La actitud de los jugadores demuestra que los objetivos de esta temporada son otros

Que el Real Madrid acumule derrotas ya no es noticia en esta Liga. La de ayer en Granada fue una prueba más de que el equipo de José Mourinho nada quiere saber con la competición doméstica y que todo va a quedar a expensas de lo que suceda en el partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey ante el Barcelona y, sobre todo, en la eliminatoria de octavos de final de la Liga de Campeones ante el Manchester United. La Liga simplemente les estorba.

Como en la famosa temporada de la 'Séptima', con Jupp Heynckes en el banquillo, los objetivos del club están más que definidos. Por mucho que el discurso oficialista sea aquel de que un club como 'el Madrid nunca da nada por perdido' o 'por lo que significa esta camiseta, hay que luchar hasta el final', milongas. Todo el mundo tiene claro ya a estas alturas de la temporada en el club blanco qué es lo verdaderamente importante en los próximos cinco meses.

Lo que se vio ayer en Los Cármenes ejemplifica todo esto. De un lado, un equipo que se está jugando la vida y la permanencia en Primera División; de otro, un conjunto que debe ir solventando la papeleta de cada fin de semana como un auténtico sacrificio. La diferencia de actitud entre los jugadores de Granada y Real Madrid deja bien a las claras a quién le interesaban los tres puntos y a quién no. Los blancos, a quince puntos del Barcelona, hace tiempo que dejaron de creer en el milagro de la Liga.

Esta vez sí, Mourinho salió a sala de prensa (lo hace siempre que se produce una derrota) para hacerse responsable de la nueva debacle merengue. "Esta vez no se ganó, no hubo autogestión, por lo que el máximo responsable soy yo", señaló el técnico portugués, quien también hizo referencia al cansancio y a que "hay equipos que no tienen ningún control sobre el calendario", en referencia a que el Madrid haya jugado en sábado y el Barça en domingo tras el partido de semifinales de Copa del pasado miércoles.

Como última perla, el entrenador luso acusó a algunos de sus jugadores por la teórica falta de actitud. "Han jugado jugadores que disputaron los 90 minutos el miércoles y otros que no lo hicieron. Los que no jugaron no sé porqué estaban cansados. El miércoles estuvieron en la grada o en el banquillo", dejó caer.

Con todo y con ello, ya lo venimos anunciandolo desde hace tiempo en este periódico, la temporada se le puede hacer muy larga al Real Madrid en lo que a la Liga se refiere. El único aliciente, el del subcampeonato, tampoco parece preocuparle al equipo de Mourinho, aunque visto el panorama quizá si debiera tener en cuenta aquello de amarrar la tercera plaza, ésa que da acceso directo a la Champions de la temporada que viene. De caer a la cuarta (el Málaga se podría poner a cinco puntos en caso de ganar este domingo al Zaragoza), los blancos tendrían que jugar la previa de la máxima competición europea. Pintan feas las cosas en la 'casa blanca' de no ser que lo remedien las otras dos competiciones en liza.