Cristiano Ronaldo, el líder sin brazalete del Real Madrid que pronto lo puede tener

El brazalete es una cuestión estética. Ser el capitán de un grupo es algo más y habla de la ascendencia del presumible líder sobre los compañeros y, en el caso del fútbol, abarca también al club y a la afición. A Ronaldo le ha costado, pero nadie discute su liderazgo en el actual Real Madrid. Nada le distingue como capitán, pero no hace falta. Empezando por Casillas y Ramos, siguiendo por los seguidores y terminando por Florentino Pérez, todos ven a Cristiano Ronaldo como su capitán, como el jugador que tira del carro en todo momento, el que da la cara y el que merece ser la referencia del madridismo. Tanto es así que igual en poco tiempo el brazalete es suyo.

Hace un par de años, los éxitos de Ronaldo eran suyos;ahora son del grupo, de la plantilla que dirige Carlo Ancelotti. La primera prueba de ello fue la inmediata reacción de sus compañeros en el momento en el que se conoció su elección como el mejor de 2013, ratificado con el pequeño tributo que quiso rendir el portugués a sus compañeros trofeo en mano. Quiso que fuera de todos y, de hecho, prepara un regalo para cada uno de los miembros de la plantilla para conmemorar el éxito.

Cristiano Ronaldo se ha ganado el respeto del fútbol mundial. Uno de sus objetivos era volver a reinar y lo ha logrado. Para ello, el portugués sabía que tenía que reinventarse. Veía imposible destronar a Messi con su actitud distante e individualista de antaño. Tenía que acercarse a sus compañeros, ganarse su respeto para crecer como futbolista. Y lo ha hecho. Ronaldo se olvidó de sus gestos cara a la galería para entregarse al grupo, tanto como para pasar a ser la referencia de todos, el capitán sin brazalete, circunstancia que puede cambiar pronto.

Nadie en el vestuario del Real Madrid discute su reinado. Mourinho pensó colocarle el brazalete en su segundo año como técnico madridista. Buscaba a un capitán que pudiera presionar al árbitro y al rival y pensaba que desde la portería eso era imposible. La opción fue abortada. El propio Ronaldo sabía que ese no era el camino.

CR7 poco a poco fue entendiendo al grupo, a la necesidad de contar con sus compañeros para ejercer ese liderazgoque nadie cuestiona. El portugués se entregó en cuerpo y alma a las necesidades del equipo y esas pasaban por estar al lado de los capitanes. Lo hizo enfrentándose a Mourinho, tanto que uno y otro se distanciaron, convirtiendo los últimos meses del técnico en el Real Madrid en una galería de gestos que dejaban en evidencia la ruptura entre ambos.

A partir de ese momento, Ronaldo se convirtió en un capitán más. El portugués se hizo íntimo de Sergio Ramos, que ayer también quiso hacer partícipe a la plantilla blanca de su nominación en el once ideal, y mejoró su relación con Casillas, mientras que Pepe, el tercero de la lista, forma sociedad con su compañero de selección desde su llegada al Real Madrid. El siguiente paso fue cerrar la renovación. Mientras, y tras proclamar su tristeza en septiembre de 2012, Ronaldo cambia por completo su actitud, acercándose al aficionado al fútbol poco a poco, proceso que culminó en Zúrich con unas sinceras lágrimas, las que le consagraron como el líder del fútbol mundial y, por supuesto, del Real Madrid.