Cesc llama a Kanouté para zanjar la polémica de los supuestos insultos racistas

Barcelona y Sevilla firmaron un empate a cero en el Camp Nou, en un partido en el que el gran protagonista del encuentro no fue otro que Javi Varas, que detuvo todo lo que llegó a su portería, penalti de Leo Messi incluido. Tras la señalización de esta pena máxima se produjo una tangana en la que Cesc Fábregas y Frederic Kanouté se enzarzaron. Un día después ambos solucionaron sus problemas a través de una llamada telefónica.

Iturralde González señalaba penalti a favor del Barça en el minuto 91, después de que Federico Fazio derribara a Andrés Iniesta dentro del área. Antes del lanzamiento, Kanouté se dedicó a poner nervioso a Messi, encargado de lanzar el penalti, lo que le valió la tarjeta amarilla, tras la que, por si fuera poco, desplazó el balón del punto de penalti. Entonces comenzó el lío.

Kanouté y Cesc se enzarzaron en una pelea en la que ambos equipos participaron, formándose una tangana monumental al borde del área. El colegiado expulsó al malí, al que se le vio agarrar por el cuello al internacional español y, posteriormente, rozar la cara del jugador del Barça en el forcejeo que ambos mantenían, tratándose más del típico del braceo en este tipo de acciones que de una agresión.

Tras acabar el partido, el jugador africano denunció que su reacción, que también calificó como "desmedida", fue producto de un supuesto insulto racista de Cesc. Sin embargo, el internacional español lo negó categóricamente, situación que el resto de compañeros del jugador azulgrana respaldó. El de Arenys de Mar lo tenía muy claro, y no tardó en aclarar esta situación.

Una llamada para acabar con la polémica

"Quiero desmentir claramente que haya hecho algún tipo de insulto racista hacia algun jugador del Sevilla. Toda la vida he jugado con gente de todo el mundo y todas las religiones, comparto vestuario con un jugador malí, llevo un tatuaje árabe, y mi pareja es libanesa. No hay muestras más evidentes de que no tiene sentido", aseguraba Cesc en la red social Twitter.

Sin embargo, Kanouté no opinaba de la misma manera. El jugador malí, sin querer avivar más la polémica, aseguró que sí que recibió esos supuestos insultos por parte del jugador del Barcelona: "Siento mucho lo ocurrido este sábado, no fue ejemplar. No obstante hubo provocación e insulto, ya sabéis. No le déis más vueltas. Su comportamiento como el mio fueron malos, pero tema zanjado. Seguimos con el fútbol", indicó en a través del mismo canal.

Pero ambos jugadores, en una actitud que los honra, decidieron descolgar el teléfono para ponerse en contacto y disculparse. "Hemos hablado y hemos aclarado lo que pasó. Nos hemos pedido perdón mutuamente", aseguró Cesc. "La cosa se explicó y los dos somos adultos y conscientes de nuestra culpa del sábado", indicó Kanouté. Ambos jugadores enterraron la polémica por vía telefónica.

Posiblemente nunca se sabrá qué ocurrió realmente entre ambos jugadores. En plena tensión por la disputa del partido, a mil revoluciones y con un penalti por lanzar, ambos jugadores perdieron los nervios, enzarzándose en una tangana que deslució el fenomenal espectáculo que se pudio ver sobre el césped del Camp Nou. Sólo Kanouté y Cesc pueden saber lo que sucedió realmente en el terreno de juego.