Bale necesitaba un cambio de sistema y Ancelotti se lo dio regresando al 4-3-3

Gareth Bale andaba meditabundo, algo triste. Unos dicen que por los dos meses menos dos días que llevaba sin marcar gol y otros por la poca participación que tenían en el juego desde que el italiano se olvidó del 4-3-3 que había parecido ser el mejor sistema para la llamada ‘BBC’ madridista, con el galés ocupando toda la banda derecha. El asunto había llegado a preocupar en la zona noble del Bernabéu pese a que Ancelotti insistía una y otra vez, cuando se le preguntaba por el momento de Bale, que volvería al ser el de la segunda quincena del mes de noviembre.

El entrenador italiano tenía una baza guardada para que el fichaje del pasado verano regresara a su mejor nivel. Y esta no era otra que la vuelta del sistema con el que Bale se expresó de mejor manera y más contundente. Ante el Betis decidió tirar del 4-3-3 y la reacción del ex del Tottenham no se hizo esperar. Gol y mucha más participación en el juego, propiciado en parte por arrancar desde más atrás, con mucho más espacio para poder sacar más partido a su principal activo: la velocidad mezclada con potencia.

Bale necesitaba un golpe de moral, sentirse cómodo en el campo y respaldado tanto por el técnico como por sus compañeros. El pasado lunes vio que Cristiano Ronaldo le tiene considerado como de los mejores jugadores del mundo, tal y como quedó reflejado en los votos del portugués. Ayer, en Sevilla, comprobó cómo los lanzamientos de falta no van a ser patrimonio del portugués.

Ante el Betis, el primero del que dispuso el equipo blanco terminó en gol, pero de lanzamiento del galés y no del portugués como hubiera sido lo normal. "Jugó bien, como todo el equipo, que han ayudado tanto a Bale como a Cristiano", señaló Ancelotti, ratificando el cero a cinco que reflejó el marcador en la visita blanca al estadio del Betis.

Modric, el otro gran beneficiado

La lesión y el cambio de sistema había dejado muy tocado a Bale. El golpe en el gemelo que le costó estar un mes fuera de combate le llevó a pensar en una posible rotura y perdió el ritmo adquirido. En su vuelta al once, Bale desapareció, pero ante el Betis demostró que no se ha ido y que sigue dejando pinceladas de lo que puede llegar a ser.

El otro gran beneficiado de ese cambio de sistema, de ese regreso al 4-3-3 no es otro que Modric. El croata, un partido más, volvió a ser uno de los destacados. El tiempo está dando la razón a Mourinho y la insistencia que mostró en el verano de 2012 de lograr su fichaje. El croata participa mucho más con este dibujo. Con el 4-2-3-1 se ve más atado, siente la obligación de jugar muy pegado a Xabi, sin tanta capacidad de maniobra. Ayer, se movió por todo el campo e incluso pudo asistir a Benzema. Le gusta pisar el área contraria y de volante lo puede hacer con más facilidad que desde el pivote. "Una vez más ha sido muy importante", afirmó el técnico.

Isco, la cruz de la moneda

El cambio tiene su parte negativa o un gran damnificado, que en este caso es Isco. Cuando Ancelotti encontró la fórmula para colocar en el equipo a Bale, Benzema y Ronaldo, optó por un centro del campo formado por Khedira, Xabi y Modric. El malagueño desapareció del once y ante el Betis lo volvió a hacer con el regreso al pasado reciente. No fue titular ni apareció sobre el césped con el partido iniciado.

Con este dibujo Isco podría aparecer en la línea de vanguardia, pero tiene difícil encaje ante el potencial de los tres delanteros. En el centro del campo exige mucho trabajo, mucho físico, algo que el ex del Málaga ahora mismo no está capacitado para ofrecer. En algún partido, Ancelotti llegó a colocar a Isco en el doble pivote, pero su sitio está muy lejos de esa posición que convive con la defensa y el ataque del Real Madrid.