Las críticas a Bielsa ya se hacen de puertas para afuera en el Athletic

La historia de Marcelo Bielsa con el Athletic de Bilbao tiene toda la pinta de acabar como el rosario de la aurora. El idilio que mantuvieron técnico, jugadores, directiva y afición durante la pasada campaña comenzó a torcerse tras las dos finales perdidas ante el Atlético de Madrid y el FC Barcelona en la Europa League y la Copa del Rey, respectivamente. Los encontronazos entre el argentino y algunas estrellas del equipo, fundamentalmente con Javi Martínez y Fernando Llorente, empezaron a vislumbrar el calvario en que se iba a convertir la 2012-2013.

Bronca con el jefe de obra de Lezama y ‘caso Llorente’ al margen, lo que está claro es que, deportivamente hablando, el ‘Loco’ no ha sabido dar con la tecla del éxito, ésa que de una u otra manera sí supo pulsar la temporada pasada para llevar al conjunto bilbaíno a dos finales, circunstancia poco o nada habitual en las dos últimas décadas en el Bocho. El equipo ha pasado del todo a la nada en tan sólo unos meses, de ser un conjunto temible a coquetear con los puestos de descenso durante todo el campeonato.

Las decisiones del entrenador argentino no hacen otra cosa que desestabilizar al vestuario y al equipo. Su máximo goleador de la pasada temporada apenas ha disfrutado de minutos, por su inexistente relación con el técnico y como consecuencia de órdenes de las altas instancias del club, y eso, aún con la buena campaña de Aritz Aduriz, se está haciendo notar. Y es que dejar en el banquillo o en la grada 29 goles, los que anotó Fernando Llorente la temporada pasada, son demasiado lastre para un equipo como el Athletic.

Pero con el riojano lesionado, la última cacicada de Bielsa se sitúa en la portería. Tras el 0-4 en San Mamés ante el Espanyol y después de una desafortunada actuación de Gorka Iraizoz, el entrenador rosarino decidió sentarle en el banquillo y dar una oportunidad a Raúl Fernández en la siguiente jornada contra el Málaga. En La Rosaleda, los rojiblancos cayeron por 1-0, pero la actuación del canterano no desentonó. Sin embargo, seis días más tarde llegó el derbi vasco. Bielsa volvió a confiar en Raúl, pero éste falló en el segundo gol de la Real Sociedad. Solución del ‘Loco’, sentar de nuevo a Raúl y colocar en el once del próximo sábado ante Osasuna a Iraizoz. “Va a atajar Iraizoz. Puede que sea injusto con Raúl”, pero considera que el navarro es “más sólido”. “Noto que los errores le dañan más en la confianza a Raúl que a Iraizoz”, manifestaba el argentino en rueda de prensa.

Todo esto deja una vez más en evidencia a un técnico que ha pasado de tenerlo todo controlado a dar bandazos y situar al equipo tan sólo dos puestos y tres puntos por encima del descenso. El duelo en el Reyno de Navarro, si no definitivo, se antoja muy importante para el futuro del Athletic y de su entrenador. Se miden a un rival directo, y una derrota más podría desencadenar auténticos fuegos de artificio en Ibaigane.

Las críticas ya son públicas

Y es que Bielsa ha dejado de ser intocable en la capital vizcaína. Gracias al éxito de la temporada pasada, el crédito del argentino parecía inagotable, pero esto ya ha dejado de ser así. Como ya contábamos en este periódico días atrás, Urrutia se ha quedado solo en la defensa del entrenador, y la prueba más evidente han sido las declaraciones efectuadas por el vicepresidente bilbaíno, José Ángel Corres. “En esta vida, nadie tiene confianza plena, sobre todo si los resultados no acompañan”, manifestaba el directivo en una entrevista concedida a RNE.

Corres es el primero en alzar la voz, pero su postura es respaldada por una gran parte de la Junta que preside Josu Urrutia. Que Bielsa no seguirá la temporada que viene es algo de perogrullo, pero a día de hoy nadie se atreve a asegurar siquiera que acabe la temporada. Una derrota en Pamplona no parece que vaya a ser la guillotina inmediata para el técnico, pero sí la primera gota que vaya colmando el vaso de la paciencia de su único valedor, un Urrutia entre la espada y la pared.