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Vilanova sólo cuestiona su fe en Fábregas cuando juega contra el Real Madrid
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EN EL DOBLE ENFRENTAMIENTO DE LA SUPERCOPA SÓLO JUGÓ 7 MINUTOS

Vilanova sólo cuestiona su fe en Fábregas cuando juega contra el Real Madrid

Tito Vilanova profesa una fe inquebrantable en Cesc Fábregas. Una devoción por su juego que le convirtió el curso pasado en el mayor instigador de Guardiola

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Vilanova sólo cuestiona su fe en Fábregas cuando juega contra el Real Madrid

Tito Vilanova profesa una fe inquebrantable en Cesc Fábregas. Una devoción por su juego que le convirtió el curso pasado en el mayor instigador de Guardiola para que convenciera al centrocampista, entonces del Arsenal, de que su lugar en el fútbol estaba en Barcelona. Sandro Rosell puso el resto: 34 millones de euros. Vilanova sabía que la vuelta a casa de aquel cadete que dirigió en su día junto a Piqué y Messi era el futuro para el centro del campo del Barça. Por más caro que fuera su fichaje.

Ahora, con mando en plaza, el técnico azulgrana ha demostrado que su apuesta va en serio y de los diez partidos que ha disputado el equipo esta temporada, sólo en dos se ha quedo fuera del once inicial. Algo que no pasaría de ser una anécdota si no fuera porque las dos ocasiones coincidieron con duelos frente al Real Madrid. Algo que ni entiende ni comparte el jugador.

Llama la atención, por lo tanto, que Vilanova haya dudado de Cesc precisamente en los momento importantes de la temporada. Y no una duda pasajera. Del doble enfrentamiento de la Supercopa ante el equipo de Mourinho, Fábregas sólo participó siete minutos en la victoria azulgrana (3-2) en el Camp Nou. La vuelta en el Bernabéu la siguió desde el banquillo. Un golpe demasiado duro a la autoestima de un jugador que ha sido cuestionado por la afición ante el bajo rendimiento goleador en este arranque de temporada.

Circunstancial o no, el Clásico de este domingo será una buena piedra de toque para saber si la ausencia de Fábregas en la Supercopa fue algo circunstancial y pasajero o de verdad el internacional tiene mando en plaza en este Barcelona tal y como se presuponía con el paso a la primera línea de Tito Vilanova. Claro que el regreso de Andrés Iniesta no ayudará a que Cesc mantenga su sitio en el equipo, por más que en los últimos dos encuentros haya sido decisivo en las victorias ante Sevilla (marcó dos goles) y Benfica (anotó un tanto).

Tito Vilanova profesa una fe inquebrantable en Cesc Fábregas. Una devoción por su juego que le convirtió el curso pasado en el mayor instigador de Guardiola para que convenciera al centrocampista, entonces del Arsenal, de que su lugar en el fútbol estaba en Barcelona. Sandro Rosell puso el resto: 34 millones de euros. Vilanova sabía que la vuelta a casa de aquel cadete que dirigió en su día junto a Piqué y Messi era el futuro para el centro del campo del Barça. Por más caro que fuera su fichaje.

Cesc Fábregas