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Kaká ya no está lesionado pero tiene 'miedo' a jugar
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"SI PEGO A LA PELOTA SIENTO QUE ME VOY A ROMPER"

Kaká ya no está lesionado pero tiene 'miedo' a jugar

"Si pego a la pelota siento que me voy a romper", reconoce Kaká cuando termina cada entrenamiento en Valdebebas. El brasileño comprueba que no está bien,

Foto: Kaká ya no está lesionado pero tiene 'miedo' a jugar
Kaká ya no está lesionado pero tiene 'miedo' a jugar

"Si pego a la pelota siento que me voy a romper", reconoce Kaká cuando termina cada entrenamiento en Valdebebas. El brasileño comprueba que no está bien, que algo falla y ese problema le impide estar a la altura necesaria para convertirse en el crack que se presumía iba a ser cuando el pasado verano el Real Madrid pagó 62 millones de euros por su fichaje. El que fuera mejor jugador del mundo en 2007 llegó a la entidad madridista arrastrando problemas en el pubis que le obligaron a parar tras jugar ante el Barcelona en el Camp Nou en los últimos días de de noviembre. Tres meses más tarde la escena se repitió. El ex del Milan se vuelve a lesionar en un entrenamiento, cuatro días después de que el Real Madrid cayera derrotado ante el Olympique de Lyon y tras escuchar los primeros pitos procedentes de la grada del Bernabéu. Todo uno, de la mano.

 

Kaká siente como el abductor de su pierna izquierda se rompe en la sesión de trabajo previa al partido ante el Valladolid. La alarma se enciende y en un principio los servicios médicos madridistas y el jugador brasileño creen que el abductor está roto por completo. Las pruebas dictaminan que hay lesión, pero que la rotura no es tan grave como se creía en un principio. La alarma decrece y más aún cuando se comprueba que el pubis no ha sufrido daño alguno. Los médicos del club y Pedro Chueca, fisio de la entidad, se ponen manos a la obra y consiguen, con un trabajo especial en la zona afectada, que la lesión desaparezca sin que el pubis se resintiera lo más mínino. En un principio hay miedo en forzar, pero todo sale bien según dejan patente las imágenes de las diferentes resonancias practicadas a la pierna izquierda del brasileño.

 

Con el ok médico, regresa a los entrenamientos, pero Kaká no termina de encontrarse bien. Siente algo tan indemostrable como cierto: el dolor. El mediapunta no está bien aunque las pruebas digan lo contrario. El miedo a golpear, a romperse de nuevo no le deja mostrarse tal y como es sobre el terreno de juego. Lo sucedido no pasaría de ser una anécdota si no es por el momento en el que ha ocurrido, justo después de recibir las primeras críticas de la afición y de sentirse señalado por el técnico a raíz del cambio en el partido del Olympique de Lyon, algo que no gustó al ex del Milan. Además, la presencia en el horizonte del Mundial añade más morbo a su ausencia.

 

Sin quejas sobre su profesionalidad

 

Nadie en el club tiene queja alguna de la profesionalidad de Kaká. Desde el momento en el que se lesionó por primera vez se puso a las órdenes de médicos y fisios del Real Madrid, llevando a cabo la recuperación tal y como le marcaron. En el Milan la historia no fue así y en un par de ocasiones se trató en Brasil. El objetivo fue fortalecer el pubis y lo logró. Con el problema en el abductor la historia se ha repetido, pero todo lo sucedido con la eliminación de la Champions, los pitos y la presión que siempre supone jugar en el Real Madrid, han llevado al brasileño a vivir una situación cuando menos delicada.

 

Kaká es el primero en saber que no ha estado a la altura de lo que se esperaba y que todo lo que haga a partir de ahora será analizado con lupa. En el vestuario, sus compañeros, también están pendientes de lo que pasa con el brasileño. Los más críticos piensan que no ha podido con la presión del Real Madrid y que en el Mundial será otro, rodeado de gente de su plena confianza. En dos meses se podrá despejar la incógnita. Mientras, las especulaciones continuarán.

 

El ocho blanco ha jugado 22 partidos de Liga, logrando siete goles. Hasta el partido en Barcelona fue fijo, pero el pubis le impidió volver hasta la segunda semana de enero ante el Mallorca. Desde el 6 de marzo frente al Sevilla Kaká no ha jugado partido de Liga alguno. Por delante tiene cinco oportunidades antes del Mundial para resolver todo tipo de dudas y ser útil al Real Madrid en su particular lucha contra el Barcelona por la Liga de los 98 puntos.

"Si pego a la pelota siento que me voy a romper", reconoce Kaká cuando termina cada entrenamiento en Valdebebas. El brasileño comprueba que no está bien, que algo falla y ese problema le impide estar a la altura necesaria para convertirse en el crack que se presumía iba a ser cuando el pasado verano el Real Madrid pagó 62 millones de euros por su fichaje. El que fuera mejor jugador del mundo en 2007 llegó a la entidad madridista arrastrando problemas en el pubis que le obligaron a parar tras jugar ante el Barcelona en el Camp Nou en los últimos días de de noviembre. Tres meses más tarde la escena se repitió. El ex del Milan se vuelve a lesionar en un entrenamiento, cuatro días después de que el Real Madrid cayera derrotado ante el Olympique de Lyon y tras escuchar los primeros pitos procedentes de la grada del Bernabéu. Todo uno, de la mano.