Es noticia
Giménez salva al Atlético del primer desastre de la temporada
  1. Deportes
  2. Fútbol
griezmann fue expulsado con 2-0

Giménez salva al Atlético del primer desastre de la temporada

Tal y como fue el encuentro, con la victoria casi imposible en el 25, más complicada aún con la roja a Griezmann, sacar un punto del debut del Girona en Primera División suena casi a milagro

Foto: Los goles de Giménez y Correa dieron un punto al Atlético. (EFE)
Los goles de Giménez y Correa dieron un punto al Atlético. (EFE)

Un año más y será la misma historia. La de siempre, la del equipo que nunca deja de creer, la de los infartos de miocardio provocados por el milagro del fútbol. Alguien, algún día, le quitará al Atlético de Madrid ese estigma que le impide crecer, pegar el maldito estirón de una vez y convertirse de verdad en uno de los tres grandes del fútbol español. Serán miles los colchoneros que verían lo ocurrido en Montilivi (2-2) y después de cenar y tomar algo, se irían a la cama con una sonrisa de satisfacción: 'Otra vez lo hemos hecho, es increíble', pensarán para sí y lo compartirán con los de su mismo credo. Olvidarán el pequeño detalle del desastre de partido que jugaron contra un recién ascendido. Lo mismo por segunda temporada consecutiva.

¿Ganó un punto el Atlético o perdió dos? Depende de las lentes a través de las cuales se aprecie. Cualquier análisis previo a los 90 minutos de inicio de Liga que contemplaran un empate se habría interpretado como negativo, un pinchazo nada más empezar para un obligado aspirante al título. A posteriori, el sabor es dulce como la miel de palma. Tal y como transcurrió el encuentro, con la victoria casi imposible desde el minuto 25, más complicada aún con la roja al mejor jugador de la plantilla, Griezmann, sacar un punto del debut del Girona en Primera División suena casi a milagro, un triunfo no reflejado en el marcador final ni en la tabla clasificatoria.

El Atlético hizo un desastroso partido. Hay que decirlo claro. Jugaron los mismos del año pasado con las variaciones obligadas por las bajas, pero nada nuevo, todo conocido. No estaban ni Godín, sancionado, ni Filipe, lesionado, y entraron Giménez y Lucas. El resto, de carrerilla le sale a cualquier colchonero. Esa alineación tan utilizada por Simeone expuso todas las carencias que ya se le intuyeron la temporada pasada, pero las sacó a relucir todas a la vez, una detrás de otra en un conglomerado de despropósitos. No hubo generación de juego, nadie creaba ocasiones de gol y la fortaleza defensiva de los años brillantes siguió ausente como los fichajes.

Los estrenos en la máxima categoría siempre son excitantes. Se salta al terreno de juego con el hambre voraz del que prueba comida por primera vez después de mucho tiempo. El Girona nunca había catado manjar tan apetitoso como Primera en toda su vida y la ocasión, además, les enfrentaba contra un gigante dormido. Había tanta expectación que se colocaron gradas supletorias en Montilivi que parecían sacadas de la feria ambulante del pueblo vecino. Saltaron al campo y quisieron exponer lo que son sus virtudes, lo que les llevó al ascenso y ansían que les dé la salvación. Juego alegre, fiabilidad defensiva y efectividad ofensiva. Todo le salió bien al Girona hasta que marcó Correa. Hasta ese instante, no habían cometido ni el más mínimo error.

Ante Savic y Giménez, dos torres como las de Saruman y Sauron, se coló un pequeño delantero que nadie diría que descata por su remate de cabeza. Christian Stuani volvía a nuestro fútbol y lo hizo recordando las viejas tardes de gloria en Barcelona vestido de perico. Dos goles ante una de las mejores defensas de Europa en apenas tres minutos para enloquecer a la grada.

Y quizás lo mejor del Girona no fueron los goles, sino su seguridad, la confianza que mostraron para ser unos novatos casi todos. Hasta que el Atlético no sopló la corneta y salió a degüello, no hubo ni la más mínima sensación de flojera. Pablo Machín plantó cinco defensas e hizo lo que se debe hacer en esos casos, que es no apelotonarse en su área, sino salir, ocupar espacios en el medio y ser superior con la pelota. El trabajo de Granell en el medio y de Portu y Stuani en el ataque hizo el resto. Griezmann colaboró con un piscinazo y unas palabras poco amistosas al árbitro, que no dudó en decirle que se fuera a la ducha con una tarjeta roja.

Al Cholo no le quedaban muchas alternativas en el banquillo, al menos nada novedoso y fresco. Bueno, fresco siempre es Correa. Su entrada dio nervio al Atlético, como siempre que sale del banco. Marcó de un precioso disparo a la escuadra. El Atleti estaba a un gol del típico milagro de la leyenda india. Mientras se sucedían las ocasiones sobre Oblak, el más veterano, el más experto del Girona, cometió el fallo. Iraizoz pidió un balón por alto al que no llegaba, sí lo hizo Giménez y empató. Después no fue el Girona el que pidió la hora, fue el Atlético, que salvó un punto de un estreno horrible.

Ficha técnica

2 - Girona: Gorka Iraizoz; Pablo Maffeo, Pedro Alcalá, Bernardo Espinosa, Marc Muniesa, Aday Benítez (Carles Planas, m. 71); Pere Pons, Àlex Granell, Borja García, Portu (Larry Kayode, m. 84); y Christian Stuani.

2 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran (Correa, m. 57), Giménez, Savic, Lucas; Carrasco, Saúl, Gabi (Gaitán, m. 68), Koke; Griezmann y Fernando Torres (Vietto, m. 73).

Goles: 1-0, m. 22: Stuani. 2-0, m. 25: Stuani. 2-1, m. 77: Correa. 2-2, m. 85: Giménez.

Árbitro: Juan Martínez Munuera (Colegio Valenciano). Expulsó por doble amarilla a Griezmann, del Atlético de Madrid, en el minuto 67. Amonestó a los locales Stuani (m. 45) y Pere Pons (m. 90) y a los visitantes Carrasco (m. 28), Saúl (m. 49) y Lucas (m. 61).

Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Montilivi ante 11.511 espectadores. Antes de empezar el encuentro, se ha guardado un emotivo minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils.

Un año más y será la misma historia. La de siempre, la del equipo que nunca deja de creer, la de los infartos de miocardio provocados por el milagro del fútbol. Alguien, algún día, le quitará al Atlético de Madrid ese estigma que le impide crecer, pegar el maldito estirón de una vez y convertirse de verdad en uno de los tres grandes del fútbol español. Serán miles los colchoneros que verían lo ocurrido en Montilivi (2-2) y después de cenar y tomar algo, se irían a la cama con una sonrisa de satisfacción: 'Otra vez lo hemos hecho, es increíble', pensarán para sí y lo compartirán con los de su mismo credo. Olvidarán el pequeño detalle del desastre de partido que jugaron contra un recién ascendido. Lo mismo por segunda temporada consecutiva.

Antoine Griezmann