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Filipe y Godín le ponen una alfombra roja al Barcelona
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los rojiblancos acabaron el partido con nueve

Filipe y Godín le ponen una alfombra roja al Barcelona

Los dos defensas que mejor interpretan el juego que quiere Simeone se inmolaron con dos expulsiones absurdas que facilitaron la vida al Barça, que no supo cerrar el partido y llegó hasta a sufrir

Foto: Messi y Suárez siempre aparecen en los días decisivos (Reuters).
Messi y Suárez siempre aparecen en los días decisivos (Reuters).

Cada vez que un equipo se enfrenta al Barcelona, hay algún miembro de la plantilla o el cuerpo técnico que la única opción de poder puntuar ante el campeón de todo es realizar un partido perfecto. Y alguna vez sucede, que el contrario hace un partido perfecto y consigue sacar un punto, o los tres. Pero es que hay otras ocasiones en que se realiza durante muchos minutos un fútbol excelente (en tanto que se minimizan las virtudes del Barça, eso ya es un logro), y se van del Camp Nou de vacío y escaldados. El Rayo sabe mucho de eso. El Atlético de Madrid ahora ya también lo sabe. Ha perdido en Can Barça (2-1) su segundo partido consecutivo. Se ha dejado en tres días una competición y buena parte de otra. Y le ha pasado, en parte, porque se ha suicidado.

Estar en el vestuario del Atlético después de este partido ha tenido que ser más caliente que una tarde en el infierno. El Barça es un equipo que puede superar al Atlético, como puede superar a cualquier otro equipo que se le ponga delante, por eso son el campeón de Europa vigente. Pero, como decimos, el Atleti se suicidó. Si al Barça le dejas ocho minutos para que te meta dos goles y te remonte, te puede ganar. Si le das una ventaja aún mayor, como es que se autoexpulsen dos de los jugadores más responsables, más concienzudos y que mejor aplican la teoría de Simeone, todo se acaba.

Es verdaderamente incomprensible lo que hicieron Filipe Luís primero y Godín después. Los dos líderes defensivos del conjunto rojiblanco dejaron al Atlético con nueve jugadores cuando estaba realizando un partido sensacional. El primero dio un plantillazo a Leo Messi cuando intentaba ir a por la pelota que estaba en disputa. El argentino llegó primero, y Filipe le golpeó a la altura de la rodilla. Undiano Mallenco lo mandó a la calle con todas las de la ley poco antes del descanso, cuando el partido estaba muy vivo aún. Pero a pesar de que el Atleti estaba con uno menos, dominó intensamente el segundo tiempo y Griezmann no empató porque su remate le dio en los pies que tenía apoyados Bravo en el suelo. Y entonces, la lió Godín.

Antes de que nada raro pasase sobre el tapete verde del Camp Nou, el Atleti hizo lo que han hecho muchos equipos esta temporada y que ha muy pocos les ha servido para algo, esto es, salir a presionar muy arriba, prácticamente a la altura del área pequeña del Barça. Pero más que ese detalle posicional, que no deja de ser importante, lo que sí resultó determinante fue la cobertura que realizaron entre Griezmann, Koke y Carrasco sobre Sergio Busquets. Si Busquets no participa en el juego asociativo, no hay ninguna fluidez en el Barça, y más si Iniesta tiene uno de esos partidos grises. Tapar a Sergio es maniatar como coser la boca a un tenor antes de un concierto. Para eso sacrificó Simeone a todos sus delanteros centro y dejó al francés solo arriba.

Marcarle al Barça, sin embargo, nunca tiene por qué resultar algo positivo. Sí, marcar siempre es bueno, pero no lo es sino se mantiene. Y el Barça suele remontar cuando le marcan pronto. De hecho, lo hace casi siempre. El gol de Koke era la confirmación de que el Atleti había entrado mejor que el equipo de Luis Enrique al partido. El problema es que durante los 20 minutos que estuvo dominando con firmeza, no fue capaz de marcar el segundo. Eso es lo que consigue el Barça, no ser muy cristiano: si empieza algo atontado y le dan un guantazo, nunca pone la otra mejilla. Y la cosa es que, si remonta, remonta en un ratito. Ocho minutos, y suficiente para resistir todo el partido.

Esos dos goles azulgranas llegaron gracias a dos pases excelentes, de altísima cocina. El segundo fue un 'remake' del gol de Suárez al Madrid en la Liga pasada. Un balón largo de Alves entre los dos centrales, que dudan, Suárez mete el cuerpo, aguanta y remata cruzando el balón. Igual de decisivo fue aquel tanto que este. Pero el primero, el que impuso la igualdad, el pase decisivo fue previo. No fue la asistencia de Jordi Alba a Messi, sino el toque de primeras de Mascherano a un balón despejado. Fue preciso, habilitó a su compañero cuando el Atlético estaba en plena salida de su área, descolocado. No le dio tiempo a recomponerse. Alba y Messi completaron el lujo.

Con nueve también dominó

Pero es que con diez jugadores, y perdiendo en un campo tan grande como el Camp Nou, el Atleti fue el que puso el ritmo. El equipo que menos le gusta mandar sometió (sin contundencia, eso sí) al equipo que más le gusta mandar. Griezmann tuvo el 2-2, y Carrasco no se plantó ante Bravo tras una jugada maradoniana porque Piqué metió el pie a tiempo. Hubo una única ocasión culé en un segundo tiempo donde estuvieron un buen rato jugando contra ocho jugadores de campo... entre los que no estaba Griezmann, que fue el sacrificado para dar entrada a Savic para cubrir el hueco de Godín. Esa oportunidad fue un tiro de Arda Turan, que habría estado gracioso que sentenciase a su exequipo. Pero el Barça no supo matar el partido.

Luis Enrique quería matar el partido, claramente. A ningún entrenador, y menos a uno tan ofensivo como él le apetece sufrir innecesariamente. Pero en parte también le salió bien la inclusión de Arda para frenar al Atleti. No es que sea un cambio defensivo, pero sí sirve en esa materia. El turco aguanta la pelota como pocos en el mundo, pausa el tiempo con la sutileza con que una pluma se posa en el suelo y encuentra el pase cómodo y correcto en cualquier situación. No obstante, la calma que da Arda no justifica la ausencia de tensión del equipo azulgrana. Ni siquiera la grave lesión de Augusto frenó la necesidad rojiblanca. La falta que botó Koke al corazón del área del Barça contrajo la respiración del Camp Nou. Eso sí, el Barça no sentenció el partido, pero puede que haya sentenciado la Liga.

Ficha técnica:

2.- Barcelona: Bravo; Dani Alves (Sergi Roberto, min.81), Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Sergio Busquets, Rakitic (Arda Turan, min.61), Iniesta; Messi, Luis Suárez y Neymar Jr.

1.- Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe; Augusto (Thomas, min.75); Carrasco, Gabi (Jesús Gámez, min.46), Saúl, Koke; y Griezmann (Savic, min.67).

Goles: 0-1, min.10: Koke. 1-1, min.30: Messi. 2-1, min.38: Suárez.

Árbitro: Undiano Mallenco (comité navarro). Mostró cartulina amarilla a Godin (min.23), Gabi (min.25), Juanfran (min.42) y Thomas (min.90+). Expulsó con roja directa a Filipe Luis (min.45) y a Godín por doble amarilla (min.65).

Incidencias: partido correspondiente a la vigésimo segunda jornada de la Liga, disputado en el Camp Nou 94.990 aficionados, según datos facilitados por el club barcelonista.

Cada vez que un equipo se enfrenta al Barcelona, hay algún miembro de la plantilla o el cuerpo técnico que la única opción de poder puntuar ante el campeón de todo es realizar un partido perfecto. Y alguna vez sucede, que el contrario hace un partido perfecto y consigue sacar un punto, o los tres. Pero es que hay otras ocasiones en que se realiza durante muchos minutos un fútbol excelente (en tanto que se minimizan las virtudes del Barça, eso ya es un logro), y se van del Camp Nou de vacío y escaldados. El Rayo sabe mucho de eso. El Atlético de Madrid ahora ya también lo sabe. Ha perdido en Can Barça (2-1) su segundo partido consecutivo. Se ha dejado en tres días una competición y buena parte de otra. Y le ha pasado, en parte, porque se ha suicidado.

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