La historia se repite: del “no mataré a mis jugadores” al “falta compromiso”

“He detectado falta de compromiso en algunos jugadores”. La frase la firma José Mourinho. Y no precisamente tras la derrota del Real Madrid en Balaídos como pudiera deducirse en un principio. La denuncia data de 2007 y fue puesta sobre la mesa por el ahora entrenador blanco cuando aún dirigía al Chelsea y Shevchenko y la plantilla estaban en su punto de mira. Una demostración fehaciente de que el ‘método Mou’ no ha variado un ápice y que sigue más vigente que nunca como está demostrando en la presente campaña donde, entre otras lindezas, Mourinho ha advertido que “no tengo equipo” o que “algunos jugadores no quieren jugar” tras derrotas como la de Getafe o Sevilla. El mismo discurso, distintos lugares.

Entonces, como ahora en el Real Madrid, el preparador luso afrontaba su tercera temporada al frente del banquillo ‘blue’ y sus problemas y diferencias con la plantilla se acentuaron en la medida de que los resultados no le daban la razón. Mourinho, lejos de asumir errores, no tuvo problema en señalar con el dedo a los supuestos culpables. La misma pauta que sigue ahora en el Real Madrid como ha quedado recogido en cada una de las comparecencias que han sucedido a una derrota blanca fuera en Liga, Copa o Champions. En el Chelsea, eso sí, terminó costándole el puesto. Florentino Pérez, de momento, no se plantea la destitución del técnico. Aunque ya se sabe que los resultados mandan y un fiasco inesperado en Champions podría precipitar algo que parece inevitable a final de temporada.  

El Inter de Milán y sus jugadores tampoco escaparon al método. Y eso que el breve paso de Mourinho por Italia estuvo cubierto de gloria. Aún así. En su segunda temporada y pese a que el equipo terminó conquistando el triplete de Copa, Liga y Champions, la plantilla no escapó a la irá del luso, siempre al margen de los errores del equipo. Después de un encuentro en el Calcio en el que los interistas encajaron tres goles en apenas media parte, Mourinho sacó su dedo acusador: “Preguntarle a ellos por su falta de compromiso”. Sería la última. Córdoba, uno de los veteranos del equipo, desveló que tras aquello tuvo unas duras palabras con el entrenador, que corrigió su desdén hacia sus futbolistas y se ganó su compromiso. Los resultados lo demuestran.

La actual retahíla de acusaciones que vive ahora la plantilla del Real Madrid, por lo tanto, no son nuevas. Como tampoco lo es doble discurso que mantienen José Mourinho, que siempre presume de su compromiso con el vestuario cuando la realidad es que no duda en ‘matar’ públicamente a los futbolistas para ocultar sus responsabilidades en la derrota. Fórmula de motivación lo llaman algunos. Pero ligado a las acusaciones van los halagos precedentes. El Madrid, por supuesto, ha conocido la frase comodín del entrenador del Setúbal cuando afronta sus primeros pasos en un club: “No mataré nunca a mis jugadores”. Tal aseveración fue lanzada por Mourinho en octubre de 2010 apenas dos meses después de haber recalado en la Capital de España. En Londres y en Milán la conocen bien. Tanto como las andanadas al equipo de turno cuando las cosas se tuercen y Mourinho deja de ser especial.