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Sergio Ramos se excusa: "Para nada voy a hacer daño a Messi"
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LA 'BRONCA' DEL CAMP NOU SOLO LE COSTARÁ UN PARTIDO DE SANCIÓN

Sergio Ramos se excusa: "Para nada voy a hacer daño a Messi"

El clásico del lunes tuvo dos claros protagonistas. Por un lado, la exhibición del Barcelona, y por otro, las broncas. Era un encuentro esperadísimo, el mejor

Foto: Sergio Ramos se excusa: "Para nada voy a hacer daño a Messi"
Sergio Ramos se excusa: "Para nada voy a hacer daño a Messi"

El clásico del lunes tuvo dos claros protagonistas. Por un lado, la exhibición del Barcelona, y por otro, las broncas. Era un encuentro esperadísimo, el mejor clásico de la historia - decían- y la tensión hizo que saltaran chispas. Desde el pitido inicial de Iturralde González los enfrentamientos entre azulgranas y madridistas se sucedieron y el ‘fair play’ quedó absolutamente olvidado. Parecían más enemigos que nunca. Hubo roces entre Cristiano y Guardiola, de nuevo Cristiano y Valdés, Carvalho y Messi…, pero la gran trifulca tuvo lugar en el descuento. El ‘baño’ del Barça y sobre todo la ‘manita’ del marcador desquiciaron a un Real Madrid inoperante, y especialmente a un Sergio Ramos desbordado, que vio la roja directa por una dura entrada a Messi en los últimos minutos.

 

Pero lo grave no fue la acción que derribó al argentino, sino los hechos posteriores. Iturralde mostró la cartulina roja al internacional español, que perdió los nervios completamente, y a partir de ahí, tangana. Puede que fuera la impotencia ante la bochornosa derrota, o la irritación por los ‘olés’ de la grada lo que le llevara a tan antideportivo comportamiento, pero Ramos se equivocó y el manotazo en la cara a Puyol y los empujones a Piqué y Xavi mostraron su peor cara, la de un Sergio Ramos desafiante y fuera de sí, incluso con sus compañeros de selección. Como no podía ser de otra manera, su actitud ha sido duramente criticada y él no parece estar orgulloso de lo sucedido. Según aseguran fuentes de su entorno, el madridista está hundido y arrepentido. ‘No tenía que haberlo hecho’, confesó.

Hoy, se ha querido expresar públicamente en la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Ante el aluvión de críticas, ha admitido sentirse mal y ha pedido disculpas a Xavi y Puyol por los empujones que les propinó. Además, insistió en que la entrada a Messi no fue con la intención de lesionar a Messi. "Para nada voy a hacer daño a Leo Messi. Al igual que yo pienso que nadie salta al campo con esa idea, yo para nada salgo con la mentalidad de hacer daño a un compañero", dijo. Ramos asegura que debido a la rapidez del argentino no midió bien la acción. "Los números están ahí y ningún futbolista puede decir que ha sido lesionado por Sergio Ramos".  

Sin embargo, el colegiado se convirtió en aliado a pesar de la expulsión. Gracias a lo dictado por Iturralde en el acta, el Comité de Competición solo valoró la patada a Messi y no la reyerta posterior con el resto de jugadores y sancionó a Ramos solo con un partido. Podría haber sido mucho peor. El árbitro pudo haber comprendido la situación en la que se vio envuelto el sevillano y le expulsó, según el acta, por "dar una patada por detrás a un adversario, sin posibilidad de jugar el balón".

Si tomamos como referencia acciones similares en el fútbol internacional se puede decir que Ramos ha salido muy bien parado después de la que montó en el Camp Nou. Sin ir más lejos, Samuel Eto’o fue sancionado con tres partidos de suspensión por conducta violenta por un cabezazo a un jugador del Chievo Verona. El árbitro no lo vio, y fue la repetición en televisión la que recogió la agresión. Y del cabezazo del camerunés, al mordisco de Luis Suárez. Al delantero uruguayo del Ajax le cayeron siete partidos de sanción por morder en el cuello a un jugador del PSV. La federación holandesa fue inflexible y no podrá jugar en el país hasta febrero del año que viene.

Iguala el récord de Hierro en menos de la mitad de partidos

Pero Sergio Ramos debería reflexionar sobre su dureza en el terreno de juego. El ‘4’ del Real Madrid ostenta el dudoso honor de ser el jugador con mayor número de expulsiones en su haber. Con 14 tarjetas rojas, iguala el récord de Fernando Hierro. La salvedad es que la colección de cartulinas del malagueño era fruto de 14 temporadas y 439 partidos, mientras que Ramos ha acumulado las mismas en 175, menos de la mitad de encuentros.

Actitudes como ésta marcan la trayectoria de un jugador y pueden llegar a influir negativamente en futuras conversaciones referentes a la renovación, tema que suele ponerse encima de la mesa cada cierto tiempo. Un jugador complicado, que genera conflictos no hace otra cosa que perjudicarse a sí mismo en cuanto a valoración se refiere y el club puede llegar a bajar su caché e incluso plantearse prescindir de él. Ramos es un gran jugador, pero tras episodios como éste, no solo le vale el arrepentimiento, tendrá que aprender a controlar sus nervios y ser más limpio en el campo. Las piedras sobre su propio tejado no le beneficiarán en absoluto.

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El clásico del lunes tuvo dos claros protagonistas. Por un lado, la exhibición del Barcelona, y por otro, las broncas. Era un encuentro esperadísimo, el mejor clásico de la historia - decían- y la tensión hizo que saltaran chispas. Desde el pitido inicial de Iturralde González los enfrentamientos entre azulgranas y madridistas se sucedieron y el ‘fair play’ quedó absolutamente olvidado. Parecían más enemigos que nunca. Hubo roces entre Cristiano y Guardiola, de nuevo Cristiano y Valdés, Carvalho y Messi…, pero la gran trifulca tuvo lugar en el descuento. El ‘baño’ del Barça y sobre todo la ‘manita’ del marcador desquiciaron a un Real Madrid inoperante, y especialmente a un Sergio Ramos desbordado, que vio la roja directa por una dura entrada a Messi en los últimos minutos.

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