El Atlético, desdibujado entre el 'marrón' del Cata y la marrullería de Costa

El Atlético de Madrid del Cholo Simeone eligió el peor escenario posible para olvidarse de los atributos que le han llevado a triunfar en Europa y a pelear en lo más alto de la tabla. Y el caso es que tampoco sorprende demasiado. Debido a la nueva victoria madridista, los rojiblancos acumulan ya 22 derbis ligueros sin ganar, aunque pocas veces en este tiempo habían hecho menos por cambiar las estadísticas.

La noche comenzó mal, confirmándose la baja de última hora de Filipe Luis, un jugador que le da empaque al Atlético tanto en ataque como en defensa. Simeone optó por sacar en el flanco izquierdo de la zaga al Cata Díaz, reconocido central pero con pocas posibilidades de suplir con garantías al brasileño cuando toca tener la posesión de balón. El marrón que recayó sobre el argentino, que pese a tirar de oficio para intentar salvar la papeleta frente a Di María terminó quedando en evidencia varias veces (basta la imagen del segundo tanto blanco para demostrar su desacierto), descompuso el planteamiento que se le esperaba a los visitantes.

Por ahí empezó el paso atrás en la convicción del equipo, esa que le ha hecho alcanzar con suficiencia la segunda plaza liguera. No comenzó mal el encuentro, de hecho hasta el gol de Cristiano parecían ser los colchoneros los más cómodos en el campo, mientras simplemente intentaron frenar el ataque posicional del rival. Pero de la misma manera que el Cata tenía facilidad para recuperar aunque dificultad para darle continuidad a la jugada, el resto del equipo renunciaba a intentar hacer algo más con el balón posiblemente en el estadio donde todos los equipos encuentran huecos para circular en el centro del campo.

El control de los partidos que ejerce este Atlético se basa no solo en contener sino en contragolpear y mostrar determinación atacante. Lo primero es cierto que se vio de nuevo en todo el encuentro salvo en la jugada del segundo gol, pero de lo segundo nada hubo en el Bernabéu. Y lo que es peor, esto derivó en una imagen impotente que terminó por alimentar el ego dañado del Real Madrid.

Hasta Falcao vio amarilla por una entrada a destiempo

Diego Costa protagonizó el desquiciamiento atlético. El delantero acompañaba a Falcao para buscar profundidad y tenía como objetivo defensivo neutralizar a Xabi Alonso. Pero las excesivas revoluciones del brasileño (incluso sus malas intenciones) quedaron patentes en constantes acciones polémicas donde buscaba la provocación de los defensas madridistas, que cierto es que en alguna ocasión entraron al trapo.

Su actitud se fue contagiando al resto de compañeros, y cuando en la segunda parte el Madrid ya era dominador psicológico (aparte de en el marcador) del partido, se vieron entradas totalmente desproporcionadas de los rojiblancos. Hasta Falcao se marchó con amarilla. Causa o consecuencia de ello, apenas se vio alguna jugada de mérito del ataque atlético en todo el partido. Inaudito en la presente temporada.  

Ahí se acabó todo para los del Vicente Calderón. También fue sorprendente la tardanza de Simeone a la hora de mover el banquillo, cuando normalmente lee los partidos al vuelo y reacciona rápido. Está claro que del lado colchonero fue una noche para olvidar. El tópico de que por mucho placer que dé ganarlo, en un derbi solo se juegan tres puntos debe ser el acicate del perdedor en este caso. Simeone ha dado muestras del gran trabajo que desarrolla mentalizando a sus hombres, y su trabajo se centrará ahora en que el mal encuentro de este sábado no repercuta en la gran trayectoria que lleva el equipo del Manzanares. De momento, está segundo a seis puntos del líder y todavía a cinco del siguiente perseguidor, el Real Madrid.