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Ni Florentino ni Valdano pisarán el vestuario del Real Madrid
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MOURINHO TENDRÁ VOZ PERO NO PLENOS PODERES A LA HORA DE FICHAR

Ni Florentino ni Valdano pisarán el vestuario del Real Madrid

José Mourinho tendrá peso y mando, pero no plenos poderes. El vestuario será suyo, pero las decisiones que afecten a la entidad se tomarán de manera consensuada.

Foto: Ni Florentino ni Valdano pisarán el vestuario del Real Madrid
Ni Florentino ni Valdano pisarán el vestuario del Real Madrid

José Mourinho tendrá peso y mando, pero no plenos poderes. El vestuario será suyo, pero las decisiones que afecten a la entidad se tomarán de manera consensuada. El portugués tendrá voz y voto a la hora de confeccionar la plantilla, a la hora de pedir fichaje, pero la última palabra será siempre del club, es decir, Florentino Pérez, Jorge Valdano y José Ángel Sánchez, director general corporativo. Nadie en el club discute la capacidad de liderazgo de Mourinho, de ahí que le den libertad absoluta a la hora de gestionar la convivencia en el día a día con los jugadores, pero en cuanto a fichajes y  bajas de jugadores sus decisiones tendrán que pasar por el dictamen de la Comisión delegada primero y de la Junta después.

 

El que ya es nuevo entrenador del Real Madrid es todo un personaje. Acapara protagonismo de la misma manera que quita presión a los jugadores. Según su entorno, sus constantes mensajes hacia el club blanco en la semana previa a la final de la Champions fue premeditado y sólo buscaba eliminar todo tipo de carga mediática a los jugadores en los días previos a la final. La verdad es que lo consiguió, pero la ética brilló por su ausencia en muchas de sus declaraciones.

 

A Mourinho le gusta convertir el vestuario en un búnker. No quiere, ni permite que nadie ajeno al equipo entre en los momentos antes de un partido. Ni presidente, ni director deportivo, ni adjunto al presidente, ni nada. Así, Moratti, asiduo del vestuario, se quedó con las ganas de entrar. Esa prohibición va más allá y se extiende hasta veinte minutos después de los partidos. El técnico cree que es el tiempo mínimo de reflexión que necesitan jugadores y entrenador para analizar errores, solventar diferencias y hablar  sobre lo sucedido. Quiere que el vestuario sea su territorio y no permite injerencias de nadie. Respeta los códigos, de ahí que una de las primeras cosas que ha hecho como responsable técnico del Real Madrid, haya sido hablar con Raúl, trasladarle su apoyo ante la decisión que tome, que no se sabrá hasta el regreso de las vacaciones del capitán que inicia el miércoles.

 

El apartado físico depende más del jugador que del técnico

 

Pese a lo que se piensa, Mourinho no es el típico entrenador que le guste machacar a los jugadores. Al contrario. En el Inter, algunos de los actuales campeones de Europa decidieron construirse un gimnasio en casa para trabajar más a fondo. No les bastaba con el trabajo diario. Al portugués no le gusta cargar excesivamente al jugador con pesas y otros típicos ejercicios de gimnasio, otra cosa bien diferente es durante la pretemporada. Ahí sí vale todo y en ese momento es Rui Filipe da Cunha, su preparador físico, el que toma el mando.

 

Ya en competición, al ex del Oporto, Chelsea e Inter le gusta el trabajo individualizado con los jugadores, haciendo especial hincapié en la mentalización, en el diálogo constante. Antes de los partidos suele dar un DVD a cada jugador, anticipando lo que suele hacer el que puede ser su rival. Durante los partidos, el jugador que se mueve cerca del banquillo se vuelve loco (dicho por los jugadores del Inter) porque no para de dar instrucciones. Los laterales lo sufren y padecen.

 

En el asunto de las sanciones a los jugadores es suyo. El ejemplo más claro fue el de Ballotelli, jugador del Inter que se puso una camiseta del Milan y al que apartó en la parte decisiva del campeonato. Moratti le pidió el perdón para el jugador, pero éste no llegó hasta que el técnico lo consideró oportuno.  Llegar tarde a un entrenamiento o un gesto en contra de la entidad es otro motivo para que un jugador se quede en la grada durante un par de semanas.

 

Otro de los debates que se producen cuando llega un entrenador del estilo a Mourinho es lo poco que se entrena en España. Capello, Luxemburgo y otros muchos intentaron instaurar las dobles sesiones de trabajo, pero la plantilla siempre impuso sus teorías y los dos entrenamientos por día se quedaron en anécdota. Sin la residencia de jugadores que tienen previsto construir en Valdebebas, esa posibilidad es una quimera por mucho que Mourinho quiera. De momento, no se contempla el trabajo por partida doble.

José Mourinho tendrá peso y mando, pero no plenos poderes. El vestuario será suyo, pero las decisiones que afecten a la entidad se tomarán de manera consensuada. El portugués tendrá voz y voto a la hora de confeccionar la plantilla, a la hora de pedir fichaje, pero la última palabra será siempre del club, es decir, Florentino Pérez, Jorge Valdano y José Ángel Sánchez, director general corporativo. Nadie en el club discute la capacidad de liderazgo de Mourinho, de ahí que le den libertad absoluta a la hora de gestionar la convivencia en el día a día con los jugadores, pero en cuanto a fichajes y  bajas de jugadores sus decisiones tendrán que pasar por el dictamen de la Comisión delegada primero y de la Junta después.

José Mourinho Florentino Pérez Jorge Valdano