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Ramos y Piqué abren una brecha en la defensa de la Selección
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Ramos y Piqué abren una brecha en la defensa de la Selección

El clásico del lunes dejó mensajes de todo tipo. Por un lado, el futbolístico. No hay color. Cuando la pelota recibió el trato que se merece

Foto: Ramos y Piqué abren una brecha en la defensa de la Selección
Ramos y Piqué abren una brecha en la defensa de la Selección

El clásico del lunes dejó mensajes de todo tipo. Por un lado, el futbolístico. No hay color. Cuando la pelota recibió el trato que se merece se hizo amiga del Barcelona, que la adormeció entre las botas de artistas como Xavi, Iniesta y Messi. El Real Madrid apenas tuvo roce con ella y, por tanto, no pudo poner sobre el césped ese demostrado vigor que le había llevado a pensar que podría estar a la altura de la máquina azulgrana.

El partido dejó más mensajes. El más llamativo tuvo lugar en el último minuto del partido y tuvo a Sergio Ramos como gran protagonista. Una fea patada a Messi dejó ver la impotencia que sentía él y todo el madridismo. Reacción antideportiva, pero hasta comprensible. Lo que algunos quizás no entendieron bien fue su reacción cuando se acercaron a él algunos compañeros de la selección que ayer, lunes, vestían de azulgrana. El manotazo a Puyol y los empujones a Piqué y Xavi demuestran que hay algo más, que la relación no es tan fluida como parece en la convivencia en la Ciudad del Fútbol.

Hasta ahora, salvo algún incidente aislado durante las concentraciones, la relación la han llevado más o menos bien, pero en los últimos meses la distancia se ha hecho mayor, tal y como quedó demostrado en el Camp Nou. Es cierto que al término del partido algunos de los implicados hablaron, pero lo cierto es que no se llevan bien, que cada día hay más diferencia en la manera de pensar y de actuar entre jugadores como Ramos y Piqué. 

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El clásico del lunes dejó mensajes de todo tipo. Por un lado, el futbolístico. No hay color. Cuando la pelota recibió el trato que se merece se hizo amiga del Barcelona, que la adormeció entre las botas de artistas como Xavi, Iniesta y Messi. El Real Madrid apenas tuvo roce con ella y, por tanto, no pudo poner sobre el césped ese demostrado vigor que le había llevado a pensar que podría estar a la altura de la máquina azulgrana.

Sergio Ramos Carles Puyol