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Aguirre, otra vez cuestionado
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Aguirre, otra vez cuestionado

El encuentro ante el Athletic de Bilbao tenía toda la pinta de significar un plebiscito para el técnico mexicano Javier Aguirre, del Atlético de Madrid, que

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Aguirre, otra vez cuestionado

El encuentro ante el Athletic de Bilbao tenía toda la pinta de significar un plebiscito para el técnico mexicano Javier Aguirre, del Atlético de Madrid, que fue cuestionado el pasado martes durante y después del envite copero ante el Barcelona. Y el público, que casi llenó el Vicente Calderón en una tarde muy fría, se pronunció de nuevo sobre el trabajo del técnico mexicano. Otra vez la grada gritó "Aguirre vete ya".

Lo hizo en la segunda mitad, después de que el checo Tomas Ujfalusi regalase el segundo gol al Athletic, el que volteaba el marcador e irritaba a una afición hasta entonces muy contenida, a pesar del mal juego rojiblanco. Ante el Athletic, el Atlético encalló en la cuesta de enero en un año que ha comenzado con tres derrotas consecutivas (Valencia, Barcelona y Athletic).

Pero lo peor no son los resultados. Quizá es más preocupante la imagen exhibida, que no permite atisbar un futuro más prometedor para el equipo. Se acusa al técnico Aguirre de adolecer de un plan, de un sistema de juego que defina al conjunto. Los rojiblancos no elaboran y sobreviven en la parte alta de la tabla gracias a la extraordinaria calidad de sus delanteros. Especialmente grave es la debilidad en la retaguardia, donde hasta Ujfalusi, que parecía, junto a Antonio López, los dos hombres de garantías, comienza a flaquear.

Aguirre dio entrada ante el Athletic a Álvaro Domínguez en lugar del sancionado John Heitinga, pero el canterano no solucionó los males del grupo, como tampoco Ignacio Camacho, que debutó en liga después estar toda la temporada en el ostracismo. El Atlético, que llegó a enlazar quince encuentros oficiales sin perder en el último tramo del año 2008, choca de forma brusca contra los grandes, y por eso la hinchada pide a gritos nuevos retos.

Del cielo al infierno, otra vez

Y es en esa faceta donde es especialmente importante la labor del entrenador. A Aguirre no se le puede negar el mérito de haber devuelto al Atlético a la elite. En su favor hablan los números. Tras el desastre de la Segunda División y después de mucho tiempo en tierra de nadie, el mexicano logró, en su primer año, la vuelta a competiciones europeas (vía Intertoto) y, en el segundo, el retorno a la "champions", donde el Atlético está vivo después de hacer un gran papel en la primera fase.

Pero, en el tercero los rojiblancos debían dar otro salto de calidad. Ya no puede valer el objetivo de quedar entre los cuatro primeros. Ahora, la afición reclama títulos tras una larga travesía de sequía. Y es ahí donde Aguirre se ha acomodado. En sus declaraciones parece darse por satisfecho con volver a entrar en la máxima competición europea, sin más.

El peso de la historia exige al Atlético más. Aguirre ha salido airoso en sus dos primeras campañas, pero no lo hará en la tercera si no hay título, algo ahora muy improbable. El Atlético no debe darse por satisfecho con conseguir lo mismo que la pasada campaña. Todo lo que no sea mejorar es sinónimo de fracaso. Por eso, la afición pidió la marcha de Aguirre, porque quiere un técnico ambicioso, valiente, conocedor de la historia de un club que tiene que seguir creciendo para ubicarse donde siempre ha estado, es decir, en la lucha por los trofeos.

La derrota ante el Athletic parece haber agotado la paciencia de la afición. Falta por saber si lo hará también con la directiva.

El encuentro ante el Athletic de Bilbao tenía toda la pinta de significar un plebiscito para el técnico mexicano Javier Aguirre, del Atlético de Madrid, que fue cuestionado el pasado martes durante y después del envite copero ante el Barcelona. Y el público, que casi llenó el Vicente Calderón en una tarde muy fría, se pronunció de nuevo sobre el trabajo del técnico mexicano. Otra vez la grada gritó "Aguirre vete ya".

Lo hizo en la segunda mitad, después de que el checo Tomas Ujfalusi regalase el segundo gol al Athletic, el que volteaba el marcador e irritaba a una afición hasta entonces muy contenida, a pesar del mal juego rojiblanco. Ante el Athletic, el Atlético encalló en la cuesta de enero en un año que ha comenzado con tres derrotas consecutivas (Valencia, Barcelona y Athletic).

Aguirre Newman