Llega Tata Martino: 'amigo' de Messi, discípulo de Bielsa y estudioso de Guardiola

El Barcelona da un golpe de timón y Gerardo Martino (Rosario, 1962) será su entrenador las próximas tres temporadas, las mismas que le restan de mandato al presidente Sandro Rosell. El Tata, como es conocido en su Argentina natal pese a que ni él mismo sabe de dónde le viene el apodo, es el designado para recoger el legado de este Barça campeón creado por Guardiola y perpetuado por Tito Vilanova. Un técnico ajeno al modelo que, sin embargo, responde a los estándares que demanda el estilo del club. En su credo está el fútbol de ataque y el gusto por tener la pelota, dos mandamientos inquebrantables en Can Barça y que ha acreditado conocer al frente de Newell's Old Boys, equipo revelación y referente en Argentina.

Descartada la opción Luis Enrique -la que más gustaba a Zubizarreta-, la opinión de Sandro Rosell y el visto bueno de Leo Messi han sido decisivos para vestir al Tata Martino de azulgrana, confiarle la difícil tarea de mitigar el golpe anímico del traumático adiós de Vilanova y, de paso, darle forma al futuro. Esta vez sin vestigio alguno de La Masía y el 'guardiolismo'… O tal vez sí. Porque el Tata es un ferviente admirador del trabajo del ahora técnico del Bayern. Un Guardiola a la argentina, por más que su devoción sea para Marcelo Bielsa, curiosamente, el gran referente también para Pep.

Tata Martino, como Guardiola, fue un centrocampista estiloso y con criterio, un futbolista de altos vuelos que despuntó en Newell's Old Boys, donde se consagró campeón en tres oportunidades de la mano de su admirado Marcelo Bielsa, pero que no llegó a tener la oportunidad de demostrar su sobrado talento en Europa. Su paso por el Tenerife en 1991 se recoge en sólo 15 partidos. Después, previo paso por el Barcelona de Guayaquil, retornó a Argentina para cerrar su carrera entre Lanús y finalmente Newell's, su punto de partida.

Otro rasgo que de alguna manera lo emparenta con Guardiola es la obsesión por controlar todos los aspectos del juego. Así fue como jugador y lo es ahora como entrenador. Quizá todo les venga a ambos de su fe en los métodos de Bielsa, su entrenador referencia y a quien en el caso del Tata comparan en Argentina, salvo que es menos dado a las excentricidades a las que suele estar abonado el 'Loco'. Cercano a los jugadores, Martino sabe ser directo y sincero en el vestuario, pero a la vez sacar el mejor partido de cada uno de sus futbolistas. "Su dominio psicológico sobre el futbolista es total. Te hace creer en él", aseguraba en una entrevista Valdez, a quien dirigió en su etapa como seleccionador de Paraguay. Grandes similitudes con Guardiola, sin duda.   

Dado ya a los banquillos, Martino no acumula grandes clubes en su currículum -tampoco Guardiola cuando llegó al Barça-, pero sí el reconocimiento a su trabajo allá por donde ha ido. Libertad o Cerro Porteño, en Paraguay; y Colón o Newell's, dan fe de ello. Con todos salió campeón, a excepción de Colón. Sin embargo, su trabajo más relevante en un banquillo y que le valió el reconocimiento internacional fue con la selección paraguaya, a la que condujo hasta los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica en 2010 para mayor gloria. Sólo España, campeona a la postre, pudo apearla del campeonato, y no sin sufrimiento. “No he vuelto a ver aquel partido, pero sé que estuvimos cerca de ganar a un equipo que era el Barcelona sin Messi. Un equipo excepcional”, admite el técnico.

Los enrevesados caminos del fútbol, sin embargo, le han dado la oportunidad de dirigir a Messi, rosarino como él y al que, por supuesto, considera el mejor jugador del mundo. "Nadie hay como él", asegura siempre Martino cuando es cuestionado por su compatriota para seguido, eso sí, dar pistas de que no tendrá tratamiento de ‘rey’: “En lo individual hay poco que hacer, pero en lo colectivo…”. La sintonía con el crack, en cualquier caso, será total. Ambos se admiran y el padre de Leo es amigo del ahora técnico del Barcelona. No falta quien ve en esto una clara causa-efecto para que el club se haya decantado por el Tata. Argumentos no faltan, pero tampoco parece que escaseen en lo puramente técnico. Como siempre, la pelota será la encargada de dar su veredicto.