Messi está obsesionado con superar a Cristiano

Leo Messi transmite sensación de no haber roto nunca un plato, pero tras esa aparente fragilidad del argentino, se esconde un fuerte carácter, un ganador obsesionado con ser el número uno, el mejor jugador del mundo. Que todas las cámaras apunten a él. Y su empeño es demostrarlo día tras día, partido a partido. El delantero del Barcelona busca nuevas motivaciones cada temporada que pasa. Si en la anterior campaña era la de llevar a Argentina a la cima del mundo, en esta campaña es superar a Cristiano Ronaldo lo que le hace que su espíritu voraz no desaparezca ni un segundo. Y es que Messi quiere terminar la temporada como el mejor, el jugador que más goles logre, que más títulos consiga y que más admiradores reclute por todo el mundo con su juego, único condicionante que le gusta poner en su particular guerra con el portugués para ser el mejor del mundo.
 
No es casualidad esta persecución goleadora que Messi y Ronaldo están teniendo. Uno y otro se miran de reojo. Da lo mismo que les separen 650 kilómetros. El delantero del Barcelona no oculta a los suyos que quiere quedar por encima del portugués. La filosofía no admite lugar a dudas de ningún tipo. Si CR7 marca, dos goles, pues él, tres. Si Cristiano lleva dieciséis goles en la carrera por la Bota de Oro y el Pichichi, pues a marcar goles hasta lograr alcanzarlo cuanto antes. Y si para eso necesita jugar todos los minutos de todos los partidos, pues por allí estará Messi. Al argentino no le gusta eso de estar por debajo del madridista. En nada. Y por eso le obsesiona liderar la clarificación de máximo goleador.
 
Esa desenfrenada carrera hacia el gol: 16 del madridista, por uno menos del azulgrana, les colocan en el camino de batir todas mas marcas escritas por goleadores como Hugo Sánchez. Ronaldo marca la mitad de los 35 goles del Real Madrid en el campeonato de Liga Madrid (sus 16 suponen el 45 por ciento), mientras que el porcentaje de Messi se queda en el 36% de los goles azulgrana, eso sí, con la mitad de remates a puerta que el ex del Manchester. Con estos promedios goleadores destrozan a cualquier goleador del pasado.

Difícil convivencia con otras estrellas
 
Esa ambición, enmascarada en buenas palabras y mejores acciones, tiene consecuencia la difícil convivencia de estrellas de parecidas circunstancias. Fue imposible con Eto'o, más aún con Ibrahimovic y el tiempo dirá si el desembarco de Villa terminar llegando a buen puerto o se ve obligado a naufragar como lo hicieron el camerunés y el sueco en ese desempeño de ser el segundo del reparto.
 
Se preguntarán por la situación de Xavi e Iniesta en este reparto de papeles. Sin problema. Los dos centrocampistas asumieron hace tiempo que la estrella era Messi. Lo han dicho públicamente, en el vestuario y al oído del argentino. No les importa estar en un segundo escalón. Es más, disfrutan con esa condición, aunque eso no quita para que en estos días hayan mostrado cierto nerviosismo ante la posibilidad de que uno de los dos ganara el Balón de Oro, que todo hace indicar ha recaído en Iniesta, en reconocimiento del importante gol que logró en la final del Mundial. Ese reconocimiento como mejor jugador del mundo tenía que haber sido para Xavi en 2008. Su Eurocopa, junto a Senna, fue espectacular, pero en esa ocasión no mandó el gran evento de selecciones y sí la Champions que conquistó el Manchester United y que significó que el premio se lo llevara Ronaldo. Discutible. Ahora seguro que tampoco le gusta eso de quedar en un tercer plano, pero al fin y al cabo por delante de él quedan dos compañeros y dos amigos.