¿Quiere ver el Madrid-Barça por 2.200 euros?

El clásico del próximo 10 de abril, siempre y cuando la apuntada huelga de AFE no lo impida, batirá récords de audiencia y de expectación. Todo el mundo quiere estar en el Bernabéu. No importa el precio de la entrada. La directiva de la entidad madridista lo sabe y por ese motivo los dirigentes del Real Madrid han decidido batir todos los récords de la historia blanca. La entrada más cara para la cita ante el eterno rival será de 250 euros la entrada más cara, por los 60 de la más barata, quedándose un escalón por debajo de los precios de la final de la Copa de Europa del 22 de mayo. En el último partido de la Champions que tendrá lugar en el Bernabéu, la localidad más cara será de 300 euros.  El precio por ver la final del Mundial de Sudáfrica en la mejor localidad posible será de 600 euros.

 

Al margen de las poco más de 12.000 entradas que se pondrán a la venta y que llevarán a las arcas blancas un millón de euros, el gran negocio del Real Madrid con motivo de la visita del Barcelona, estará en las 700 entradas VIPS que se pueden comprar a través del teléfono. Hay dos categorías. La de primer anfiteatro cuesta 2.200 euros, por los 1.600 del segundo anfiteatro. En cualquiera de las dos, el que adquiera una de las citadas entradas tendrá a su disposición catering, atención personalizada y todo tipo de comodidades. Muchos canapés tendrán que comer para amortizar el dinero de la entrada.

 

Con este pequeño trozo del Bernabéu, los rectores bancos recaudarán 1.300.000 euros, más que con el resto del estadio. No hay que olvidar que el Real Madrid cuenta con 65.000 abonados, que no tendrán que pagar por ver el partido y que reducen la venta de entradas en los partidos de Liga.

 

Los seguidores del club azulgrana tendrán en su poder 650 entradas, igual número que el Barcelona envió al Real Madrid en el partido de la primera vuelta. Lo habitual en estos casos es intercambiar el 5% del aforo para la afición rival , pero temporadas atrás el equipo que presidía Joan Gaspart decidió reducir ese porcentaje hasta situarlo en 300 y de lo más alto del Camp Nou. Desde ese momento, la presencia de seguidores de uno y otro equipo en campo rival fue poco menos que marginal.