Mourinho se reencuentra con Ballesteros, el hombre que le hizo conocer el miedo

Mourinho no dice la verdad. Al menos cuando habla del miedo. Recientemente ha confesado no sentir miedo ante nada en lo relacionado con el fútbol. Dijo que pocas cosas le producen ese sentimiento, pero que ninguna de ellas tiene relación con el mundo del fútbol.

 

Se equivoca el entrenador del Real Madrid. Y es que el pasado 6 de enero, el ex del Inter sí que sintió miedo y lo hizo en un terreno de juego. La escena tuvo lugar en el estadio del Levante, hoy rival en el Bernabéu, durante el partido de vuelta de Copa del Rey. La eliminatoria estaba sentenciada tras el 8-0 del partido de ida y el técnico madridista había preparado una serie de cambios para repartir minutos entre sus jugadores. Los movimientos en el banquillo no sentaron nada bien en la grada del Ciutat de Valencia. Y allí estaba Sergio Ballesteros, central del equipo levantinista, al que Luis García había reservado para mejor ocasión. Al defensa no le gustó alguna actitud que vio sobre el terreno de juego, pero lo que ya le sacó de sus casillas fue ver calentando a Pepe desde el minuto 30. Lo veía como una ofensa hacia su equipo y su culpable tenía nombre y apellidos: José Mourinho.

 

Ballesteros se fue acercando a los banquillos, para nada más pitar el árbitro buscar el vestuario. Dicho y hecho, el defensa se plantó en el túnel de vestuarios y esperó a la aparición del entrenador del Real Madrid para pasar a la acción. Mourinho no se esperaba que ciento ochenta y ocho centímetros y 93 kilos de humanidad se avalanzaran hacia él. En ese momento sintió miedo, en especial cuando la mano de Ballesteros encontró acomodo cerca de su cuello. El portugués no se esperaba una entrada así en el vestuario. La cara, según confirman testigos presenciales, reflejaba el momento de pánico que vivió. Menos mal que por allí estaba Silvino Louro, entrenador de porteros y ángel de la guarda del técnico, para frenar el ímpetu del central del Levante, que pese a no estar vestido de corto, ni jugando el partido, perdió los nervios ante lo que consideraba una ofensa hacia su equipo.

 

Valdés también se encaró con Mou

 

El defensa del Levante se reencuentra esta noche con Mourinho. Seguro que los ánimos habrán bajado de intensidad con el paso de los días, pero tras lo sucedido el día de Reyes dudo mucho que se produzca un abrazo cariñoso y sincero entre los dos. El caso de Ballesteros es curioso. Cuestionado por rivales y aficionados, el valenciano es un fijo en las alineaciones de todos los equipos por los que ha pasado. Levante, Tenerife, Rayo, Villarreal, Mallorca y de nuevo el Levante han visto como el defensa acumulaba partidos y críticas casi por igual. Suma 430 apariciones entre Primera y Segunda división.

 

Ballesteros no es el único jugador con el que ha tenido problemas Mourinho recientemente. Víctor Valdés también tuvo un incidente con el técnico, el mismo día en el que los aspersores del Camp Nou se pusieron a trabajar de manera anticipada y con los jugadores del Inter todavía sobre el césped. El portugués no se cortó un pelo a la hora de ir a celebrar el pase a la final de la Champions junto a los suyos en uno de los fondos del estadio azulgrana. Allí estaba Valdés, al que no le gustaron los ademanes del técnico. Ni corto ni perezoso, el internacional español enganchó por el cuello a Mourinho, pero el asunto no pasó a mayores debido a la rápida intervención del resto de jugadores.

 

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