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Rosell a Florentino: "Bienvenido a mi país"
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COMIDA DE DIRECTIVAS MIENTRAS LOS JUGADORES SE PREPARAN EN LA INTIMIDAD

Rosell a Florentino: "Bienvenido a mi país"

Las horas previas a un clásico ofrecen imágenes que se repiten, pero nunca dejan de sorprender. El hotel Juan Carlos I de Barcelona se convirtió en

Foto: Rosell a Florentino: "Bienvenido a mi país"
Rosell a Florentino: "Bienvenido a mi país"

Las horas previas a un clásico ofrecen imágenes que se repiten, pero nunca dejan de sorprender. El hotel Juan Carlos I de Barcelona se convirtió en un búnker para aficionados y periodistas, a excepción de los pocos que se desplazan con el equipo durante toda la temporada. Vallas  por todos lados, acompañados de miembros de seguridad, convertían en una quimera el acceder al hall del lujoso hotel. Daba igual si tenías reserva, ibas a ver a amigo o simplemente te apetecía tomar algo en la cafetería. Imposible. Hotel tomado.

 

Esto no fue impedimento para que doscientos seguidores se apostaran a la puerta del recinto con el único objetivo de ver a alguno de sus ídolos. Ni rastro de ellos durante toda la mañana. Refugiados en su habitación, tal y como desea Mourinho. ¿Y que hacían mientras los del Barcelona? Entrenar a primera hora y regresar a su casa para comer en sus domicilios, siesta en su cama y  regreso al estadio dos horas antes del inicio del partido? Muy sencillo.

 

Los presidentes desearon 'fair play'

 

Los directivos tuvieron un día más confortable. Sus corbatas antes de lucir en el palco del Camp Nou lo hicieron en la comida oficial que tuvo lugar en el Real Club de Tenis de Barcelona. Entrantes, pà amb tomaca, dorada salvaje, carne y crema catalana. Llegaron diez minutos antes de las dos de la tarde. El pasillo de acceso a la zona noble del club lo hicieron agarrados, sonriendo y contándose confidencias.

 

Sandro Rosell rompió el hielo. "Amigo Florentino. Bienvenido a nuestro país y a nuestra ciudad. Estoy muy contento de que esté aquí. El partido será el centro de todo el fútbol mundial durante esta noche y por eso espero que haya fair play", deportividad que quedó escenificada con un abrazo de los dos presidentes. Pérez remató: "Cada vez que vengo aquí es como si fuera mi casa. Muchas gracias. Vengo mucho a Barcelona y cualquier motivo es bueno para venir a esta hermosa ciudad y si es  si tengo la suerte de estar a mi lado de mi amigo Sandro la suerte es completa. Los dos mejores equipos del mundo. Vamos a estar a la altura de las circunstancias".

 

El mandatario azulgrana siguió hablando y contestando las preguntas. "Es mi clásico 46, el primero como presidente. Espero que la afición anime y que todo sea un gran espectáculo, para que los dos equipos se dediquen a jugar, que lo saben hacer bien". Siguió hablando de la importancia del partido. "No será decisivo. Importante, pero no definitivo. No saldrá el campeón, seguro. Eso sí, hay que ganarlo".

 

Florentino Pérez reconoce que disfruta cuando su equipo gana en el Camp Nou. "Siempre venimos con la ilusión de ganar. Ya he visto ganar aquí al Real Madrid. Esto tiene que ser una fiesta y un elemento de unión. El mundo no se acaba, llegará el día siguiente. Es complicado encontrar un país con dos equipos tan importantes. Hay que seguir alimentando a estos dos grandes equipos y disfrutar de lo que nos dan". Pérez niega que exista una corriente de antimadridismo. " Voy al fútbol desde los cuatro años y no veo nada distinto de lo que pasaba antes a lo que pasa ahora".

 

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Las horas previas a un clásico ofrecen imágenes que se repiten, pero nunca dejan de sorprender. El hotel Juan Carlos I de Barcelona se convirtió en un búnker para aficionados y periodistas, a excepción de los pocos que se desplazan con el equipo durante toda la temporada. Vallas  por todos lados, acompañados de miembros de seguridad, convertían en una quimera el acceder al hall del lujoso hotel. Daba igual si tenías reserva, ibas a ver a amigo o simplemente te apetecía tomar algo en la cafetería. Imposible. Hotel tomado.

Juan Rosell Florentino Pérez