentido de Jesuli que choca con sus palabras a Badiola. Tampoco ha declarado nadie que las cintas estén manipuladas. La herida abierta sólo la puede cerrar la Fiscalía, aunque la propia Federación, el CSD o anticorrupción podrían tomar cartas en el asunto. Llegar hasta el final o correr un tupido velo, bajo un razonamiento creíble. Una verdad que no se mantenga con cuatro palillos.