Lendoiro cede a las presiones y el Deportivo se acoge a la Ley Concursal

La situación del Deportivo de la Coruña es crítica. Y no sólo por que el la Liga haya entrado en barrera y no logre sacudirse su condición de máximo candidato al descenso. La gravedad del asunto va más allá. La pérdida de categoría sería un mal menor comparado con la posibilidad real que existe de desaparecer si no tapona la herida económica que le tiene al borde la quiera. Una situación que ha disparado las alarmas en el fútbol español. Tanto, que Augusto César Lendoiro ha anunciado esta mañana que “en los próximos días y antes de que acabe el año” el Deportivo entrará en Ley Concursal.

El presidente deportivista, de este modo, cede a las presiones que en las últimas horas había recibido tanto de parte de la Liga de fútbol Profesional como del Consejo Superior de Deportes. Los estamentos deportivos españoles no entendían el empecinamiento de Lendoiro por evitar el concurso de acreedores y le han instado a dar el paso para evitar la desaparición del club. De haber dilatado más le situación el riesgo de que la entidad se diera por finiquitada era más que elevado, sobre todo a 30 de junio.

Con una deuda reconocida de 98.740.006, los impagos a la plantilla están dinamitando una temporada en la que el descenso cada jornada que pasa parece estar más cercano. Ahora, con la entrada en la Ley Concursal el administrado tendrá que hacer frente lo antes posible a los pagos o al menos dar garantías de que se harán.

Una de las consecuencias de la entrada en Ley Concursal será, a priori, la perdida de mando por parte de Augusto César Lendoiro. El actual presidente tendrá que ceder toda la potestad al administrado que sea nombrado. De ahí que durante mucho tiempo se haya resistido a que el Deportivo entrar en el concurso de acreedores. Algo que como ya ha señalado en más de una ocasión no estaba en sus planes: “Me daría vergüenza no ser capaz de reconducir la situación y acogerme a la Ley Concursal”. Los números, está claro, no le han salido y Lendoiro ha tenido que claudicar ante la crítica realidad económica a la que ha conducido al Deportivo.