Cristiano Ronaldo recupera su peor versión abroncando a Morata y tirando todo a puerta

El Real Madrid venía de rozar la gloria, de escribir en Múnich una de sus mejores páginas de la historia reciente y lo hacía después de recibir las inmejorables noticias del empate del Barcelona ante el Getafe y la derrota del Atlético ante el Levante. La Liga dejaba de ser una quimera para pasar a ser posible. Todo pasaba por un pleno de doce puntos, pero ni por esas el equipo y el Bernabéu se engancharon a un partido que se cerró con un empate en el minuto 92 y gracias.

Ese empate llegó al final, de aquella manera, con un gol de Cristiano Ronaldo de tacón o algo parecido. Y es que el portugués fue el fiel reflejo de esa impotencia que presidió al Real Madrid durante el partido ante el Valencia. CR7 quiso ganar el partido él solo y abusó del remate a puerta. Hasta en 14 ocasiones disparó, encontrando los tres palos en 8 ocasiones, doblegando a Diego Álves en el minuto 92, tanto que valió un punto y que evitó que el Barcelona dependiera de sí mismo para ganar la Liga.

Esos 14 tiros a puerta de Ronaldo fueron el reflejo de un partido desordenado y apresurado del Real Madrid. El equipo de Ancelotti tiró hasta en 31 ocasiones durante el partido, por 9 del Valencia, pero es que el Real Madrid tan solo tuvo acierto entre los tres palos en 11 ocasiones, 8 de ellas de CR7, que se volvió a disfrazar de salvador de su equipo de manera equivocada.

El Real Madrid, gracias al poco apoyo recibido desde la grada, desconfió del triunfo y solo creyó en la remontada en esos tres últimos minutos, esos que fueron desde el gol de Ronaldo hasta el pitido final de Clos Gómez. Esos escasos ciento ochenta segundos fueron los únicos en los que el Bernabéu respiró verdadero ambiente de creer en la victoria y en la conquista de la Liga. Y los jugadores lo echaron de menos durante los 92 restantes.

Tal fue el nerviosismo de esos minutos y con la Liga perdida, que CR7 volvió a ejercer de mal líder, abroncando a Morata ante un tiro a puerta del canterano a cinco minutos del final. El pase quizás hubiera sido mejor opción, pero el portugués se equivocó con los gestos y gritos que dedicó a su compañero. Fue el fiel reflejo de la ansiedad que vivió el Real Madrid durante la noche de ayer.

Ancelotti ratificó esa opinión, afirmando que"teníamos una gran oportunidad. Empezamos bien, pero luego no jugamos con intensidad. Nosotros teníamos mucha presión. El gol de Cristiano nos da opciones. Necesitamos ganar los tres partidos y debemos centrarnos en eso. Todavía hay posibilidades".